'Hace mucho tiempo se me apareció el Señor y me dijo: «Con amor eterno te he amado; por eso te he prolongado mi fidelidad,' Jeremías 31:3 NVI
Es casi el medio
día del viernes en la ciudad de Guatemala, el cielo está gris y la amenaza de lluvia
está latente, el instituto de meteorología ya lo ha pronosticado y solo estamos
a la espera de que se desate el diluvio sobre nuestras tierras secas y
sedientas del vital líquido. Con esta entrada del invierno (así se le llama a
la época lluviosa en nuestro país) también crecen los riesgos de inundaciones,
deslaves y hundimientos.
Las cosas han
marchado bien desde la mañana, cumplí con mis cuatro citas programadas para
clases de pilates y el resto de mi agenda se ha cumplido sin ningún
contratiempo. Llevo los quesos, carnes frías, el pan y el traje ya ajustado a
mi medida, me resta una sola cosa y mientras me dirijo al lugar, se desata el
vendaval que comienza a saturar el parabrisas de nuestro pequeño auto. Llego a
mi destino aún librándome de mojarme y minutos después salgo sin lo que
buscaba. El aguacero aumentó, me subo de nuevo al vehículo y un escalofrío,
causado por las gotas de agua que se deslizan en mi espalda, me estremece.
Me pongo de
acuerdo con mi amada Ileana para recogerla y luego ir a casa. Lo que comenzó
con una pequeña brisa ahora parece una tormenta tropical y me desplazo
lentamente por las calles y avenidas de la metrópoli, éstas se han convertido
en ríos y en algunos tramos pareciera que necesito una embarcación acuática,
más que el endeble automotor que por momentos pareciera no será capaz de
sortear la aventura. Aún así logramos llegar a casa, al final de la tarde y
luego de concretar otras diligencias. Pero mi mente está más puesta en el
evento del día siguiente, a decir verdad, un clima seco se nos antoja más
idóneo y comenzamos a clamar (no sé si egoístamente) por un parón de la
precipitación para dentro de 24 horas.
El sábado
amaneció seco, pero gris, 20 kilómetros nos separan de lugar escogido (que aún
no conozco) y con suficiente tiempo emprendemos el viaje que durará menos de
una hora. Mientras nos acercamos la llovizna comienza a descender suavemente y
entramos al lugar poblado de una densa vegetación, parece una jungla y
coincidimos con el comentario que el sitio refleja la personalidad de Fernando
y Pamela, de quienes somos invitados esa tarde.
'Elías era
hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para
que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra
vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.' Santiago 5:17-18
RVR 1960
Arrecia la lluvia y aún así todo se está
preparando para tener una ceremonia al aire libre y aunque hay un plan de
contingencia, nuestra oración sigue siendo que el cielo se abra por unas horas
y dé la oportunidad de concretar el plan como se concibió originalmente. Pienso
en la fe de Elías y de cómo logró estar de acuerdo con la voluntad de Dios y
hacer que dejara de llover por más de tres años, nosotros solo queremos un par
de horas.
Ya son las 5 de
la tarde y me termino de arreglar, mi enmarañado cabello fue sometido al orden
con la ayuda de una banda elástica y buena dosis de gomina (gelatina para el
cabello), la hora se acerca y mientras me dirijo de vuelta al lugar, resoplo y
constato que nuestro clamor fue escuchado, se cerraron las fuentes del cielo y
la pertinaz lluvia ha cesado. Esbozo una sonrisa y aunque voy unos minutos
tarde, hay una calma que invade mi ser, siento la presencia de mi padre y la
respuesta a nuestra caprichosa requisición. Es increíble que se interese en
nuestros pequeños asuntos.
'Gocémonos y
alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino,
limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los
santos.' Apocalipsis 19:7-8 RVR
Pamela está un
poco nerviosa, le gusta la puntualidad y estamos 6 minutos tarde a la hora
programada. Caminamos por el pasillo flanqueado por los invitados, todas las
miradas están sobre ella, al final está el kiosco dónde espera Fernando. En
este hermoso día que Dios nos ha regalado, me encuentro lleno de gratitud y
emoción al ver el amor que florece y crece entre ellos dos. Como padre de la
novia (Ahora esposa), me siento honrado de compartir este momento tan especial
con mi pequeña, Pame (como cariñosamente le llamamos), y también con su amado
Fer. Ella luce esplendida, radiante, simplemente hermosa.
