LA CAIDA DE LILY

Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. 1 Corintios 10:12 NTV

 

Todo el viaje ha sido un continuo enfrentamiento con derroteros que nos desafiaron a vencer experiencias pasadas —muchas negativas y otras relacionadas con habilidades empolvadas— que tuvieron que abrirse paso en la memoria y la práctica. También nos encontramos ante situaciones nunca vividas, las cuales desafiaron nuestra capacidad cognitiva y de resolución de problemas.

 

Así fuimos sorteando cada situación, con la alegría y adrenalina que representa una aventura. Desde atracciones extremas, conducir en un territorio desconocido y enfrentarnos a pasos migratorios con agentes que no hablaban nuestro idioma materno. En cada una experimentamos el aumento del ritmo cardíaco y un subidón en los niveles de cortisol en nuestro cerebro.

 

Esa mañana era relajada. Nos disponíamos a conocer la metrópoli, y el plan era hacer el recorrido en las bicicletas del transporte público de la ciudad. Descargamos las aplicaciones e hicimos el desembolso correspondiente, sorteando la dificultad que significó cambiar la región de nuestros teléfonos móviles para que aceptaran los métodos de pago, sin que eso nos hiciera perder el entusiasmo.

 

¡Todo listo! Asiento ajustado, vehículo encendido y a pedalear. Yo era el último de los cuatro, para poder monitorear a mi amada Ileana, quien con una risa nerviosa avanzaba, aprovechando el sistema de pedaleo asistido que le apoyaba en el desafío. Fernando guiaba la caravana y Pamela se desplazaba, por momentos, hacia atrás para grabar el video que haría memorable el momento.

 

De pronto, Fernando se detuvo súbitamente, y mi esposa iba justo en dirección a él. Una cosa es pedalear y avanzar; otra muy distinta es frenar y mantener el control. Como pudo, puso los pies al suelo y accionó, a medias, los frenos, evitando chocar, aunque no logró evitar caer de lado sobre un pequeño montículo.

 

Siete veces cae el justo y vuelve a levantarse, pero los impíos tropiezan en el mal. Proverbios 24:16 RVR1960

 

El proverbio ruso vino inmediatamente a mi memoria: “Caer está permitido, levantarse es obligatorio”. Rompiendo la fuerza que la vergüenza ejerce, Lily (como nos gusta llamarla) se levantó. Asegurándonos de que no fuera grave, hicimos el recuento de los daños, analizamos las causas y, de nuevo, volvimos a las andadas.

 

Amados hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo te engañas a ti mismo. No eres tan importante. Gálatas 6:1-3 NTV

 

En los programas de 12 pasos (como AA, NA, Celebremos la Vida, entre otros), se reconoce que la recuperación es un proceso progresivo, no un evento. Por eso se dice que “las recaídas son parte de la enfermedad, no de la recuperación”. Sin embargo, pueden ser parte del camino que Dios usa para sanar, si la persona aprende de ellas, rinde cuentas y vuelve a levantarse.

 

Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir. 1 Corintios 10:12-13 NTV

 

Muchos en recuperación experimentan recaídas —caídas emocionales, espirituales o conductuales— en su proceso. Estas pueden servir para exponer áreas no rendidas o fortalecer la humildad y dependencia de Dios. Lo que no es cierto es que una recaída sea necesaria o inevitable. No todos tienen que caer para aprender. Dios puede mantenernos firmes si somos honestos, rendidos y acompañados.

 

Estén alerta, manténganse firmes en la fe; sean valientes y fuertes. 1 Corintios 16:13 NTV

 

Una persona puede tener una recuperación sólida sin haber recaído desde su entrega inicial. Eso no la hace “mejor” espiritualmente, pero sí muestra que ha aprendido a vivir en vigilancia, rendición y dependencia. De hecho, los programas de 12 pasos no glorifican la recaída, sino la rendición continua.

 

Porque Dios es el que produce en ustedes tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13 RVR1960

 

La buena recuperación no se mide por cuántas veces caes y te levantas, sino por cuán dispuesto estás a mantenerte honesto, conectado y rendido a Dios.

 

Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, Él les mostrará una salida para que puedan resistir. 1 Corintios 10:13 NTV

 

CORRE Y VA DE NUEVO

Nuestro recorrido nos llevó al centro de la ciudad, donde la tienda Old Bakery & Emporium y el Capitolio de Texas. Durante el recorrido de este último, vimos la historia de este estado singular, marcada por múltiples dominios y transformaciones. Texas ha ondeado bajo seis banderas distintas: la española, la francesa, la mexicana, la de la República de Texas, la confederada y la de los Estados Unidos. Cada cambio representó una caída y un renacer, un proceso de redefinición entre el poder, la independencia y la identidad. Lo que hoy es símbolo de fortaleza fue, en su momento, territorio disputado, fragmentado y reconquistado.

 

Así también sucede en nuestra historia personal. Hay épocas en que nuestra bandera espiritual cambia de manos: de la autosuficiencia al orgullo, del control al miedo, de la dependencia emocional a la rendición. Cada caída nos recuerda que la soberanía de nuestra vida solo le pertenece a Dios. Él permite que, tras nuestras batallas internas, aprendamos a dejar de pelear por gobernarnos y a reconocerlo como nuestro verdadero Rey.

 

Yo sanaré su rebelión y los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos. Oseas 14:4 RVR1960

 

Después de eso, el hambre comenzó a apretar y la caravana nos aprestamos a movernos hasta un lugar de barbacoa. En la ruta, hubo otra pequeña caída, cerca de una alcantarilla, donde un grupo de indigentes fueron los entusiastas porristas que animaron a Lily para levantarse y continuar.

Ciertamente hubo algunos moretones y raspones, pero finalmente llegamos a nuestro destino.

