'pero si muestran algún favoritismo, pecan y son culpables, pues la misma ley los acusa de ser transgresores.' Santiago 2:9 NVI
Con apenas 16 años entra a la galería del Patronato de
Bellas Artes, nunca había visto pinturas y esculturas más que en revistas y
diccionarios enciclopédicos. Se deslumbró y se le abrieron los ojos a un mundo
desconocido para él, hasta ese momento. Habitante de una zona suburbana cercana
a la Ciudad de Guatemala, nunca había caminado por lo que era hasta ese momento,
el sector más exclusivo de la metrópoli. Todo le asombraba y lo que comenzó
como una pequeña oportunidad de trabajo temporal, cómo mensajero, se convirtió
en una puerta abierta que no había imaginado ni en sueños.
Su principal labor era el repartir las invitaciones, que se
generaban para los cocteles inaugurales, de cada exhibición de arte que se aperturaban
en las salas de la institución. La mayoría de los recorridos eran de a pie y
caminaba por las zonas residenciales más exclusivas del país. Eran estos
sectores en los que residían la mayoría de los coleccionistas y potenciales
compradores de arte.
Boquiabierto transitaba por las calles observando, lo que,
para él eran lujosas mansiones. Fue en esos periplos dónde observó por primera
vez en su vida, tres autos deportivos de la marca Porche, estacionados en las
inmediaciones de la residencia de un seudo artista, coleccionista y mecenas del
arte con apellido de ascendencia italiana. Compartía las emociones que vivió
Alicia en el país de las Maravillas.
El contraste entre los barrios en los que habitó era
descomunal y se movilizaba cada día, entre dos mundos que no lograba
compaginar. A decir verdad, no sentía que perteneciera ni a uno ni al otro,
estaba cómo atorado en el limbo. Conocer a los portadores de los apellidos con
mayor abolengo en la nación y convivir con ellos, en medio de obras maestras, bebidas
y alimentos exclusivos. Pero también ser parte de una realidad de pobreza
extrema, delincuencia y carencias educativas, no era nada fácil de manejar.
Además de convertirse en padre a los 18 años y comenzar a formar una familia.
¿Qué había en común entre esos dos mundos paralelos? ¿Cómo
conciliar las diferencias entre dos sociedades? Anhelar muchas de las cosas que
se disfrutaban en medio del mundo del arte guatemalteco lo llevó, incluso, a
estudiar francés y sentirse un poco más a la medida. Luego descubrió un patrón
en varios de los artistas, la mayoría eran procedentes de situaciones
complicadas o con escasos recursos. Fue el arte el medio que les permitió
acceder a una élite. Cómo lo escribió el artista Marco Augusto Quiroa en una
edición de la Revista de La Universidad de San Carlos: “La anti-élite lucha
contra la élite, hasta que esta la absorbe y la convierte en parte de la élite”
(Paráfrasis).
'Me hizo bien haber sido afligido, porque así pude
aprender tus estatutos. Para mí es más valiosa tu Ley que miles de piezas de
oro y plata.' Salmo 119:71-72 NVI
Fueron necesarios muchos años, concupiscencias y vicisitudes,
para aclarar su sentido. Es más, fue necesario un rompimiento, un cambio trascendental
para poder entender todo aquello que embotaba su alma y corazón. La “apertura
de mente” que se pregonaba en el medio, lo llevó a normalizar cosas que lo
fueron transformando en su manera de pensar, hasta llegar a aceptar como arte,
cosas que contradecían valores fundamentales de la humanidad y de Dios. Su vida
y principios estaban puestos en el tobogán de la debacle moral.
‘Yo soy el Señor, y veo más allá de lo que el hombre ve.
El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero yo miro el corazón.’ 1
Samuel 16:7 RVR1960
Pero fue el dolor, ese camino que lo trajo de vuelta a Dios
cómo papá. Una de las primeras canciones que aprendió en esa transición
recitaba algo así “Dame tus ojos quiero ver…” la cantó con tal convicción que
comenzó a observar los corazones de las personas, tal cual los ve Dios. No
importando cuantos recursos, muchos o pocos, los corazones humanos tienen un
vacío con la forma de Dios, y solo el conocimiento de Él lo puede llenar.
Mientras no llegue, deambularemos por el mundo anhelando todo tipo de cosas,
pensando que nos saciarán.
'El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al
mundo. —Señor —le pidieron—, danos siempre ese pan. —Yo soy el pan de vida
—declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre y el que en mí cree
nunca más volverá a tener sed. ' Juan 6:33-35 NVI
Muchos años después de conocer aquel mundo, aquel joven
(ahora un hombre maduro) sentado frente a esa dama a la cual conoció en
aquellos primeros años, guapa, madre de familia, casada con un empresario
prestigioso y exitoso, era difícil entender por que razón se sentía rechazada y
discriminada en un gueto de artistas contemporáneos. No era asimilada ni
encajaba, la causa del rechazo eran sus recursos económicos y la clase social a
la que pertenecía. Ese día captó una verdad “Todos somos rechazados en alguna
medida y necesitamos esa aceptación de ser tal como somos”.
'Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y el que a mí
viene no lo rechazo. Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino
la del que me envió. Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda
nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el día final. Porque la
voluntad de mi Padre es que todo el que ve al Hijo y crea en él tenga vida
eterna, y yo lo resucitaré en el día final. ' Juan 6:37-40 NVI
Si tan solo, todos, conociéramos la verdad escrita en Juan
6:37, sanaríamos y llevaríamos esa sanidad a quien la necesite. Dejaríamos de
hacer acepción de personas. Los blancos dejarían de discriminar por ser negro y
los negros por ser blanco, los ladinos a los indígenas y los indígenas a los
ladinos, los pobres a los ricos y los ricos a los pobres. No importaría,
lengua, raza o nación, si todos a una voz confesáramos a Jesús y lo hiciéramos dueño
y señor de nuestras vidas, no con una religión o denominación, sino como una
forma de vida.
'Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo
Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de
Cristo. Ya no hay judío ni no judío, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino
que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.' Gálatas 3:26-28 NVI
Yo soy ese joven que se deslumbró, también que se confundió,
más importante aún soy ese hombre que fue rescatado, que discriminé personas
por pertenecer a una élite o por ser indigentes. Era ciego, pero ahora puedo
ver con el mismo corazón que Dios me vio a mí, no por las necesidades financieras
o relacionales, vio mi necesidad de un salvador y de ser aceptado, hasta ese
día en que él me rescató, convergieron esos dos mundos y comencé un caminar.
Ahora tengo una historia antes y después de Cristo.
'Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien
recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio
del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los
fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en
sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender,
junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor
de Cristo. En fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento,
para que sean llenos de la plenitud de Dios.' Efesios 3:14-19 NVI
ORACIÓN:
Padre, cuan grande es tu nombre sobre toda la tierra, la
cual observas de principio a fin, no para vigilar nuestra conducta, más bien
para cuidar nuestros corazones. Has peleado por nosotros desde siempre y estas
a la espera de que te demos la oportunidad de salvarnos, de nuestro pecado, concupiscencia
y vicisitudes. Tu puedes saciar toda nuestra hambre y hacernos incorruptibles
como tú, hoy te abrimos las puertas para que completes la obra que planeaste
para nosotros. Amén.
Ray & Lily
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