CUANDO SUENE LA TROMPETA (Segunda Parte)

en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados. 1 Corintios 15:52 NVI


En la víspera del sábado, y luego de sobrevivir al fragor veraniego del mediodía, comienzo a presupuestar mis fuerzas para mi recorrido ciclístico del día siguiente. Mi cuerpo se siente golpeado por el esfuerzo de la mañana, pero el entusiasmo que se despertó por hacer el recorrido y llegar un poco más lejos me hace recopilar todas las fuerzas que dosifiqué para tener una nueva aventura.


El vaivén de mi cuerpo sobre la hamaca produce un estupor que raya en el adormecimiento, mientras el sol parece hacer eco de mis emociones al comenzar a guardarse en el ocaso, enrojeciendo los cielos y las nubes que parecen untadas en el firmamento. Ahí me aparecieron las fantasmagóricas y misteriosas cantantes que pueden alcanzar notas tan altas utilizando el registro de silbido.


Las chicharras (cicádidos, también conocidas como cigarras) ya me son conocidas en mis periplos por las tierras orientales y también en las zonas costeras del país. Aunque solo sea de manera auditiva, me acompañan en mi descanso vespertino, con la monótona melodía que aumenta mi somnolencia y que, simultáneamente, despierta mis meditaciones. Hay tanto misterio en su existencia, tanto que casi nunca he tenido la oportunidad de observar una de ellas viva; sin embargo, se hacen escuchar y sentir.


Es Viernes Santo, y comienzo a ver la misteriosa analogía que existe entre el ciclo de vida de estos peculiares insectos y la remembranza que hacemos del proceso que experimentó Jesús, mismo que conmemoramos en esta hora sexta del día, la cual era la primera del día sábado para la tradición judía. Al comienzo del Shabat, Cristo yacía en la tumba. Yo estoy inerte bajo la pérgola donde ya dejé de balancearme, mientras una brisa fresca me golpea y reconforta.


El domingo recordaremos la resurrección de Jesús, en la cual se sostiene la fe cristiana, y sin la cual no tendrían sentido los más de dos mil años de espera. Este fue un anticipo que marcó la esperanza en la que nos sustentamos y, sin la cual, la fe no habría sido suficiente. Este hecho cambió la historia y el destino de la humanidad, aunque esta última muchas veces sea ajena, ignorante o indiferente.


La cigarra tiene un ciclo de vida único y misterioso, en el que las hembras adultas ponen sus huevos en las ramas de los árboles; luego las ninfas caen al suelo y viven bajo tierra durante muchos años, alimentándose de las raíces de las plantas. Finalmente, las ninfas emergen del suelo, se transforman en adultos alados y viven solo unas semanas para reproducirse y morir. Este ciclo puede servir como una hermosa analogía de la segunda venida de Jesús.


Un largo tiempo oculto bajo tierra (espera en lo oculto / preparación invisible). Las cigarras pasan la mayor parte de su vida bajo tierra, a veces 13 o 17 años, en completo silencio y anonimato. No se ven, pero están vivas, creciendo y esperando el momento adecuado para salir. Jesús está vivo, pero aguardamos su aparición gloriosa. Así como las cigarras permanecen ocultas durante años, la segunda venida de Jesús ha estado “oculta” desde hace siglos. No lo vemos, pero Él está vivo, obrando en lo invisible, y llegará en el momento exacto.


Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Hebreos 10:37 NV



La salida repentina y masiva de las chicharras nos recuerda la revelación gloriosa. Cuando llega el tiempo, las cigarras emergen de la tierra en grandes cantidades, rompiendo su silencio con un canto que llena los bosques. Así será la venida de Cristo: repentina y gloriosa, visible y audible para todos.



Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo... 1 Tesalonicenses 4:16 NVI


Una transformación visible (cambio de cuerpo / gloria). Al salir, las cigarras dejan su vieja piel, se transforman y despliegan sus alas para una breve vida de luz, canto y vuelo. Así también los creyentes serán transformados; habrá una nueva vida en gloria, liberados del cuerpo terrenal, listos para estar con Él.


...seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción…1 Corintios 15:52-53 NVI


Mientras el silbido continúa, un canto que evoca adoración y proclamación llena el ambiente con sus particulares y únicas notas, las cuales no pueden ser ignoradas. Su canto anuncia que ha llegado un tiempo especial, y lo hacen con fuerza y unidad. Cuando Cristo vuelva, toda lengua confesará que Jesús es el Señor. Será un momento de adoración universal y de reconocimiento del Rey de reyes y Señor de señores.


Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:9-11 NVI


Después de un ciclo largo y oculto, las cigarras finalmente cumplen su propósito. Llenaron el ambiente con su alabanza, se reprodujeron y terminaron su ciclo. Así también, la historia de la humanidad culminará con el retorno de Jesús. Su venida es el cumplimiento del propósito eterno de Dios: redimir, restaurar y reinar. El propósito cumplido, el final del ciclo y el cumplimiento del tiempo. El inicio de un nuevo ciclo donde todo será hecho nuevo.


El que estaba sentado en el trono dijo: “¡Yo hago nuevas todas las cosas! Apocalipsis 21:5 NVI


Así como en los campos secos y la esperanza de ver crecer los sembradíos de milpa oímos la trompeta como un anuncio que parte la historia en dos, en el ciclo de vida de las cigarras somos invitados a vivir expectantes, atentos al silbido sutil que anuncia que el Rey viene. Cómo lo expresa el apóstol Pablo en la primera carta a los corintios !Maranata! que significa "Señor, ven" o "el Señor viene".


Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos. La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz. Vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en desacuerdos y envidias. Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo y no se preocupen por satisfacer los deseos de la carne. Romanos 13:11-14 NVI



La hamaca se vuelve a mover, esta vez accionada por el cuerpo de mi amada que se acurruca junto a mí y me roba un suspiro. Ella es como un anticipo de ese Reino venidero. El viento que sopla rozando su piel crea un perfume simbiótico de naturaleza y belleza. Su voz suave me invita a salir de mis maquinaciones para compartir, junto a ella, la exquisitez de una torreja (postre tradicional guatemalteco), con un café como maridaje, pero sobre todo, de su dulce compañía.



Mientras tanto, suspiramos anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial, porque cuando seamos revestidos, no se nos hallará desnudos. Realmente, vivimos en esta tienda de campaña suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 2 Corintios 5:2-4 NVI


ORACIÓN:

Jesús, aunque eres muy claro en tus indicaciones y, como tú mismo lo expresaste, el día y la hora nadie lo sabe, solo el Padre. Aun así, la naturaleza misma nos da atisbos y prefiguraciones de lo que está escrito. Nosotros mismos anhelamos en el fondo lo que ha sido sembrado por tu Espíritu: la redención de nuestros cuerpos y la consumación de tu Reino. Enséñanos a vivir vigilantes, despiertos, expectantes, con lámparas encendidas y corazones rendidos. Que cuando suene la trompeta, seamos hallados fieles, listos para encontrarte en las nubes y morar contigo por la eternidad. Amén.

Ray & Lily


https://www.youtube.com/watch?v=88sBBQjFKtk


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