'»Este será para ustedes un estatuto perpetuo, tanto para el nativo como para el extranjero que viva entre ustedes: El día diez del mes séptimo ayunarán y se humillarán, y no realizarán ningún tipo de trabajo. En dicho día se pedirá el perdón de sus pecados, y delante del Señor serán purificados de todos sus pecados. Será para ustedes un día de completo reposo, en el cual ayunarán. Es un estatuto perpetuo. ' Levítico 16:29-31 NVI
El tiempo en la montaña le pareció corto, su rostro resplandecía
mientras se apresuraba a descender en medio de tropezones y el éxtasis de
llevar en sus brazos las tablas de la ley. Aún conservaba en su memoria la
excusa que había argumentado para librarse de la tarea de liderar aquella
multitud. “¿Quién soy yo para semejante
tarea?” resonaba en su mente, pero más aún se fortalecía al ver cumplida la
promesa de “Yo estaré contigo”.
No tenía idea del espectáculo que le esperaba al terminar el
descenso del monte, sus labios temblorosos musitaban el discurso que
acompañaría la presentación del decálogo ante todo el pueblo. Los sonidos de
fiesta y celebración no lo turbaron en primera instancia, era natural que se
regocijaran de haber sido librados de la esclavitud y que añadido a eso sus
captores hubiera dado de sus tesoros al salir del cautiverio. Razones para
estar alegres eran muchas.
De pronto la ira subió por su cuerpo como un géiser, el
resplandeciente rostro se había pintado de rojo, los sudorosos dedos
apretujaban las rocas talladas y parecía que podía destruirlas con sus propias
manos. Los ojos abiertos en su máxima expresión fulminaban con su mirada a la
muchedumbre que se agolpaba sobre la dorada estatua de un becerro. Estaba
constatando todo lo que Dios ya la había informado y por lo cual había intercedido
para librarlos de la ira del Señor.
Gotas de saliva fueron expulsadas por su boca cuando vociferó
a su hermano Arón, casi escupiéndole en la cara. El estruendo de las rocas rompiéndose
en pedazos silenció a todos. La espera fue demasiada y les pareció que Moisés y
Dios tomaron un tiempo excesivo. Ahora la ira de Moisés estaba fuera de control
y poco quedaba de la mansedumbre y misericordia con la que había suplicado por Israel.
La afirmación de Arón era correcta, Israel era un pueblo inclinado al mal.
'«El día diez del mes séptimo es el día del Perdón.
Celebrarán una asamblea sagrada en honor al Señor , y ayunarán y le presentarán
ofrendas puestas al fuego.' Levítico 23:27 NVI
Frustrado por la obstinación de los peregrinos del desierto,
regresó a la montaña para orar por el perdón de Dios para él y su pueblo.
Moisés regresó con un segundo juego de tablas que contenían los Diez
Mandamientos y el perdón de Dios para Israel. Más adelante Moisés escribe en Levítico,
por instrucción del mismo Dios, el establecimiento de Yom Kippur o día del
Perdón, también conocido como Fiesta de la Expiación, la cual constituye el día
más sagrado del judaísmo. En el 2023 comienza desde la tarde del domingo 24 y
termina hasta la tarde del lunes 25 de septiembre.
Mi día de perdón
'Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban
muertos en sus transgresiones. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con
Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos
pendiente por los requisitos de la Ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa,
clavándola en la cruz.' Colosenses 2:13-14 NVI
Cuánta rebelión hubo en mí, no era tan distinto al pueblo
que anduvo errante por el desierto, también tuve mis propios ídolos, no en
forma de estatua tallada o fundida, por ende, más difíciles de identificar.
Erigí altares al materialismo, al orgullo, la autorrealización o éxito personal,
y que decir del humanismo, incluso la familia se interpuso al lugar que solo le
corresponde a Dios. Usurpando el puesto que solo le corresponde a Él y
compitiendo por destronarlo del centro de mi corazón.
'«Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del
país donde eras esclavo. »No tengas otros dioses además de mí. No te hagas
ninguna imagen, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo,
ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de
la tierra. ' Éxodo 20:2-4 NVI
Mi día de perdón fue cuando me rendí a Jesús y acepté su
sacrificio como expiación por mis pecados. Todo aquello que se le ordenó a
Moisés prefiguraba lo que había de suceder en la cruz, dónde se paga el precio
por todos los pecados, Jesús es el cordero sin mancha sobre quien cayó el
pecado del mundo y al mismo tiempo es Sumo sacerdote que entró al lugar Santísimo
para realizar la entrega de su propia sangre y celebrar Yom Kippur en el mismo
cielo.
'Porque él dice: «En el momento propicio te escuché y en
el día de salvación te ayudé». Les digo que este es el momento propicio de
Dios; hoy es el día de salvación.' 2 Corintios 6:2 NVI
Para mi fue un 14 de julio de 2009, pero el día de perdón
está disponible para todo aquel que reconozca a Jesús y su sacrificio, cómo
suficiente para cubrir toda la maldad que se aloja en nuestro ser. Hoy me uno a
toda la comunidad judía en su celebración y comparto la alegría de tener un
Dios tan misericordioso y amoroso, que, a pesar de nuestra maldad, nos dio acceso
a su presencia por los méritos de Jesús o Yeshua.
'Sepan, pues, todos ustedes y todo el pueblo de Israel
que este hombre está aquí delante de ustedes, sano gracias al nombre de
Jesucristo de Nazaret, crucificado por ustedes, pero resucitado por Dios.
Jesucristo es »“la piedra que desecharon ustedes los constructores y que ha
llegado a ser la piedra angular”. De hecho, en ningún otro hay salvación,
porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual
podamos ser salvos. ' Hechos 4:10-12 NVI
ORACIÓN:
Mientras viva, Señor, voy a cantar de tu salvación tan
grande. Jesús, tú eres mi Yom Kippur, pues en ti hallé el perdón por mis
pecados. Acudir a ti cada día me es necesario, hasta ser perfeccionado en tu
misma imagen, cordero sin mancha. Con razón era tan solemne el día de la
expiación, pues anunciaba que después de venir, habrías de morir y sacrificarte
por nosotros y limpiar toda nuestra maldad. Quiero vivir agradecido y entendido
de lo que significó la salvación que ejecutaste y sellaste con las palabras,
consumado es. Amén.
https://www.youtube.com/watch?v=1n-3agF73-w
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