 

Pero él me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad’. Por eso, con mucho gusto, habré de gloriarme más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9 NVI

 

En palabras del paso 10:

“Continuamos haciendo nuestro inventario personal y, cuando nos equivocábamos, lo admitíamos inmediatamente.”

El objetivo no es no caer nunca, sino reconocer rápido cuando tropezamos y volver al camino con humildad. Junto a mi esposa hemos experimentado este principio, y aunque no hemos estado exentos de caídas, al reconocer la anatomía de estas y las rutas que nos llevaron a ellas, hemos logrado corregir y depender de la gracia de Dios para levantarnos y continuar.

 

El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que están agobiados. Salmo 145:14 NVI

 

ORACIÓN:

Padre, agradecemos profundamente que te has mantenido cerca. Y aunque quisiéramos una trayectoria impecable, sin caídas, desde que te conocimos, nuestra necedad e insistencia en hacer las cosas a nuestro modo nos han llevado a estrellarnos contra el piso de nuestro orgullo. Pero ahí has estado, levantando los pedazos y reconstruyendo tu obra en nosotros. Lamentamos el daño que causamos con cada caída; solo tu gracia nos ha podido sacar adelante. Amén.

 

Lily & Ray

 

https://www.youtube.com/watch?v=FRUVz1ntIeQ&list=RDFRUVz1ntIeQ&start_radio=1

  

A LA SOMBRA DEL OLMO

Pero Moisés protestó: —¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo de Israel? Éxodo 3:11 NTV

 

El calor es abrazador, y los treinta y tres grados centígrados invitan a quedarse dentro de los espacios con aire acondicionado. Aun así, me siento movido a buscar un lugar al aire libre, un espacio para estar a solas. Al salir, la luz solar golpea mis retinas y me apresuro a encontrar refugio del radiante sol. Las sandalias que calzo no me dejan avanzar muy rápido, así que me detengo no muy lejos de la casa de mi hija y su esposo.

 

«¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios! Toda nación me honrará. Seré honrado en el mundo entero». Salmos 46:10 NTV

 

Sentado, respiro profundo y comienzo mi lectura. Me descalzo y siento el suelo calcinante calar hasta los huesos metatarsianos; imagino el encuentro de Moisés con la zarza en el corazón del desierto, en el monte Sinaí. Aquel hombre, después de cuarenta años apacentando ovejas, ya casi había olvidado su identidad. Amoldado a su estilo de vida, trabajaba arduamente, llevaba una vida apacible, sin muchos contratiempos. El palacio de Egipto y la simbiosis entre su identidad y la búsqueda de la misma eran cosa del pasado.

 

Allí el ángel del Señor se le apareció en un fuego ardiente, en medio de una zarza. Moisés se quedó mirando lleno de asombro porque, aunque la zarza estaba envuelta en llamas, no se consumía. Éxodo 3:2 NTV

 

Pero aquel día, todos los fantasmas de su historia —el asesinato de un egipcio, su vida doble, la tensión entre su educación egipcia y su herencia hebrea, el dolor de ver a su pueblo oprimido y el desprecio de ese mismo pueblo— fueron sacados de los escombros y puestos sobre la mesa. Todo aquello que lo hacía sentirse inapto para cumplir un propósito en su vida y en la de una nación entera fue develado. Aunque no se mencione explícitamente en la conversación, estaba implícita su incapacidad para llevar a cabo semejante misión, una tarea que lo desbordaba en todos los sentidos.

 

En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. 1 Corintios 1:27 NTV

 

A la sombra del olmo, yo también me descubro enfrentando mis propios fantasmas. No son los mismos que los de Moisés, pero también hablan de identidad, de un pasado que a veces se siente ajeno, y de la pregunta que aún resuena: “¿Quién soy yo?”. Estar fuera de la tierra donde nací, entre dos culturas, con raíces en Guatemala y ramas que se extienden hacia el norte, me hace pensar en aquel hombre que vivió entre Egipto y Madián. A veces uno se adapta tanto al lugar donde está que olvida quién era, hasta que Dios vuelve a encender la zarza en medio de la rutina.

 

—Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones. Jeremías 1:5 NTV

 

Como Moisés, muchos salen de su tierra buscando una vida más tranquila, tal vez huyendo de algo, o simplemente obedeciendo una necesidad. En el extranjero encontramos trabajo, estabilidad, incluso bendición… pero también el silencio de la identidad. Sin embargo, Dios no se olvida de nuestras raíces ni de su llamado. Aun lejos de Egipto o de Guatemala, puede hablarnos desde una zarza encendida —o desde la sombra de un olmo en Texas— para recordarnos quiénes somos y para qué fuimos llamados.

 

¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia! Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza. Salmos 139:7-10 NTV

 

Recién cumplí cincuenta y dos, y las celebraciones se multiplicaron por muchos días. El pepián y las tortillas; el pastel de pistachos y fresas que mi hija Pamela preparó, me hacen sentir cómodo en estas lejanas tierras y no me dejan extrañar los sabores guatemaltecos. Pero más allá de eso comprendo que el llamado de Dios no se apaga con los años ni se desvanece con la distancia. Puede tardar cuarenta años en volver a arder, pero cuando arde, nos recuerda que no se trata de quiénes somos nosotros, sino de quién es Él.

 

Pues los dones de Dios y su llamado son irrevocables. Romanos 11:29 NTV

 

Y así, bajo la sombra de un olmo, mientras el calor aprieta, puedo escuchar la misma voz que llamó a Moisés: una voz que no exige perfección, sino disponibilidad. Me encuentro ante la disyuntiva de continuar en mi aparente comodidad o volver a dejar todo y seguir el llamado de Dios, aunque no me sienta competente y mi pasado me desacredite. Encuentro quién soy cuando me acerco al Gran Yo Soy.