'Pero por la
gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo,
antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios
conmigo.' 1 Corintios 15:10 RVR 1960
Cuando reflexiono sobre el matrimonio y los principios que
lo sustentan, mi corazón se llena de humildad y esperanza. He aprendido muchas
lecciones a lo largo de mi vida, algunas de las cuales fueron difíciles de
enfrentar, a causa de mis malas decisiones. Reconozco que no siempre fui el
mejor modelo de esposo, y lamento profundamente todo el dolor que le causé a mi
hija y a su madre. Sin embargo, en medio de mis fallas y errores, Dios me
concedió el privilegio de ser su padre y luego una nueva oportunidad para
crecer, sanar y amar de una manera más profunda.
'Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que
actúa en nosotros,' Efesios 3:20 RVR 1960
Y aunque eso es otra historia, al mirar hacia atrás en ella,
no puedo evitar maravillarme por la gracia y la misericordia que Dios ha
derramado sobre mí, a pesar de mí. Por tanto, al verlos iniciar este nuevo
capítulo de su vida juntos, mi corazón rebosa de alegría y esperanza por lo que
el futuro les depara. Deseando que El Señor haga las cosas en su vida, mucho
más abundantemente de lo que puedan pedir, imaginar y soñar. Están tomando
mejores decisiones que las que yo tomé a su edad.
'Y aunque tu
principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande.' Job 8:7 NVI
Mi mayor deseo en ese momento donde se me inflama el alma es
bendecirlos con el verdadero significado del amor. Que el amor que compartan
sea paciente y amable. Que no tenga envidia, ni orgullo, ni arrogancia. Que no
se comporte de manera indebida, ni busque su propio interés, sino que siempre
esté dispuesto a sacrificarse por el bienestar del otro. Que su amor sea
duradero, confiado, esperanzado y que juntos soporten todas las cosas. Que
experimenten y transiten por el más excelente de los caminos (1 Corintios 13)
'Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos
tres; pero el mayor de ellos es el amor.' 1 Corintios 13:13 RVR 1690
Que los días felices sean muchos, y que en ellos encuentren
motivos para celebrar juntos, y en los días difíciles, se apoyen mutuamente con
comprensión y compasión. Que su hogar sea un refugio de paz y amor, donde la
presencia de Dios siempre esté presente y así sobrevivir a las vicisitudes de
este mundo pecador, tal y como es y no como nos gustaría que fuera. Pues la
idea del matrimonio nació en el corazón de Dios y él está prestó a sustentar su
plan perfecto.
“El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga
resplandecer su rostro sobre ti y te extienda su amor; el Señor mueva su rostro
hacia ti y te conceda la paz”. Números 6:24-27 NVI
Mientras me encuentro sentado observo todas las escenas que
se suscitan en la celebración, hago un recorrido visual por cada mesa, muchos
conocidos, mi madre y todos mis hermanos (excepto uno), me pregunto qué haría
Jesús, mi espíritu religioso cuestiona algunas cosas, pero pienso en él
convirtiendo el agua en vino. Ese sábado convirtió el agua en alegría y en un
sueño cumplido. Me lo imagino sentado disfrutando de ver a sus hijos seguir uno
de los sueños que el planeo para ellos, aunque no estemos muy conscientes de
ello, su voluntad prevaleció en esa tarde noche. El sueño de un buen padre.
'según nos escogió en él antes de la fundación del mundo,
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad,' Efesios 1:4-5 RVR 1960
ORACIÓN:
Padre, mis labios se endulzan y tiemblan al llamarte así.
Papito (Abba) que bueno y grande que eres, hoy celebro tu paternidad y amor, me
alegro de conocerte como tal y da haber sido adoptado por el puro afecto de tu
voluntad. Te pedimos que el matrimonio continúe siendo testimonio vivo del
poder transformador y tu amor, ya que solo en humildad y sumisión a ti se puede
apreciar la plenitud de este. Deseamos dar pasos juntos marcados por la gracia
y la belleza del compromiso mutuo. Queremos darte nuestras vidas cómo regalo y
celebrarte por siempre, que nuestra caminata por esta tierra sea una canción
que de adore y engrandezca tu nombre. Amén.
Ray & Lily
https://www.youtube.com/watch?v=9EbatZuTlrU
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