'Yo sé que mi Redentor vive y que al final se levantará sobre el polvo. Y, cuando mi piel haya sido destruida, todavía veré a Dios con mis propios ojos. Yo mismo lo veré con mis propios ojos; yo lo veré, no otro. ¡Este anhelo me consume las entrañas! ' Job 19:25-27
Aglutinados cómo un solo ser, yacen olvidados, o tal vez no
No quiero ni tocarlos, pues el polvo los cubrió, más aún
están ahí
No quiero verlos pues vergüenza traen a mi rostro,
lo visten de rosa y de verde, le quitan su esplendor.
Son amigos de muchos años, compañeros de este interno
fragor.
Me conocen muy bien y yo a ellos, me señalan como de su
clan.
Confrontarlos solo, no puedo, enlistarlos es mejor;
Tener conciencia de su estado y efecto, el primer paso será.
'A mi esposa le da asco mi aliento; a mis hermanos les
resulto repugnante. Hasta los niños me desprecian; en cuanto me ven, se burlan
de mí. A todos mis amigos les resulto abominable; mis seres queridos se han
vuelto contra mí. La piel y la carne se me pegan a los huesos; ¡a duras penas
he salvado el pellejo! 'Job 19: 17-20
Pero no quiero ir solo hasta el patio de atrás, necesito una
mano
Necesito valor, ¿Dónde puedo encontrarlo?, me pregunto Señor
Este viaje, aunque corto, doloroso será, evitarlo no puedo
Menester es hacerlo ¡y ya!
Hoy mis manos sangrantes colectan, cual arqueólogo, pedazos
de mi ser interior
Fragmentos ya vividos, necesito un restaurador;
Que una los retazos del pasado pisado y no muerto aún
Más la lista se crece, amigos de cantina, de cueva con moho
y hedor.
¿Dónde estabas esos años? Le pregunto al autor,
Poeta de mi vida y destino que ahora eres dueño y escritor.
Que tremendo consuelo es tenerte a mi lado, para echar de mi
casa,
A los indeseables amigos, que se alojan en el patio de atrás.
¡Fuera miedo y vergüenza! desalojo al dolor, van también mis
fracasos,
la culpa y el pecado, con su vomitivo olor
Dejas limpia ya mi casa y tengo compañeros sinceros, todos
nuevos,
Encabezados por tu nombre, soy tu amado y tu amigo, soy un
hijo de Dios.
'Pondrá de nuevo risas en tu boca y gritos de alegría en
tus labios. Tus enemigos se cubrirán de vergüenza y desaparecerán las moradas
de los malvados».' Job 8:21-22
ORACIÓN:
Oh, Padre, tengo incógnitas no resueltas, también temor de
ir y encontrar cosas olvidadas que no quiero recordar. Pero en obediencia a tu
palabra y en tu nombre haré el trabajo sucio, de buscar en mi conciencia y en
mi inconsciente, todo aquello que se oculta y afecta mi proceder. Es bueno
tenerte conmigo, pues he intentado hacer el viaje solo, pero eso aumentó más el
dolor. Sé que está vez tu estarás ahí, para curar y sanar, restaurar y limpiar
mi ser interior. Amén.
Ray & Lily
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