 

Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. 2 Corintios 12:9 NTV

 

Con una palabra de Dios (Deuteronomio 31:8) que nos acompañó durante tres semanas que estuvimos conociendo los Estados Unidos de América, bajo la sombra del olmo o frente a la zarza ardiente, la pregunta sigue siendo la misma: “¿Quién soy yo?”. Pero cuando levanto la vista y escucho su voz, entiendo que no se trata de mí, sino de Aquel que me llama. Y allí, en medio del calor y del polvo, descubro que cada sombra puede convertirse en altar.

 

No temas ni te desalientes, porque el propio Señor irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará». Deuteronomio 31:8 NTV

 

ORACIÓN:

Gracias, Padre amado, porque sigues hablando a tiempo, fuera de tiempo y en todo lugar. No necesitas comunicarte con nosotros, y aun así lo haces, movido por amor y sin límite alguno para alcanzar nuestro corazón. Perdónanos, Señor, porque tantas veces olvidamos quiénes somos. Nuestra humanidad nos traiciona y la rutina apaga el fuego de tu llamado. Recuérdanos quién eres Tú, y quiénes somos nosotros en Ti. Gracias por tu presencia constante, por incomodarnos cuando el alma busca conformarse, por recordarnos que tu voz no se silencia en el desierto ni bajo la sombra del olmo. Haznos sensibles a tu voz, atentos a tu toque y dispuestos a obedecer aun cuando no entendamos el camino. Que nuestro corazón responda siempre con humildad: “Aquí estoy, Señor, envíame a mí.” Amén.

 

Lily & Ray

 

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COMO LAS LIEBRES

 El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor. Proverbios 4:18 NTV

 

Al percatarse de mi presencia cruzó la calle a toda prisa, alejándose hasta un lugar en el que se sintió segura. Yo no esperaba encontrármela ni imaginé verla en mi caminata matutina. Sí sabía que tropezaría con algunas de sus parientes; de hecho, busqué intencionalmente ese encuentro. Me gustan esos momentos al inicio del día para explorar lugares que conozco por vez primera. Debo decir que fue muy grato el instante en que cruzamos nuestras miradas. Ese tipo de momentos suelen dibujarme una sonrisa en el rostro, apretando las mejillas contra las mandíbulas.

 

El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita en cada detalle de su vida. Salmos 37:23 NTV

               

La temperatura fresca, casi fría, hizo propicio el paseo que se extendió por más de una hora, llenando mis pulmones de nuevos aires. La celebración de la noche anterior dejó a todos exhaustos, por lo que salí de la casa con sigilo. Mientras todos recuperaban las fuerzas dormitando, incluso rechacé el ofrecimiento de mi amada, quien volvió a la cama en busca de reparar el sueño. Mi madrugón presagiaba el encuentro con las liebres, quienes aderezaron la fragante experiencia crepuscular.

 

Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; nunca fallan sus bondades. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. Lamentaciones 3:22-23 NTV

 

Sentado por unos minutos pude observar el espectáculo diario del sol despertándose entre los follajes de los árboles, que parecían retenerlo, mientras el telón del cielo se abría, adornado con estelas de nubes que celebraban la llegada de la luz. Yo aplaudía con suspiros, sintiéndome un espectador fortuito de semejante momento de belleza. Un instante que, dicho sea de paso, hemos vuelto cotidiano, restándole esplendor y asombro en nuestro ajetreado día a día.

 

Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos. Colosenses 2:6 NTV

 

Más sorprendente aún fue mi acompañante de camino. No importaba el cambio de dirección o maniobra que hiciera, él se mantenía firme a mi paso. Aunque debo admitir que era realmente él quien marcaba el ritmo. Silente al principio, fue dirigiendo todo el aparente vagabundeo, con un objetivo que no era necesariamente un destino, sino un momento: caminar conmigo, estar conmigo.

 

Aunque todo me abandone, el Señor me sostendrá con su mano. Salmos 27:10 NTV

 

Como las liebres que me crucé en la vereda, así mi Señor aparece en la ruta de la vida. Como escondido, pero deseoso de captar nuestra atención e invitarnos a pasar tiempo con Él. La experiencia me llevó a sentarme en las bancas de un campo de béisbol y ahí completar la conversación que surgió en el recorrido. De mi larga lista de oraciones (en la app de la Biblia en mi teléfono móvil), “casualmente” aparecieron las seis que tengo por cada uno de nuestros hijos. Resoplé y medité en cómo pertenezco a un Dios que puede propiciar el encuentro con una liebre y hacer que, incluso, la tecnología obre en una dirección, manteniendo vivo el asombro de conocerlo y caminar con Él.

 

Aquí estoy. Estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, entraré y cenaremos juntos como amigos. Apocalipsis 3:20 NTV

 

Escribo después de muchos días y aún en medio de unas vacaciones que han sido dirigidas por el dulce eco de su voz. Hemos podido experimentar el afecto y la fidelidad de un Padre que ha entregado todo por amor a nosotros, sus hijos amados. Un Padre que solo tiene pensamientos de bien y no de mal, para darnos un futuro y una esperanza; no para controlar nuestras vidas, sino para compartir la suya con nosotros.

 

Sin embargo, desde allí, buscarán nuevamente al Señor su Dios. Y si lo buscan con todo el corazón y con toda el alma, lo encontrarán. Deuteronomio 4:29 NTV

 

ORACIÓN:

Señor, cuán bello eres; estás en todo tiempo y en todo lugar. Perdóname por ignorarte. Cuando aquieto mi alma y mi mente, puedo encontrarme contigo y pasear juntos. No es la quietud del ambiente, sino un corazón calmado lo que me permite escucharte. Eres tan bueno y gentil; a pesar de tu fuerza y poder, prefieres aparecerte sutilmente y sorprenderme con tu presencia. Gracias por propiciar esos encuentros; dame la sensibilidad de percatarme de ellos. Amén.

