SISTOLE Y DIASTOLE

'Entonces los rociaré con agua pura y quedarán limpios. Lavaré su inmundicia y dejarán de rendir culto a ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo.' Ezequiel 36:25-26 NTV

 

Domingo por la tarde, me encuentro solo en casa y tengo la alternativa de acompañar a un grupo que a tomado la decisión de pasar por las aguas de bautismo. La jornada matutina ha estado bastante activa, he subido y bajado las 88 gradas del edificio de nuestra congregación al menos 5 veces. No estoy seguro si es el calor extremo o la baja calidad del aire, pero me ha faltado energía en los últimos días. Sumado a eso la ausencia de mi amada durante las próximas dos semanas no es algo alentador. Me despojo del calzado y me derrumbo en el sofá de la sala de estar. Escribo a un amigo para preguntar si necesitan apoyo para alistarme y salir de nuevo. La respuesta no llega (aún la espero hoy lunes) y me relajo un poco más. Un pequeño malestar estomacal también hace su aparición y se agrega a la lista. 

 

La presión sanguínea se mide tanto en el momento en el que el corazón se contrae, llamado sístole, como en el momento en el que se relaja, llamado diástole. La presión sistólica se mide cuando los ventrículos del corazón se contraen. La presión diastólica se mide cuando los ventrículos del corazón se relajan. Esta contracción y relajación constante hacen que el órgano y todo el sistema circulatorio funcione adecuadamente, cumpliendo su función de llevar vida a todo el cuerpo.

 

‘En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Romanos’ 12:11 RVR1960

 

El corazón humano es un órgano asombroso que realiza estos dos movimientos principales. En la sístole, el corazón se contrae para bombear sangre, mientras que, en la diástole, se relaja para llenarse de sangre nuevamente. Este ciclo continuo es esencial para la vida física. De manera similar, podemos considerar el corazón espiritual de los individuos y de la iglesia de Cristo, viendo cómo estos principios de contracción y relajación también se aplican a nuestra vida espiritual.

 

‘No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.’ Gálatas 6:9 RVR1960

 

La sístole, como la contracción del corazón físico, puede representar momentos de esfuerzo, dedicación y trabajo en la vida espiritual. Es en estos momentos cuando el corazón espiritual se "contrae" para dar lo mejor de sí, trabajando activamente en el servicio a Dios y a los demás, siendo diligentes y fervorosos en espíritu, reflejando el esfuerzo y dedicación necesarios en la vida, tal cual lo modeló Jesús y la iglesia primitiva.

 

‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.’ Mateo 11:28 RVR1960

 

La diástole representa momentos de descanso, renovación y recibir de Dios. Es en estos momentos cuando nuestro corazón espiritual se "relaja" para ser llenado con la presencia y el amor de Dios, preparándonos para los siguientes momentos de acción. Jesús invita a los que están cansados a encontrar descanso en Él, reflejando la importancia de la diástole espiritual, donde encontramos renovación y descanso en la presencia de Dios.

 

‘En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.’ Salmos 23:2-3 RVR1960

 

Este principio es verdad también para la iglesia de Cristo, al igual que un individuo, también pasa por ciclos de sístole y diástole espirituales. Estos ciclos son esenciales para su salud y crecimiento. En su fase de sístole, se dedica a la obra del ministerio, evangelización, y servicio a la comunidad. Es un tiempo de actividad intensa y trabajo conjunto para expandir el Reino de Dios. La iglesia primitiva trabajaba diligentemente en la enseñanza, comunión, y oración.

 

‘Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones... Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.’ Hechos 2:42-47 RVR1960

 

La iglesia también necesita tiempos de diástole, donde se enfoca en la adoración, la reflexión y la renovación espiritual. Estos momentos permiten que la congregación se fortalezca y sea edificada. En el libro de los hechos (13:2) vemos a la iglesia en Antioquía en un momento de diástole, ministrando al Señor y ayunando, lo que resultó en una dirección clara del Espíritu Santo.

 

‘Ministrando éstos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.’ Hechos 13:2 RVR1960

 

El ciclo de sístole y diástole, tanto en el corazón físico como en el espiritual, es esencial para la vida y la salud. Como individuos y como iglesia, necesitamos equilibrar momentos de trabajo y esfuerzo con tiempos de descanso y renovación. Al seguir estos principios bíblicos, podemos asegurarnos de que nuestro corazón espiritual, y el de la iglesia, latan con fuerza y salud, cumpliendo con el propósito de Dios en nuestras vidas, encontrando nuevas fuerzas en el descanso en Dios y avanzar con vigor en Su servicio.

 

‘Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.’ Isaías 40:31 RVR1960

 

Sumergido

Terminé la tarde del domingo sumergido en la tina del baño (la cual casi nunca usamos) pausando todos los que haceres físicos y mentales, ayudado por un fondo musical y luz tenue. Me bauticé en esas aguas y sostuve conversaciones importantes con el creador del universo, relajé mi corazón y lo libré de la perpetua contracción, la cual amenaza con endurecerlo. Hoy amanecí con renovadas energías y con la mente desembotada del activismo que me asecha.

 

'Luego midió otros quinientos treinta metros y el río ya era demasiado profundo para cruzarlo caminando. Había buena profundidad para nadar, pero demasiada para atravesarlo a pie. A ambas orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas nunca se marchitarán ni caerán y sus ramas siempre tendrán fruto. Cada mes darán una nueva cosecha, pues se riegan con el agua del río que fluye del templo. Los frutos servirán para comer, y las hojas se usarán para sanar».' Ezequiel 47:5,12 NTV

 

ORACIÓN:

Padre, cuan engañoso es mi corazón, me puede convencer de que voy por el rumbo correcto, pero puede terminar en muerte, física y espiritual. Ayúdame a priorizar mis tiempos de descanso en tu presencia y a cultivarlos también con tu iglesia, para que vivamos saludables con un corazón limpio y receptivo, como el tuyo. Que todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo sean disciplinados en esa sístole y diástole. Amén.

 

Ray & Lily

https://www.youtube.com/watch?v=k5uOuHyCZr0

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