'Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios. Tengo sed de Dios, del Dios viviente. ¿Cuándo podré ir para estar delante de él? ' Salmos 42:1-2 NTV
El ruido de la
podadora interrumpe mi intento por descubrir el extraño sonido. Pasé unos
minutos tratando de descifrar que tipo de ave emitía aquel gorjeo que, aunque
un tanto parecido a otros que mi memoria auditiva a recopilado, este tiene un
dejo de queja y angustia, cómo si estuviera siendo acosado por algún mal o
situación que amenaza su existencia. Es posible que tan solo sea un zanate, la
más conocida y popular ave, una abundante especie en el territorio guatemalteco,
que al sentirse amenazado a extraído un sonido más profundo y exótico.
Cuantas veces me
ha pasado algo similar, cuando las angustias en incertidumbres han acosado lo
más profundo de mi ser, provocando que aflore el gorjeo del alma humana, una
melodía que resuena a través de la historia y se manifiesta con fuerza en cada
rincón del mundo, incluyendo la vibrante tierra de Guatemala. Este anhelo
profundo se entrelaza con el paisaje cultural, geográfico y espiritual de un
país que lucha con su identidad, sus problemáticas sociales y su búsqueda de
sentido.
El Salmo 42 capta
magistralmente ese cántico de lo más profundo del corazón humano. Este grito refleja
una sed espiritual insaciable, una búsqueda desesperada por algo que trasciende
lo material. En Guatemala, esta sed se manifiesta de maneras únicas y
profundas. Las grandes desigualdades de condiciones, el lastre de los vicios
arraigados y la disfuncionalidad familiar a causa de factores tan diversos, que
van desde la imperiosa necesidad de llevar sustento a casa y verse forzados a
trabajar de domingo a domingo, relegando el insustituible papel paternal, y que
decir el arraigado alcoholismo, el abandono paternal, en resumidas cuentas, el
rampante pecado que constituye el aguijón de la muerte del alma.
'Día y noche
solo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente
de mí diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?».' Salmos 42:3 NTV
Guatemala es un
país de contrastes, con montañas majestuosas, selvas densas y volcanes
imponentes. Su geografía diversa es un espejo de la complejidad de su gente y
su cultura. Los pueblos indígenas, con sus ricas tradiciones y lenguas,
coexisten con las influencias mestizas y europeas, creando una amalgama de
identidades en constante evolución. Este crisol de culturas y lenguas, aunque
fuente de riqueza, también genera un sentido de fragmentación y búsqueda de una
identidad común.
'Se me
destroza el corazón al recordar cómo solían ser las cosas: yo caminaba entre la
multitud de adoradores, encabezaba una gran procesión hacia la casa de Dios,
cantando de alegría y dando gracias en medio del sonido de una gran
celebración.' Salmos 42:4 NTV
Nuestra historia está
marcada por la colonización, la guerra civil y las tensiones sociales
persistentes. Estas experiencias colectivas han dejado una huella profunda en
la psique nacional, un eco de dolor y esperanza que se escucha en las calles
adoquinadas de Antigua, en los mercados coloridos de Chichicastenango, y en las
comunidades aisladas del Altiplano. En medio de esta realidad, el gorjeo del
alma resuena con una intensidad particular, esa sed se va exacerbando y
provocando una deshidratación espiritual que reseca lo mas íntimo de nuestro
ser.
'¿Por qué
estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en
Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios! Ahora estoy profundamente
desalentado, pero me acordaré de ti, aun desde el lejano monte Hermón, donde
nace el Jordán, desde la tierra del monte Mizar.' Salmos 42:5-6 NTV
Las problemáticas
sociales, como la pobreza, la desigualdad y la violencia, magnifican este
anhelo espiritual. La religión, especialmente el catolicismo y las diversas
formas de cristianismo evangélico, juega un papel central en la vida de muchos
guatemaltecos. Sin embargo, este fervor religioso a menudo se entrelaza con
prácticas sincréticas y creencias ancestrales, reflejando la lucha por
encontrar una espiritualidad que satisfaga el alma en su totalidad.
'Oigo el
tumulto de los embravecidos mares mientras me arrasan tus olas y las crecientes
mareas. Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las
noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida.' Salmos 42:7-8 NTV
En este contexto,
las palabras del salmista adquieren una relevancia renovada. "¿Cuándo
vendré y me presentaré delante de Dios?", pregunta el salmo. Este
cuestionamiento resuena en los corazones de aquellos que buscan consuelo y
verdad en medio del caos y la incertidumbre de la vida cotidiana, pues este no
solo es un canto de los guatemaltecos, es una insuficiencia global que va más
allá de las necesidades materiales que pueden ser paliadas de distintas
maneras, es un gorjeo que clama por un encuentro con su creador.
'«¡Oh Dios,
roca mía! —clamo—, ¿por qué me has olvidado? ¿Por qué tengo que andar
angustiado, oprimido por mis enemigos?». Sus insultos me parten los huesos. Se
burlan diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?».' Salmos 42:9-10 NTV
El fin de esta
búsqueda encuentra su respuesta en la figura de Jesús. En un país donde la cruz
es una presencia constante, ya sea en las joyas y ornamentos, camisetas
estampadas o en las pequeñas capillas rurales, Jesús se presenta como la fuente
de agua viva que sacia toda sed espiritual. Él es el camino, la verdad y la
vida (Juan 14:6), ofreciendo consuelo y esperanza a las almas desgarradas por
la realidad de la vida sin Dios.
Jesús invita a
todos a venir a Él, prometiendo descanso para las almas cansadas y cargadas
(Mateo 11:28-30). En un contexto guatemalteco, esto se traduce en un llamado a
encontrar en Él una identidad que trascienda las divisiones culturales y
sociales, una paz que supera la comprensión humana y una verdad que libera y
transforma. Un lugar donde el gorjeo del alma encuentra su respuesta, también descanso,
consuelo y su satisfacción plena.
'¿Por qué
estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en
Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!' Salmos 42:11 NTV
ORACIÓN
Padre, no importa
donde me encuentre, si en una ciudad cosmopolita o en un olvidado rincón del
mundo, nuestros anhelos más profundos solo encuentran satisfacción en ti. Te
necesitamos en cada instante de nuestras vidas y hoy nuestras almas claman por ti.
Concédenos el privilegio de convidar de esa fuente de agua que eres tú, con todas
aquellas almas que aún gorjean por ti. Amén.
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