 

Lily & Ray

 

https://www.youtube.com/watch?v=oCn9k-qEX-0&list=RDoCn9k-qEX-0&start_radio=1

ANIMALANDIA

Hasta un buey conoce a su dueño, y un burro reconoce los cuidados de su amo, pero Israel no conoce a su amo. Mi pueblo no reconoce mis cuidados a su favor». Isaías 1:3 NTV

En la zona 14 de la ciudad de Guatemala, mientras me conducía hacia mi trabajo, alrededor de las 8:30 de la mañana, un hecho sacudió mi corazón. Observé que hacía unos minutos, un percance dejó el saldo de un hombre tirado en la finta asfáltica. Noté las autoridades de tránsito ya en el lugar, por lo que seguí mi camino. Al día siguiente me enteré de que un conductor, en medio de una discusión, sacó un arma y disparó contra un motorista. Lo más trágico es que, en su rabia y confusión, atacó a la persona equivocada. La vida de un hombre se apagó en segundos, y la de otro cambió para siempre. Todo por un instante de ira.

Vivimos en tiempos donde la sangre fría y la intolerancia parecen haberse normalizado. Nos hemos acostumbrado a ver actos así en las noticias, como si fueran parte del paisaje. Pero no lo son. Cada uno de estos momentos es una señal de que algo profundo se ha roto en el corazón humano. Cómo lo dijera un buen amigo, Ángel Arturo González, hace muchos años: “si retorciera un periódico estilaría sangre”. Una gráfica cruenta de la realidad que quisiéramos negar, pero que lamentablemente está a la orden del día y por todas partes.

pero si están siempre mordiéndose y devorándose unos a otros, ¡tengan cuidado! Corren peligro de destruirse unos a otros. Gálatas 5:15 NTV

La comparación con un animal se queda corta en muchos casos y me pregunto cómo me estaré comportando, o a qué animal me estoy semejando, corriendo el riesgo que cada espécimen que se me ocurra resulte ofendido con la analogía. Me correré el riesgo de hacer la comparación y así analizar los rasgos conductuales de algunos que empaten con mis malos hábitos.

No seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento, que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados».  Salmos 32:9 NTV

En la selva de la vida, cuando el corazón humano se aleja de Dios, es fácil adoptar instintos que nos alejan de la verdadera humanidad para la que fuimos creados. Algunos vivimos como lobos solitarios, desconfiando de todos, defendiendo su territorio a mordidas y huyendo de cualquier vínculo profundo. Otras veces nos deslizamos como serpientes, midiendo cada paso para su propio beneficio, calculando fríamente cómo obtener ventaja, aunque sea a costa del dolor ajeno. Hay oportunidad en que avanzo como burro testarudo, aferrado a su propia opinión, resistiendo cualquier dirección que no nazca de mi propio orgullo.

Esos falsos maestros son como animales irracionales que viven por instinto y nacen para ser atrapados y destruidos. Se burlan de lo que no entienden, e igual que animales serán destruidos. 2 Pedro 2:12 NTV

Pero en medio de ese zoológico de conductas, también está la oveja que reconoce la voz de su Pastor. No es que sea más fuerte ni más astuta, sino que confía y sigue, sabiendo que lejos del rebaño el peligro es mortal. La diferencia no está en la especie, sino en la sumisión a la mano que guía. Sin Cristo, el instinto animal gobierna; con Él, la naturaleza es transformada, y hasta lo más salvaje se convierte en mansedumbre, dirección y vida abundante.

Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad. Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y del fruto de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera. Santiago 3:16-17 NTV

Pasar de estar cómo perros y gatos, o revolcarnos en el lodo como cerdos y encontrar nuestra verdadera identidad en Cristo no está tan relacionado a la especie que mejor representamos, sino que o quien está en el trono de nuestro corazón: si Cristo no está allí, gobiernan los instintos —la ira, el orgullo, la envidia, el miedo— y eso nos hace capaces de actos impensables, como el de aquel conductor en la zona 14.

 El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es? Jeremías 17:9 NTV

Pero la Palabra de Dios no solo nos muestra los instintos que debemos evitar; también nos invita a aprender de la creación, donde aún los animales más pequeños reflejan principios del Reino. Justo esta mañana fuimos partícipes de una actividad donde se reunió un grupo considerable de persona, cada grupo pequeño hizo su parte y vimos la bendición que se derrama en el estar juntos y en armonía.

Anda, perezoso, fíjate en la hormiga; ¡observa sus caminos y adquiere sabiduría! No tiene jefe, ni capataz ni gobernador, y con todo, en el verano almacena provisiones; en la cosecha recoge alimentos. Proverbios 6:6-8 NTV

La hormiga nos enseña previsión y diligencia, trabajando silenciosamente en comunidad y preparándose para el futuro. El ciervo, con su sed desesperada, nos recuerda que nuestra alma no se sacia con nada en este mundo, sino con la presencia de Dios, ya que un alma separada de Dios es insaciable, no hay nada que llegue a satisfacer completamente, solo la presencia de Dios nos puede volver incorruptibles y convertirnos en una generación que no se doblega ante sus instintos destructivos.

