Entonces
regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio
llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo
besó. Lucas 15:20 NTV
Pocos lugares en el mundo me son tan
agradables, como el espacio entre los brazos de mi amada Ileana. El sentirse
amado y respetado, conociéndome tal cual soy es un sentimiento que no tiene
parangón. Pero de dónde surge ese deseo tan inherente del ser humano. En mi
caso, aunque no tenga la memoria de ese lapso, los brazos de mi madre
constituyeron ese primer regazo en que me sentí seguro y cuidado. Puedo
imaginar su mano deslizándose sobre mi cabeza para acomodar los pocos cabellos
que poseía. Una sonrisa, un rostro amigable que de a pocos fui conociendo.
Beban
abundantemente de su gloria, como bebe un pequeño hasta saciarse de los pechos
consoladores de su madre Isaías 66:11 NTV
Más tarde experimenté cómo unos brazos
fuertes podían convertirse en algo delicado, cuando por la noche dormía sobre
el pecho de mi padre. Amé ese sitio como pocos, lo disfruté hasta que me fue
arrebatado. En muchas ocasiones ese lugar estaba invadido por el aroma
fermentado de su aliento a alcohol, pero no lo juzgaba, me sentía cuidado ahí.
Me afirmó tanto el poder deleitarme y gozar de esa cercanía, que cuando me
apartó fue una de las experiencias más dolorosas de mi vida.
Tan
compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Salmo
103:13 NVI
La ternura, fragilidad, confianza,
delicadeza e inocencia. Un lugar sin malicia que confiaba plenamente en mí.
Esos fueron los brazos de mis hijos. Tanta pureza y encanto es difícil de
igualar, también son momentos que extraño. Mi dedo aprisionado por sus pequeñas
manos que se asían con fuerza, como si su vida dependiera de ello. Fueron
inevitables las lágrimas por el inmenso privilegio de haberme confiado la vida
de un ser tan perfectamente diseñado. Dependiente totalmente de las decisiones
de los adultos a su cuidado.
y en
el desierto. El Señor su Dios los ha tomado en sus brazos durante todo el
camino que han recorrido hasta llegar a este lugar, como un padre que toma en
brazos a su hijo. Deuteronomio 1:31 DHH
Mis hermanos fueron mis primeros amigos,
ese brazo discurriendo sobre mis hombros como señal de camaradería, la certeza
de tener alguien a quien confiar los más íntimos secretos, dispuesto a
aventurarse e incluso arriesgar su vida conmigo y por mí. Tengo la dicha de
contar con un gran número de ellos y he gozado de la oportunidad de trabajar
con algunos de ellos. Han sido mis mejores compañeros de labores y el bastón
sobre el que me he apoyado en múltiples ocasiones. Me ha sido bueno mantener
buenas relaciones con ellos, pues son los vínculos más longevos que compartiré
en esta vida.
En todo
tiempo ama el amigo, y el hermano nace para el tiempo de angustia. Proverbios
17:17 LBLA
Y que de la mano amiga, aquella que sin
compartir ningún lazo sanguíneo decide extenderse para ayudar, animar, consolar
y compartir todo lo bueno que posee. No puedo más que sentirme afortunado por los
amigos que estrecharon mi cuerpo con un abrazo, diciendo, sin palabras, no
estás sólo, puedes contar conmigo. Muchos de ellos pasaron a la categoría de
hermanos, porque como tal han actuado y vivido. Mi deseo es devolver en
reciprocidad todo lo que han significado para mí. Sus brazos extendidos han
constituido un lugar seguro, incluso para confesar mis pecados.
Estoy
afligido por ti, Jonatán, hermano mío; tú me has sido muy estimado. Tu amor fue
para mí más maravilloso que el amor de las mujeres. 2 Samuel 1:26 LBLA
Todo lo anterior quedó obnubilado cuando
conocí el lugar más seguro que nunca imaginé, llegar a Jesús roto en pedazos
por mis malas decisiones, habiendo sido defraudado y defraudando muchas de las
relaciones descritas, sintiéndome inmerecedor de estar en los brazos de nadie,
cuando no tuve ningún otro lugar al cual recurrir, volví en sí y regresé con la
cara abajo, sin argumentos ni justificaciones y me abrazó la misericordia y el
amor de un padre bueno, tanto que nunca había imaginado que fuera posible.
Jehová
se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado;
por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3 RVR 1960
El amor más incondicional que se pueda
experimentar, la inmensurable gracia que se derramó sobre mí, cubriendo
multitud de errores, los privilegios de hijo con los que fui recibido. Brazos
más amorosos y suaves que los de mi madre para abrazarme, fuerza más grande que
la de mi padre terrenal para sostenerme, ternura y santidad que ni con mis
hijos había conocido, fraternidad e igualdad de derechos de un hermano mayor
que todo lo hizo por mí, amistad sin límites e incondicional, todo en un solo
lugar. Entre los brazos de mi padre celestial.
Su hijo
le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de
que me llamen tu hijo. » Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido,
traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para
su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado.
Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y
ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces
comenzó la fiesta. Lucas 15:21-24 NTV
Pero qué de aquellos que no han tenido ninguna
de estas experiencias previas, o que incluso fueron abusados, rechazados y
abandonados por sus padres, hermanos, hijos y amigos. También para ellos está
disponible el amor y habrá redención para todo el dolor y llanto que hayan
experimentado. Toda amargura y tristeza serán disipadas al entrar en una
relación con el creador del universo, quien espera con los brazos abiertos para
cobijar a todo aquel que se acerca creyendo que él existe y que es galardonador
de todos los que le buscan.
Con sus plumas te cubre, y bajo sus alas
hallas refugio; escudo y baluarte es su fidelidad. Salmo 91:4 LBLA
Dios está cercano y puedes acceder a Él a
través de la oración, por medio de conversaciones sinceras y honestas, sin
lenguajes rebuscados, siendo tal cual eres. La lectura bíblica es la mejor
forma de escucharlo y conocer su carácter, lo cual te permitirá reconocerlo en
todas las situaciones de la vida. También conocerás su voluntad para tu vida y
la gracia que te capacita para cumplirla, para luego integrarte a una comunidad
cristiana (la familia de Dios) donde podrás experimentar y practicar el amor de
Dios.
El
Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para
llevar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para consolar a los de
corazón quebrantado y proclamar que los cautivos serán liberados y que los
prisioneros serán puestos en libertad. Él me ha enviado para anunciar a los que
se lamentan que ha llegado el tiempo del favor del Señor junto con el día de la
ira de Dios contra sus enemigos. A todos los que se lamentan en Israel les dará
una corona de belleza en lugar de cenizas, una gozosa bendición en lugar de
luto, una festiva alabanza en lugar de desesperación. Ellos, en su justicia,
serán como grandes robles que el Señor ha plantado para su propia gloria.
Isaías 61:1-3 NTV
ORACIÓN:
Padre, todo cambió cuando te conocí, contigo
encontré mi valor y afirmación, no quiero estar nunca lejos de ti, pero también
quiero ser tus pies y tus brazos, proclamar tus palabras de amor para que todos
aquellos que aún no te han experimentado, puedan descubrir su identidad y valor
en ti. Quiero hacer sentir a las personas más amadas y en un lugar seguro, para
que juntos descansemos entre tus brazos. Amen.
Ray & Lily
https://www.youtube.com/watch?v=WA-zKmC_3fI
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