Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. 1 Corintios 10:12 NTV
Todo el viaje ha sido un continuo enfrentamiento con
derroteros que nos desafiaron a vencer experiencias pasadas —muchas negativas y
otras relacionadas con habilidades empolvadas— que tuvieron que abrirse paso en
la memoria y la práctica. También nos encontramos ante situaciones nunca
vividas, las cuales desafiaron nuestra capacidad cognitiva y de resolución de
problemas.
Así fuimos sorteando cada situación, con la alegría y
adrenalina que representa una aventura. Desde atracciones extremas, conducir en
un territorio desconocido y enfrentarnos a pasos migratorios con agentes que no
hablaban nuestro idioma materno. En cada una experimentamos el aumento del ritmo
cardíaco y un subidón en los niveles de cortisol en nuestro cerebro.
Esa mañana era relajada. Nos disponíamos a conocer la
metrópoli, y el plan era hacer el recorrido en las bicicletas del transporte
público de la ciudad. Descargamos las aplicaciones e hicimos el desembolso
correspondiente, sorteando la dificultad que significó cambiar la región de
nuestros teléfonos móviles para que aceptaran los métodos de pago, sin que eso
nos hiciera perder el entusiasmo.
¡Todo listo! Asiento ajustado, vehículo encendido y a
pedalear. Yo era el último de los cuatro, para poder monitorear a mi amada
Ileana, quien con una risa nerviosa avanzaba, aprovechando el sistema de
pedaleo asistido que le apoyaba en el desafío. Fernando guiaba la caravana y
Pamela se desplazaba, por momentos, hacia atrás para grabar el video que haría
memorable el momento.
De pronto, Fernando se detuvo súbitamente, y mi esposa iba
justo en dirección a él. Una cosa es pedalear y avanzar; otra muy distinta es
frenar y mantener el control. Como pudo, puso los pies al suelo y accionó, a
medias, los frenos, evitando chocar, aunque no logró evitar caer de lado sobre
un pequeño montículo.
Siete veces cae el justo y vuelve a levantarse, pero los
impíos tropiezan en el mal. Proverbios 24:16 RVR1960
El proverbio ruso vino inmediatamente a mi memoria: “Caer
está permitido, levantarse es obligatorio”. Rompiendo la fuerza que la
vergüenza ejerce, Lily (como nos gusta llamarla) se levantó.
Asegurándonos de que no fuera grave, hicimos el recuento de los daños,
analizamos las causas y, de nuevo, volvimos a las andadas.
Amados
hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que son
espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y
humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación.
Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera
la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo
te engañas a ti mismo. No eres tan importante. Gálatas 6:1-3 NTV
En los programas de 12 pasos (como AA, NA, Celebremos la
Vida, entre otros), se reconoce que la recuperación es un proceso progresivo,
no un evento. Por eso se dice que “las recaídas son parte de la enfermedad, no
de la recuperación”. Sin embargo, pueden ser parte del camino que Dios usa para
sanar, si la persona aprende de ellas, rinde cuentas y vuelve a levantarse.
Si ustedes
piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. Las tentaciones que
enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es
fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando
sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir. 1
Corintios 10:12-13 NTV
Muchos en recuperación experimentan recaídas —caídas
emocionales, espirituales o conductuales— en su proceso. Estas pueden servir
para exponer áreas no rendidas o fortalecer la humildad y dependencia de Dios.
Lo que no es cierto es que una recaída sea necesaria o inevitable. No todos
tienen que caer para aprender. Dios puede mantenernos firmes si somos honestos,
rendidos y acompañados.
Estén alerta, manténganse firmes en la fe; sean valientes
y fuertes. 1 Corintios 16:13 NTV
Una persona puede tener una recuperación sólida sin haber
recaído desde su entrega inicial. Eso no la hace “mejor” espiritualmente, pero
sí muestra que ha aprendido a vivir en vigilancia, rendición y dependencia. De
hecho, los programas de 12 pasos no glorifican la recaída, sino la rendición
continua.
Porque Dios es el que produce en ustedes tanto el querer
como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13 RVR1960
La buena recuperación no se mide por cuántas veces caes y te
levantas, sino por cuán dispuesto estás a mantenerte honesto, conectado y
rendido a Dios.
Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas
de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea
mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, Él les mostrará una
salida para que puedan resistir. 1 Corintios 10:13 NTV
CORRE Y VA DE NUEVO
Nuestro recorrido nos llevó al centro de la ciudad, donde la
tienda Old Bakery & Emporium y el Capitolio de Texas. Durante el recorrido de
este último, vimos la historia de este estado singular, marcada por múltiples
dominios y transformaciones. Texas ha ondeado bajo seis banderas distintas: la
española, la francesa, la mexicana, la de la República de Texas, la confederada
y la de los Estados Unidos. Cada cambio representó una caída y un renacer, un
proceso de redefinición entre el poder, la independencia y la identidad. Lo que
hoy es símbolo de fortaleza fue, en su momento, territorio disputado,
fragmentado y reconquistado.
Así también sucede en nuestra historia personal. Hay épocas
en que nuestra bandera espiritual cambia de manos: de la autosuficiencia al
orgullo, del control al miedo, de la dependencia emocional a la rendición. Cada
caída nos recuerda que la soberanía de nuestra vida solo le pertenece a Dios.
Él permite que, tras nuestras batallas internas, aprendamos a dejar de pelear
por gobernarnos y a reconocerlo como nuestro verdadero Rey.
Yo sanaré su rebelión y los amaré de pura gracia, porque
mi ira se apartó de ellos. Oseas 14:4 RVR1960
Después de eso, el hambre comenzó a apretar y la caravana nos
aprestamos a movernos hasta un lugar de barbacoa. En la ruta, hubo otra pequeña
caída, cerca de una alcantarilla, donde un grupo de indigentes fueron los
entusiastas porristas que animaron a Lily para levantarse y continuar.
Ciertamente hubo algunos moretones y raspones, pero
finalmente llegamos a nuestro destino.
Pero él me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder
se perfecciona en la debilidad’. Por eso, con mucho gusto, habré de gloriarme
más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2
Corintios 12:9 NVI
En palabras del paso 10:
“Continuamos haciendo nuestro inventario personal y, cuando
nos equivocábamos, lo admitíamos inmediatamente.”
El objetivo no es no caer nunca, sino reconocer rápido
cuando tropezamos y volver al camino con humildad. Junto a mi esposa hemos
experimentado este principio, y aunque no hemos estado exentos de caídas, al
reconocer la anatomía de estas y las rutas que nos llevaron a ellas, hemos
logrado corregir y depender de la gracia de Dios para levantarnos y continuar.
El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que
están agobiados. Salmo 145:14 NVI
ORACIÓN:
Padre, agradecemos profundamente que te has mantenido cerca.
Y aunque quisiéramos una trayectoria impecable, sin caídas, desde que te
conocimos, nuestra necedad e insistencia en hacer las cosas a nuestro modo nos
han llevado a estrellarnos contra el piso de nuestro orgullo. Pero ahí has
estado, levantando los pedazos y reconstruyendo tu obra en nosotros. Lamentamos
el daño que causamos con cada caída; solo tu gracia nos ha podido sacar
adelante. Amén.
Lily & Ray
https://www.youtube.com/watch?v=FRUVz1ntIeQ&list=RDFRUVz1ntIeQ&start_radio=1