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Salmo 42:1 RVR60

El águila nos muestra que la confianza en el Señor trae renovación y altura, permitiéndonos volar por encima de las tormentas que buscan hundirnos. Se dice que cuando el águila envejece, llega un momento en que su cuerpo ya no le permite volar con libertad: su pico se vuelve frágil, sus garras se desgastan y sus alas pierden fuerza. Entonces se aísla en lo alto de una montaña y pasa por un proceso doloroso de renovación: rompe su pico contra las rocas, deja caer sus garras viejas y deja crecer nuevas plumas en sus alas. Durante este tiempo de aislamiento y renovación, el águila parece vulnerable y débil, pero al final emerge transformada, más fuerte, más ágil y capaz de volar más alto que antes.

De la misma manera, Dios nos invita a someternos a un proceso de transformación en nuestra vida espiritual. Puede ser incómodo, incluso doloroso, alejarnos de viejas conductas, actitudes y hábitos que nos impiden crecer. Pero si confiamos en Él y permitimos que el Espíritu renueve nuestro corazón, nuestra mente y nuestras fuerzas, seremos capaces de “volar” por encima de las dificultades, los miedos y las tormentas de la vida, experimentando libertad, fortaleza y una nueva perspectiva de Su Reino.

…los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se fatigarán, caminarán y no se desmayarán. Isaías 40:31 NTV

Y la paloma, símbolo de sencillez y pureza, nos recuerda que nuestra vida debe ser guiada por el Espíritu Santo, que descendió sobre Jesús en forma de paloma al momento de Su bautismo: (Lucas 3:22a). Jesús también nos enseñó a ser mansos y sencillos de corazón, como palomas. Esta mansedumbre no es debilidad, sino una fuerza controlada, un carácter que refleja confianza y sumisión a Dios.

 

 Miren, los envío como ovejas en medio de lobos. Por lo tanto, sean astutos como serpientes e inofensivos como palomas. Mateo 10:16 NTV

Al vivir guiados por el Espíritu, nos asemejamos a ovejas que reconocen la voz de su Pastor. No tememos, porque sabemos que quien nos guía conoce cada sendero, cada amenaza y cada necesidad de su rebaño. Así como la paloma se mueve con delicadeza y pureza, nuestras vidas deben reflejar esa mansedumbre, sencillez y obediencia, confiando en que nuestro Pastor nos conduce hacia pastos seguros y aguas tranquilas.

El Señor es mi pastor; tengo todo lo que necesito. Salmos 23:1 NTV

Al final, no somos llamados a vivir por instinto, sino por relación. El Señor mismo se compara con una gallina que abre sus alas para cubrir a sus polluelos.

¡Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los que Dios le envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste! Mateo 23:37 NTV

La verdadera “animalandia” no es un zoológico de instintos desbordados, sino un rebaño protegido por el Buen Pastor, un alma sedienta que corre a las aguas vivas, un pueblo que encuentra refugio bajo las alas del Altísimo. Allí, incluso las fieras más salvajes del corazón encuentran mansedumbre, descanso y nueva identidad en Cristo.

Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada. 1 Corintios 13:1-3 NTV

 

ORACIÓN:

Padre, solo tu amor puede transformarnos a tu imagen y semejanza, no queremos vivir por instintos y de manera reactiva, queremos imitarte y movernos por amor, según tu diseño original. Permítenos, mientras estemos en este mundo, llevar un pedazo de ti a donde quiera que vayamos, siendo cambiados desde adentro hasta reflejarte a ti. Amén.

Lily & Ray

https://www.youtube.com/watch?v=dKZhiwlnstw&list=RDdKZhiwlnstw&start_radio=1

AMIGOS

Hay amigos que llevan a la ruina y hay amigos más fieles que un hermano. Proverbios 18:24 NVI



Hay amistades que se forman por afinidad natural, pero también hay amistades que rompen todo pronóstico.En la película Amigos intocables, un aristócrata tetrapléjico (Philippe) y un inmigrante de los suburbios con antecedentes penales (Driss) se encuentran en circunstancias poco probables. Sus mundos son opuestos, pero descubren que la verdadera amistad no depende de la similitud, sino de la capacidad de aceptar, cuidar y dejarse transformar por el otro. Al final, la pregunta no es quién necesita más ayuda, sino quién se atreve a amar con autenticidad.



En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano. Proverbios 17:17 NVI



Cuando pienso en amistad, mis primeros recuerdos no están en compañeros de escuela o vecinos, sino en mis hermanos de sangre. Con ellos aprendí el significado de la complicidad: juegos interminables, secretos guardados bajo llave, travesuras que nos unían en la aventura y en el castigo, y abrazos que sanaban rápido cualquier herida. También tuvimos broncas tremendas y nos causamos heridas, cómo la ocasión en que le rompí la naríz a mi Jaime (en paz descanse), con un fuerte escobazo que pretendía derribar un escarabajo esmeralda que ronroneaba en el patio trasero de casa.



Hoy, ya adultos, esa hermandad sigue viva. Con tres de ellos —Verónica, Javier y Juan Carlos— he tenido incluso la bendición de trabajar. No es común que la risa de la infancia se convierta en confianza laboral, pero así ha sido. Con ellos he comprobado que una amistad verdadera puede crecer y madurar con los años, sin perder la esencia. Nuestras imaginaciones volaron jugando la “Tierra de Gigantes”, los escondites, la perinola e historias de vaqueros montados sobre escobas que hacían las veces de equinos. Dieron paso a las agendas laborales y el apoyo que necesitamos, los unos de los otros, para salir adelante en los avatares de la vida.



Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Juan 15:13 NVI


Pero si alguna amistad he disfrutado en gran manera es la de aquel, más incondicional que ningún otro, si algo he visto en estos años es que Jesús es, por excelencia, el Amigo que rompe barreras. Después de conocerlo cómo salvador en el 2009. Él me buscó cuando yo también era un “intocable” por mis propios errores y orgullos, y me hizo parte de su círculo más cercano. Ese mismo Jesús que comió con publicanos y pecadores (Mateo 9:10-12), tocó leprosos que nadie quería tocar (Marcos 1:40-42), defendió a los rechazados y dio dignidad a los olvidados.


