¡PELIGRO! Estoy orando

'Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. ' Mateo 6:9-10 NVI

 

Mi hermano Juan Carlos, después de sortear algunas vicisitudes, viajó a Europa y me encargó frecuentar a mi madre en su ausencia. Para facilitar la tarea me había dejado su motocicleta, bastante alta para mí. Aun así, me di a la tarea de quedarme en casa de nuestra progenitora la mayor cantidad de tiempo posible.  Fue en aquella época que pude acercarla a Jesús y a una relación personal con él.

 

Me emocionaba tener esas conversaciones con ella, mientras compartíamos la cena y era un gran motivador para emprender el viaje cada tarde. Ese día el tránsito de salida hacia el sur de la ciudad estaba intenso, el cielo extremadamente nublado y la amenaza de lluvia era latente. Podía respirar la humedad en el ambiente y el nerviosismo de mojarme junto a la incomodidad que significaba, comenzó a rondar mi cabeza.

 

'Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio.' Santiago 5:17

 

Los goterones comenzaron a golpear el vidrio del casco y maniobraba apretando los dientes por el escalofrío que sacudió mi cuerpo. La verdad, no quería mojarme y recordé ese pasaje en que Elías oró para que no lloviera. Por supuesto que hice caso omiso a todo el contexto y acomodé esa verdad a la necesidad que apremiaba el momento. Aún así me sentí animado a orar.

 

Para mi sorpresa la precipitación se detuvo y no fue sino hasta llegar a la morada materna que el vendaval se agolpó sobre el techo. Quedé impresionado y el espaldarazo que significó para mi fe perdura hasta hoy. Me sentí empoderado a la manera de Jim Carrey en la película “Todo Poderoso”. Casualmente compartía la poca madurez y falta de sabiduría de Bruce Nolan (personificado por Carrey).

 

Un par de días más tarde me encontré en la misma situación viajando hacia el sur. Basado en mi experiencia y respuesta positiva a mi oración, me envalentoné para ordenarle al cielo que detuviera todo el ciclo natural de la temporada, en beneficio de mi negligencia. Esta vez la respuesta me dejó helado y mojado. Pude percibir con claridad la respuesta:  – Esto no es un juego ¡cómprate un impermeable!

 

'Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.'  Santiago 4:3 NVI

 

Tuve que hacer una reingeniería mental de lo que es la oración a partir de ese día. MI mala teología estaba llevándome a pensar que Dios está a mi servicio, cual genio de la lámpara, para satisfacer mis deseos y necesidades. Emitir consignas para conseguir los resultados deseados mutó en conversaciones genuinas y transparentes, con el deseo de conocer más de ese increíble Dios, creador de la vida, dejando atrás las fórmulas enunciadas que provocarían el cumplimiento de mis deseos.

 

'Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón.' Salmo 37:3-4 NVI

 

Mis oraciones timoratas a la hora de la comida, que parecen más un requisito que una conversación con el Rey del Universo, deben cambiar. Que tal si en lugar de solo pedir que bendiga nuestro pan y que alimente a los huérfanos, pido la capacidad de producir los recursos necesarios y salir de mi comodidad, para llevar yo mismo el sustento a los necesitados. Que tal si luego de expresar mi anhelo, rindo toda mi voluntad a la de él. Pero no como una muletilla o cliché, sino como lo hizo Jesús en Getsemaní, lo cual significó entregar su vida.

 

'El fariseo, puesto en pie y a solas, oraba: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni como ese recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”.' Lucas 18:11-12 NVI

 

Debo hacer una radiografía a mi vida de oración y evaluar quien es el centro de ella, pues, como lo dice Craig Groeschel “El contenido de nuestras oraciones dicen más de nosotros y de nuestra relación con Dios de lo que la gente puede imaginar. Lo que oramos refleja lo que creemos de Dios. Si la mayoría de nuestras oraciones son para "nosotros mismos" o "lo que nos importa," entonces el contenido de las oraciones comunica que creemos, muy adentro, que Dios existe principalmente para nosotros.”

