SIMPLEMENTE CARLOS

¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un don nadie. Proverbios 22:29 NVI

 

Diligentemente y con mucho esmero hace su trabajo, para muchos pasa desapercibido, al menos me ha pasado a mí. Lleva un atuendo de color verde encendido con el escudo de la municipalidad y con la escoba en una mano y la pala en la otra, poco levanta la vista, pues su objetivo el limpiar la calle del sector que le fue asignado. Yo paso de largo, pero algo me inquieta y me quedo pensando mientras camino y me alejo de su ubicación. Su trabajo no es solo para ganarse el sustento, muchos somos beneficiados por su labor.

 

Debo regresar por la misma ruta y espero encontrarme de nuevo con él. No me tomará mucho tiempo el estar de vuelta, pero necesito un pretexto para acercarme y poder iniciar una conversación. Cómo decirle gracias por lo que haces por todos los que transitamos esta calle y habitamos esta ciudad. Consigo un sándwich para compartirlo, esa será mi excusa para entablar la plática.

 

Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Colosenses 3:23 NTV

 

Apresuro el paso y veo su silueta al doblar la esquina, no ha avanzado mucho, pero lo hace con excelencia. Me pregunto cómo serían nuestras calles si todos los que se dedican a barrerlas renunciaran y no hubiera nadie más para tomar el empleo. ¿Tomaría el empleo para suplir esa necesidad?

 

No logro entablar la conversación, mi interacción se limita a preguntar su nombre, entregar el sándwich y agradecerle por su valioso trabajo. Con un poco de desconfianza responde -Carlos-, mientras continúa batiendo la escoba contra el suelo. Su piel está un poco tostada por la sobreexposición al sol que sufre al trabajar en la intemperie. Con una sonrisa agradece haciendo una mueca un tanto desconcertado, me da su áspera mano y cada cual continuamos por nuestro camino.

 

No te pido solo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje de ellos. Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:20-21 NTV

 

Cuantos héroes anónimos estarán dispersos en nuestras urbes haciendo la parte que les corresponde. Actuando en unidad aún si saberlo, sirviendo a sus congéneres al hacer la parte que les corresponde con excelencia, sin menospreciar el trabajo que hacen, ejecutándolo como para Dios mismo. Esa conciencia colectiva, de la que muchas veces carecemos, es necesaria, no solo para vivir en paz, sino para hacer de nuestro planeta un lugar mejor.

 

Así es, el cuerpo consta de muchas partes diferentes, no de una sola parte. Si el pie dijera: «No formo parte del cuerpo porque no soy mano», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. Y si la oreja dijera: «No formo parte del cuerpo porque no soy ojo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿cómo podríamos oír? O si todo el cuerpo fuera oreja, ¿cómo podríamos oler? ' 1 Corintios 12:14-17 NTV

 

Vivimos en una delicada interdependencia que no admite el orgullo de la independencia y el aislamiento o el menosprecio de los roles aparentemente más humildes. Cada trabajo, por sencillo que parezca, tiene un impacto invaluable en nuestra comunidad. Carlos, con su escoba y pala, no solo limpia nuestras calles, sino que también nos da una lección de humildad, dedicación y servicio. Él nos recuerda que la dignidad no está en el título del trabajo, sino en la actitud con la que se realiza.

 

 

En un mundo que a menudo mide el valor de las personas por sus logros visibles, es vital detenernos y reconocer la belleza en los actos de servicio silencioso. Debemos reflexionar sobre nuestra propia disposición para servir, no buscando reconocimiento, sino buscando el bien de los demás sin hacer acepción de personas, ya sea por sus carencias o por sus muchos logros. Nuestro trabajo o cualquier cosa que emprendamos debe estar impregnado de excelencia, para así reflejar la gloria de Dios.

 

Así como el Hijo del Hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28 NVI

 

Jesús asumió un papel humilde y de servicio. Tomó el lugar de un siervo al lavar los pies de sus discípulos, una tarea que en su tiempo era considerada la más baja. Este acto no solo demostró amor y humildad, sino que también estableció un modelo para nosotros: servir a los demás sin esperar reconocimiento. Carlos, con su escoba y pala, nos recuerda este ejemplo. En su dedicación silenciosa, encontramos una analogía con Jesús, quien sirvió a la humanidad sin importar cuán ingrato o insignificante pareciera su labor a los ojos de algunos.

 

Porque Dios no es injusto. No olvidará con cuánto esfuerzo han trabajado para él y cómo han demostrado su amor por él sirviendo a otros creyentes, como todavía lo hacen. Hebreos 6:10 NTV

 

 

ORACIÓN:
Señor, gracias por Carlos y por todas las personas que trabajan con dedicación y esmero en tareas que muchas veces damos por sentadas. Ayúdanos a valorar a cada persona como parte esencial de Tu creación. Enséñanos a servir con humildad, a trabajar con excelencia como para Ti, y a ser agradecidos por el esfuerzo de los demás. Que vivamos en unidad, reconociendo que cada uno tiene un papel único en Tu diseño perfecto. Gracias Jesús por tu ejemplo. Amén.

 

Ray & Lily

 

https://www.youtube.com/watch?v=9aCc3DZ9_RA

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