»Al amigo que sufre no se le niega la lealtad, aunque se haya apartado del temor al Todopoderoso. Job 6:14 NVI


En 2011 comencé a trabajar en un proyecto llamado Pesca Milagrosa, que buscaba sacar de las calles, la indigencia y las adicciones a personas marginadas, fue mi primer encuentro con lo más profundo de la miseria y el dolor, luego en  2019, Dios me llevó a un nuevo tipo de amistad, inesperada y profundamente transformadora: dirigir el programa de 12 pasos Celebremos la Vida, en la región norte de la ciudad de Guatemala.



Allí he conocido a personas que muchos llamarían “parias de la sociedad”: adictos en recuperación, personas con un pasado delictivo, víctimas y victimarios de abusos, gente rota por el rechazo, el dolor o la culpa. Personas que, como Driss y Philippe, cargan marcas visibles o invisibles que las excluye del círculo de “lo aceptable”. Otros con heridas y traumas menos evidentes, y con tendencias y malos hábitos, igualmente destructivos, codependientes, iracundos, ególatras, adúlteros y pornógrafos; ansiosos, depresivos y amargados (entre otros), más parecidos a mi de lo que hubiera imaginado.



Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Este es un glotón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores”. Pero la sabiduría queda demostrada por sus hechos». Mateo 11:19 NVI



Y, sin embargo, en ese espacio he descubierto una verdad hermosa: cuando Jesús es el centro, las etiquetas se caen, las apariencias dejan de importar, y las historias rotas se convierten en testimonios vivos de redención. En Celebremos la Vida he visto cómo Él se acerca a cada uno, sin asco, sin miedo, sin prejuicio, y cómo su amistad sana lo que parecía imposible.



Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. Juan 15:14-15 NVI


La amistad verdadera requiere presencia, verdad y sacrificio.Amigos de verdad no siempre piensan igual, pero siempre caminan juntos. Jesús lo dijo claro (Juan 15:14). Él nos amó primero, y nos invita a amar de la misma manera: acogiendo al que el mundo rechaza, siendo leales en la prueba y dispuestos a dar nuestra vida si es necesario. Porque, al final, no hay nada más poderoso que ser —y tener— amigos intocables en Cristo.


La película Amigos intocables nos recuerda que las diferencias pueden ser un puente, no un muro. Mis hermanos me enseñaron que la amistad se alimenta con tiempo y lealtad. Celebremos la Vida me ha mostrado que todos, de alguna manera, necesitamos ser “acogidos” y “cuidar” a otros. Y Jesús me ha enseñado que la verdadera amistad implica sacrificio y presencia.


Si he sido objeto de un amor tan grande, debo preguntarme si aún estoy dispuesto a dejar entrar en mi vida a personas muy diferentes a mí, y si soy capaz de ver más allá de la apariencia y el pasado. Además, debo tener claro si vivo una amistad con Jesús que transforma cómo trato a los demás, es decir soy congruente en lo que digo y práctico.


Nosotros amamos porque él nos amó primero. Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.1 Juan 4:19-21 NVI


ORACIÓN:

Jesús, qué regalo tan grande es tu amistad: no fingida, no superficial, sino profunda y honesta. Tú nos haces sentir aceptados, amados y abrazados, pero también nos hablas con claridad, sin doblez y sin rodeos. Ayúdame a cultivar tu amistad cada día y a extenderla a todo aquel que la necesite. Enséñame a mostrarme amigo, presentándote a Ti, el mejor de los amigos. Amén.


Lily & Ray


https://www.youtube.com/watch?v=R8YADdxqGEI&list=RDR8YADdxqGEI&start_radio=


LA MONTAÑA QUE NO SE ACABA

 LA MONTAÑA QUE NO SE ACABA



Señor , sé que tus ordenanzas son justas; me disciplinaste porque lo necesitaba.  Salmos 119:75 NTV



Cuando era niño, a la edad de 7, nuestros padres nos llevaron a vivir a una nueva ciudad, casualmente llamada Villa Nueva. La casa tenía un patio trasero donde había una montañita de tierra al fondo  y dos estratos de un trabajo de nivelación inconcluso. A los ojos de un niño, era una protuberancia sin sentido. Pero para mi papá, era el origen de una tarea que se volvió parte de nuestra infancia: sacar tierra de ese montículo con botes pequeños y llevarla a la calle de enfrente.



La calle era de terracería, y cuando llovía se formaban canales por donde corría el agua. Mi papá nos mandaba con diligencia casi militar a llevar tierra una y otra vez. Nunca entendimos para qué. Hacíamos chistes entre nosotros, lo tomábamos como un juego absurdo… pero lo hacíamos. Pasaron los años, y nunca vimos que se acabara la tierra, al menos yo no lo recuerdo.



«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor —. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Isaías 55:8 NTV



También nos llevaba a largas caminatas. Caminábamos —lo que a nosotros nos parecían horas— para visitar una finca de la tía Julia o para llegar a casa de nuestros padrinos. Muchas veces el bus cubría solo parte del trayecto, y el resto lo hacíamos a pie, bordeando la carretera. Era divertido ver a la familia entera como nómadas, refugiándonos bajo la sombra de los árboles de jocote y disfrutando sus frutos. A veces era monótono, otras veces cansado.



No entendíamos por qué mi papá disfrutaba tanto esas caminatas interminables y esa tarea que parecía más una terapia ocupacional para entretener a la prole de grandes proporciones que poseía. Sin darnos cuenta ese hábito se desarrolló en nosotros y en periodos de vacación escolar, nos dábamos a la tarea de explorar los territorios adyacentes, hasta llegar a municipios aledaños, siendo uno de nuestros destinos favoritos el lago de Amatitlán, al cual accedimos por muchas rutas distintas.



Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella. Hebreos 12:11 NTV






Años después, sin darme cuenta, yo mismo comencé a repetir algunas de esas prácticas. Recuerdo subir del parque Las Ninfas hasta el parque Naciones Unidas por el “Filón” —una subida pesada— cargando a mi hijo Emanuel como bebé, mientras las dos niñas mayores y algunos sobrinos caminaban conmigo. Yo pensaba que solo estaba compartiendo con ellos, pero algo más profundo estaba pasando. Un consciente colectivo que nos ayudaba a alcanzar nuestras metas juntos, sin dejar a nadie atrás.



Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán. Proverbios 22:6 NTV



En noviembre del 2004, mis dos hijas mayores Sindy y Pamela, junto a un grupo de entusiastas amigos, subieron un pequeño volcán, que en su cráter tiene una laguna, llamada “Ipala”. Reportaron el final de su ascenso con un video vía wathsapp, dónde se les veía, en medio de la bruma,  sumergirse en las frías aguas del lugar, acompañado de un texto que decía “Mi papá no crió patojas débiles”.



Hace unos días, hablaba con un amigo que estuvo en una actividad en la montaña. Me contaba entre lágrimas cómo allí descubrió partes de sí mismo que no conocía y una faceta de Dios que nunca había visto. Al terminar la llamada, me quebré. Comencé a llorar como hace mucho no lo hacía. Una revelación vino a mi vida y me transportó por aquellos tiempos acarreando los montones de tierra en una tarea sin sentido.



Fue como si Dios abriera un cajón escondido de mi alma. Recordé la montaña de tierra, las caminatas, la exigencia sin explicación, y me di cuenta de algo: aunque yo ya había perdonado a mi padre por muchas cosas —su alcoholismo, su ausencia en momentos clave— nunca había entendido, ni sanado, esta parte específica. Y en el fondo, quizás le guardaba resentimiento por ello.



Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra. Salmo 119:67 RVR1960



Esa tarde hice las paces de verdad con mi papá. Agradecí. Lloré. Acepté. Porque entendí que esas actividades sin sentido no eran castigos ni caprichos. Eran herramientas. Dios, incluso en la debilidad de mi papá, estaba formando algo en mí.Gracias a esas “inútiles” caminatas, pude en una ocasión caminar más de 30 kilómetros desde la ciudad de Guatemala hasta Amatitlán, sin un centavo en el bolsillo, solo para ver a mis hijos. Otras veces lo hice en bicicleta, sin quejarme aunque si fui víctima de unos calambre descomunal, que me hicieron pausa, pero no detenerme.. Porque ya había sido entrenado en lo invisible.



porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Santiago 1:3-4 NTV



Hoy entiendo que muchas veces Dios nos hace pasar por procesos que no comprendemos. Tareas que parecen inútiles, que cansan, que no tienen explicación inmediata. Pero la obediencia —incluso sin sentido aparente— produce frutos eternos. Como cuando tuve que hacer mi inventario moral, escribir mi historia y escudriñar lo más profundo de mi corazón. Encontré acuerdos inconscientes, fortalezas mentales que levanté como mecanismos de defensa, o como formas rebeldes de desafiar al Creador. No con palabras, sino con actitudes. Reclamando, quizá, por cómo gobierna el universo.



Jesús le respondió: —Ahora no lo entiendes, pero algún día lo entenderás. Juan 13:7 NTV



Todos, en algún momento, sacamos tierra de una montaña que no se acaba. Tal vez estamos caminando en medio del polvo, sin saber adónde lleva todo esto. Pero no es en vano. Lo que hoy parece sin propósito, mañana será tu testimonio. Lo que ahora te cansa, mañana te sostendrá. Lo que hoy parece absurdo, Dios lo convertirá en fuerza, carácter y fe. Y si aún no te ha tocado, Él —quien comenzó la buena obra en ti— sabrá cómo revelarte esa faceta de tu vida que quedó inconclusa o que aún necesita ser formada.



Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. Romanos 8:28 NTV



ORACIÓN:

Dios, tú formas carácter en lo que no entendemos. Todo aquel que desee seguirte, en algún momento, vivirá la obediencia sin sentido: esa que nace como fruto de confiar en tu amor, tu sabiduría y tu carácter.Gracias por el papá que tuve, y gracias por el maravilloso Padre que eres. No desperdicias ninguna experiencia. Eres capaz de convertir la maldición en bendición. Gracias por tu cuidado y paciencia al darle forma a mi vida. Amén.


Lily & Ray


CAMBIOS NECESARIOS

Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: Eclesiastés 3:1 NVI


La sinuosidad de la carretera, estrecha pero poblada a sus costados de una densa vegetación, la frescura del aire que silba al chocar contra los cascos y la expectación de visitar un lugar que aún no conocemos, hacen subir los niveles de adrenalina en nuestros, ya no tan jóvenes, cuerpos. El regazo tibio de mi amada que se agazapa contra mi dorso la ha convertido en mi mejor pasajera para viajar en motocicleta.


El disfrute del periplo, que tiene como objetivo celebrar nuestro octavo aniversario de nupcias, va más allá del mero paseo. Estar de acuerdo, juntos y en armonía es lo más placentero, y añade una sensación de bienestar y felicidad que va aumentando con el pasar de los años. Pero es interrumpido por un pensamiento furtivo que atraviesa como flecha: ¿hasta cuándo podremos vivir este tipo de aventuras? Porque, siendo honestos, mis posaderas se agotan con mayor rapidez y no sé hasta cuándo tendré la capacidad física de dominar un vehículo de dos ruedas.