 

Pienso que en muchas ocasiones me he encontrado, como aquel fariseo de Lucas 18, hablando conmigo mismo, en un monólogo interior, regocijándome en las mieles de mi egocentrismo. Me temo que, en muchas de mis llamadas oraciones, no ha habido otro protagonista, sino yo.

 

CARA A CARA

'Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, hijo de Nun, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.' Éxodo 33:11 NVI

 

Ahí estoy, parado frente a él, moviendo mi quijada de un lado a otro y algo en mi pecho se siente nervioso, amedrentado. Él ruge violentamente y el estruendo de su voz parece alargarse como un eco. La espuma brota a borbollones, como manifestando su fuerza, su discurso intimida. Vuelve a rugir y está tan cerca que casi toca los dedos de mis pies. Tomo aire, trago saliva y luego resoplo. Aunque estoy tan cerca no me atrevo a aceptar su invitación de contender con él, de sumergirme en medio de su fuerza, misma que hará parecer la mía minúscula e insignificante.

 

'Sale el sol, se pone el sol; afanoso vuelve a su punto de origen para de allí volver a salir. Dirigiéndose al sur o girando hacia el norte, sin cesar gira el viento y de nuevo vuelve a girar. Todos los ríos van a dar al mar, pero el mar jamás se llena. A su punto de origen vuelven los ríos, para de allí volver a fluir. ' Eclesiastés 1:5-7

 

La costa del Océano Pacífico, en el sur de Guatemala, es así de estruendosa. Que equivocado estaba Magallanes cuando en 1520 lo nombro así. Y pensar que la vista que tengo del mar es solo una pequeña fracción de este, que está contenido dentro del planeta tierra que, mide 12.742 km de diámetro y gira a 1666 kilómetros por hora. Ahora sí que estoy sobrecogido. Mientras medito en esto el sol comienza a brillar, se asoma cómo un suricato en el horizonte, parece tan pequeño y gracioso, pero no lo es. No quiero poner las cifras de sus dimensiones porque rebasan mi comprensión.   

 

Nuestro astro rey es solo una estrella en la Vía Láctea, nuestra galaxia anfitriona, nuestro hogar en el universo ilimitado compuesto por estrellas, entre 100.000 y 400.000. Tanta inmensidad es difícil de digerir intelectualmente. Detrás de toda esta creación hay un ser supremo y es con él que tengo mis conversaciones. Estar consciente de su inmensidad puede cambiar el rumbo de mis oraciones, pues aunque me he encontrado frente a él, no he aceptado la invitación de sumergirme totalmente rendido a su merced. Esto significaría realmente decir que se haga tu voluntad y no la mía.

 

Así cómo es peligroso zambullirse entre las olas que revientan sobre la arena de la playa. Así es de peligroso ser absorbido por la presencia de Dios, dejarlo hablar y ser llevado por su omnisciencia, rindiendo todo lo que soy ante su presencia, hablando con él realmente, no con migo mismo, respondiendo a su consejo y escuchando lo que tiene que decir acerca todo lo que me inquieta. De hacerlo así de pronto podré responder como lo hicieron Moisés, Isaías, David y el mismo Jesús, quien rindió su voluntad a la del Padre lo que significó morir en una cruz.

 

Moisés

'—O vas con todos nosotros —respondió Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra? ' Éxodo 33:15-16 NVI

 

Isaías

'Entonces oí la voz del Señor que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y respondí: —Aquí estoy. ¡Envíame a mí! ' Isaías 6:8 NVI

 

David

'Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis ansiedades. Fíjate si voy por un camino que te ofende y guíame por el camino eterno.' Salmo 139:23-24 NVI

 

Jesús

'Entonces se separó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y empezó a orar: «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya».' Lucas 22:41-42 NVI

 

ORACIÓN:

Padre, gracias por tu paciencia y amor al escuchar mis oraciones. Quiero pasar más tiempo contigo y saber que tienes que decir, escucharte atentamente y tener un corazón manso y enseñable delante de ti. Entender que, si creaste todo el basto universo, tienes la capacidad para dirigir nuestras vidas, tienes cosas importantes y trascendentes que comunicarnos. Amén.

 

Ray & Lily

https://www.youtube.com/watch?v=bXwe7o2SN1k 

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