QUEBRANTA HUESOS

 Todo el día, una y otra vez, su mano se ha vuelto contra mí. Ha hecho que mi carne y mi piel envejezcan; me ha quebrantado los huesos. Lamentaciones 3:3-4 NVI

 

La fiesta se extendió hasta muy tarde y el exceso de bebidas alcohólicas ya se hacía notar en el cuerpo de Mariana, aún así decidió que podía conducir su vehículo hasta casa, de todas formas, a esas horas no era probable encontrar muchos automóviles en la ruta que la llevaría de vuelta. Tarareaba una canción que sonaba en la radio, mientras repasaba las escenas vividas en la celebración, aún podía reírse al recordar los chistes y anécdotas. No parecía que nada pudiera quitarle la sonrisa de la boca.

 

En otra parte de la ciudad, Odilia, se apresuraba para llegar a tiempo a sus labores en un "Call Center” que operaba en la ciudad de Guatemala, los horarios no eran muy cómodos, pero los ingresos eran mejores en esa jornada, lo que le permitía sostener a su familia que consta de dos chicos, un varón y una niña que se llevan varios años de diferencia. Estos últimos se quedaban solos por las noches, mientras ella partía a sus faenas.

 

Mariana comenzaba a pestañar en su vehículo y bajó el vidrio para que el viento la espabilara un poco y así no quedarse dormida. La pesadez se agolpaba sobre todo su cuerpo alcoholizado y le era casi imposible conducir entre las líneas marcadas sobre el asfalto. Zigzagueando por momentos, se alentaba al pensar que ya estaba cerca de su destino.

 

Odilia conducía con precaución, pero también con ligereza, para asegurarse de marcar en tiempo su entrada. De pronto notó unas luces moviéndose irregularmente en dirección contraria y se dijo hacia sus adentros: -Ese auto puede provocar un accidente si no tiene cuidado. Terminando de pensar estaba, cuando un estruendo estalló en sus oídos. El vehículo se saltó la barda y colisionó de frente con el suyo. Un relámpago luminoso pareció enceguecerla, mientras a la velocidad de la luz pasaban imágenes por su cabeza.

 

Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 2 corintios 4:8-10 NVI

 

Las voces distorsionadas poco a poco fueron escuchándose con más claridad y pudo entender lo que decían los cirujanos. El plan era amputarle las piernas. Un grito se ahogaba dentro de su garganta, casi no podía emitir ningún sonido y la impotencia se mezclaba con la angustia por sus hijos. La tibia y el peroné estaban astillados como cuando se rompe una botella de cristal, reconstruirlos constituía una tarea imposible. Pero sacando fuerzas de su amor maternal, logró solicitar el procedimiento al facultativo que estaba a cargo.

 

Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! Así dice el Señor y Dios a estos huesos: ‘Yo haré entrar en ustedes espíritu y vivirán. Les pondré tendones, haré que les salga carne, los cubriré de piel y les daré aliento de vida. Así vivirán y sabrán que yo soy el Señor’ ” Ezequiel 37: 4-6 NVI

 

Conservo la fotografía de cómo quedaron sus piernas, verla caminar unos meses después constituía un milagro. No recibió ninguna indemnización por el percance y solo la gracia y el favor de Dios fueron los garantes que levantaron su vida. Su hijo mayor tomó la tarea de asistirle durante su recuperación en el apartamento ubicado en el 3er piso de un edificio sin ascensor. Recuerdo que, junto a mi esposa y unos amigos, llegamos a visitarle. Oramos teniendo en mente el pasaje de Ezequiel 37, y aunque parecía que lo sacábamos de contexto, la fe se agazapaba a nuestros corazones creyendo la restauración plena de sus huesos.

 

¿Hasta cuándo, Señor, me tendrás en el olvido? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro? ¿Hasta cuándo he de atormentar mi mente con preocupaciones y he de sufrir cada día en mi corazón? ¿Hasta cuándo mi enemigo triunfará sobre mí? Salmo 13: 1-2 NVI

 

Aun así, fue inevitable que pasara por nuestras mentes la idea de que “La vida no es justa” y la consecuente lista de situaciones vividas que nos expusieron a esta afirmación. La muerte de mi hermano arrollado por un conductor imprudente mientras viajaba en bicicleta, Un hombre que en estado de ebriedad asesinó a su familia. Y surgen las preguntas ¿Hasta cuándo permitirás la maldad?  ¿Por qué prosperan los malvados? ¿Por qué los estafadores se salen con la suya? ¿Por qué los narcotraficantes se enriquecen y viven tranquilos? ¿Por qué los déspotas acceden al poder?

 

¿Hasta cuándo, Señor, vas a tolerar esto? Libra mi vida, mi única vida, de los ataques de esos leones. Salmo 35:17 NVI

 

5 años han pasado desde aquel incidente y milagro de recuperación. Determinación y amor por su familia fueron el combustible para salir adelante, la misericordia y el amor de Dios fueron los ejecutores de aquella proeza. Cuantas cosas buenas aún le restan por vivir a Odilia, pero la memoria de aquel accidente y la milagrosa recuperación, estarán siempre presentes en su vida y la de aquellos que la conocemos.

 

Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años y mil años, como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. 2 Pedro 3: 8-9 NVI

 

Las incógnitas prevalecen y cuestionan la justicia de Dios y el hasta cuando tiene una respuesta: Pronto, cuando se ejecute el juicio de Dios. Pero dado a que Él es eterno, no está limitado por el tiempo que le toma al planeta tierra dar la vuelta al sol. Su justicia prevalecerá y no se dejará de cumplir ni una de sus buenas promesas, aunque a nosotros nos parezca tardar.

 

Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies. Nahúm 1:3 RVR1960

 

Mientras tanto, el mal seguirá haciendo algunas apariciones, parecerá robarse el espectáculo en algunos casos hasta que El Señor aparezca de nuevo y establezca su reino y libere de la corrupción a toda la creación (Romanos 8:2) y volvamos al diseño original de Dios. Aunque pueda parecer utópico y romántico, la recuperación milagrosa de Odilia son una prueba y un anticipo de ese reino restaurado.

 

Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el santuario de Dios! Él habitará en medio de ellos y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte ni llanto, tampoco lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir». Apocalipsis 21: 1-4 NVI

 

ORACIÓN:

Padre, te damos gracias por tus promesas, sabemos que vivimos en medio de un mundo caído y lleno de corrupción que nos ha golpeado a todos sin excepción, pero no será así para siempre. Tu ya pagaste el precio de todo el pecado del mundo con la sangre de Jesús y la muerte y el dolor no prevalecerán, venciste el mal con tu bien y harás que tu justicia brille por la eternidad. Amén.

 

Ray & Lily

P.D. La historia es real, pero los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de los involucrados.

https://www.youtube.com/watch?v=SLvROxbmBDE

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