Somos uno de esos matrimonios llamados “de segunda oportunidad”, por tanto no experimentamos en nuestras vidas el amor de juventud. Ambos teníamos un bagaje de experiencias previas y la madurez para presupuestar algunas de las etapas que viviríamos juntos, tales como ver despegar académica, económica y físicamente a nuestros hijos. Ya tuvimos la dicha de ver casarse a una de nuestras princesas y la experiencia de vivir en casa con el nido vacío.


Pero los cambios hormonales que estamos experimentando no los habíamos contemplado, y a decir verdad, nos sorprendieron un poco. No pretendemos procrear un hijo en común, pero que el fin de la etapa reproductiva se concrete no deja de generar cambios que pueden sorprendernos, incomodarnos y hasta afectar nuestra cotidianidad de una manera, si no radical, sí marcada y evidente. Será necesario hacer ajustes de toda índole en nuestras dinámicas matrimoniales e incluso económicas.


Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 2 Corintios 4:16-17 NVI



Para evitar la frustración, debemos enfrentar esta etapa con esperanza y como una oportunidad que abre nuevas posibilidades de entendimiento y disfrute para nuestras vidas. Las temidas menopausia y andropausia generan una cantidad de cambios físicos con los que debemos lidiar de manera correcta, y son síntomas que nos recuerdan que todos vamos a envejecer. Paralelo a ello hay una madurez espiritual que va en crecimiento.


Esto genera otra incógnita: ¿será que por dentro me estoy renovando y convirtiendo en una persona más madura y sabia? O, como me lo expresó mi hermano Javier cuando cumplí mis cincuenta: “¿Estás más viejo y más sabio, o solo más viejo?” Buena pregunta, que encuentra su respuesta rápidamente cuando nos involucramos en actividades físicas (sin preparación previa), creyendo que nuestro cuerpo responderá como en nuestra juventud y luego pagamos las consecuencias con lesiones que dejan un mensaje claro de falta de sabiduría y de conciencia del añejamiento.


«Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto y ríos en lugares desolados. Isaías 43:18-19 NVI



Aunque hay ciertas etapas que ya no volverán (como la fertilidad o la juventud), Dios sigue produciendo algo nuevo y bello, o al menos ese es su deseo para nosotros. La belleza de un espíritu apacible y la empatía para entender a quienes están lidiando con cosas que ya hemos superado, o al menos atravesado, deberían ser frutos espirituales de los cuales la humanidad que nos rodea debería poder disfrutar. El aferrarnos a tiempos pasados generará desilusión y lucha por volver atrás y querer algo que inevitablemente se ha ido.



Se reviste de fuerza y dignidad y afronta segura el porvenir. Proverbios 31:25 NVI



Envejecer con dignidad es aceptar y vivir las etapas como se van sucediendo. Aunque físicamente nuestra fuerza merme, hay un vigor que nos provee seguridad para afrontar el futuro, el cual incluye la muerte o separación de este mundo y de las personas que amamos. Nos permitirá vivir un día a la vez y disfrutar cada momento que se nos brinda, liberándonos de la queja y con una gratitud renovada por los años acumulados. Haciendo un recuento de las pérdidas y ganancias, donde el balance general siempre mostrará un superávit de cosas buenas.



Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta. Romanos 12:1-2 NVI



Así que, será menester enfatizar la necesidad de intencionalidad para cambiar de mentalidad y una apertura a la transformación, incluso cuando no lo habíamos presupuestado. Lo cual nos irá preparando para nuestro encuentro con lo eterno. Si mantenemos nuestros pensamientos enfocados en lo temporal, así actuaremos; pero si abrimos nuestro pensamiento a la eternidad, nuestra vida se librará de la mezquindad de una vida temporal y obraremos con generosidad y libertad.



Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 2 Corintios 5:17 NVI



Aún recuerdo la noche que me rendí a ser el gerente general de mi vida y le di permisos y acceso a Jesús en todas las áreas de mi vida. Ahí comenzó ese cambio profundo que sigue vigente hoy, incluso en medio de los desafíos. De haberme aferrado a mi forma, el sufrimiento y el dolor me hubieran estancado y destruido. Sumado a eso, ocho años después, se me da la oportunidad del matrimonio al lado de una mujer increíble. Ambas fechas marcaron una disposición a seguir cambiando y apuntar a una meta mayor, pues nada es un fin en sí, todos son medios para continuar en mi proceso de transformación a la mente y figura de Cristo.



De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, cada uno trate a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes. 

1 Pedro 3:7 NVI



Tanto la menopausia como la andropausia pueden ser una oportunidad para crecer en comprensión y compasión. Reflexionar sobre nuestros roles de esposos en esta etapa no presupuestada, hacer los ajustes y cambios necesarios sin perder el enfoque y destino final al que nos dirigimos, con esperanza en la fidelidad de Dios, quien no cambia, incluso cuando nosotros pasamos por profundas transformaciones físicas y emocionales. Él permanece inmutable, anhelando el día de reencuentro total con sus hijos e hijas.



Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré. Isaías 46:4 NVI


ORACIÓN:

Señor, gracias por los cambios que permites en nuestra vida, incluso aquellos que no presupuestamos y que generan cierta incomodidad. Danos sabiduría para abrazarlos con fe, empatía para acompañar a quienes los atraviesan, y fortaleza para honrarte en cada estación. Que el paso de los años no sea motivo de queja, sino de gratitud. Renueva en nosotros un espíritu firme, y guíanos con tu mano fiel hacia lo eterno, buscando tu presencia cada día de nuestras vidas, sin fingimiento y con nuestro corazón abierto a los cambios que sean necesarios.



Lily & Ray


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