CONEXIÓN 24/7

«Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba.»  Marcos 1:35 (LBLA)

 

Hace varios años, mi amigo Hugo Veliz me regaló un ejemplar del libro “La Vida De Oración De Jesús” Escrito por Wolfgang Bühne. Era un tiempo en que insistíamos en encontrarnos con Dios y su verdad por ese medio. Esto hacía que todo material concerniente al tema fuera bienvenido. Este documento fue especial durante aquel lapso, de tal forma que comenzamos a comprarlo por mayor y distribuirlo con todo aquel que mostraba interés en aprender a relacionarse con nuestro creador de aquella manera.

 

Resulta que soy un poco escéptico con enseñanzas y libros, que tengan poco fundamento bíblico, más aún cuando no aparece reflejada la figura del más fiel y santo de los siervos de Dios. Jesús no hacía nada sin antes orar y después de hacerlo nunca se quedó sin algo importante que hacer. Es el mejor ejemplo que podemos encontrar para ser motivados a cultivar una vida de oración.

 

La forma tan íntima de conectarse con su padre, la vulnerabilidad para expresar sus sentimientos y emociones; la franqueza para enunciar sus pensamientos y planes; la confianza de pedir osadamente en respuesta a las situaciones; pero, sobre todo, la obediencia para seguir la instrucción alineada al propósito y plan divino que lo trajo al mundo.

 

'diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.' S. Lucas 22:42

 

Al evaluar mi vida de oración queda reflejada mi pobreza espiritual, también la falta de fuerza. Definitivamente es un termómetro que muestra que tan frío o caliente estoy en mi relación con Dios. He tenido épocas en que muy de madrugada he buscado su rostro y consejo, son tiempos de quietud y energización, que disfruto en gran manera. Acompañado de un café y viendo el cielo a través de mi ventana, sentado a la orilla del mar o un lago, en medio de un bosque o en la cúspide de una montaña o volcán. A decir verdad, no es tanto el lugar sino la intencionalidad en pasar un tiempo con el creador del universo y, por supuesto, la solícita respuesta de un buen padre en amor a su hijo.

 

 'Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo de los dominios de la muerte, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, Salmo 139:8-9

 

De un tiempo para acá mi trabajo cambió, y comencé a laborar desde las 5:30 de la mañana y eso me quitó ese tiempo valioso. Comencé a sentirme incómodo, sobre todo cuando escuchaba historias de personas que narraban cómo El Señor lo había despertado en horas de la madrugada para comunicarle alguna cosa importante o incluso interceder por personas específicas. Aquel tiempo de oración del que me sentía ufano parecía lejos ahora.

 

No fue sino una mañana que escuché su voz, mientras llegaba a mi trabajo y atravesaba el extenso jardín que separa el estacionamiento del estudio, disfrutando el sendero humedecido por el rocío matutino. La respuesta a mi pregunta de por qué yo no experimentaba lo mismo fue escueta, pero precisa, – El Señor dijo – No hace falta despertarte si hablamos durante todo el día.

 

'Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.  1 Tesalonicenses 5:17-18

 

Viendo en retrospectiva puedo evidenciar como esta verdad ha llenado mi vida en situaciones cotidianas. Mientras me movilizaba en transporte colectivo en medio de la muchedumbre y el ruido, he podido encontrar ese oasis de oración; en bicicleta, motocicleta o automóvil también he logrado escuchar ese silbo apacible de su voz; mientras imparto una clase y percibo una angustia o dolor con mi interlocutor; almorzando con amigos, haciendo una pausa mental a las conversaciones a mi alrededor; en reuniones importantes de trabajo o ministerio; en medio de la alegría de un parque de diversiones.

 

'Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? ' S. Lucas 24:32

 

No hay límite, Él siempre está atento y disponible. Desmedido y sin restricción, tengo un acceso 24/7 con al Supremo Hacedor. Puedo conectarme, no importando el lugar o circunstancia con mi Padre.

 

ORACIÓN:

Jesús, eres la mejor persona para imitar, tu ejemplo es tan contundente en todos los aspectos que no tengo excusas a la hora de evaluar mi vida de oración. Cada día me regalas 24 horas de las cuales es justo que aparte algunas para pasar tiempo contigo, conocerte y ser conocido por ti. Mi fortaleza o debilidad están estrechamente ligadas a esos tiempos de comunión. Estos los puedo encontrar, incluso mientras me transporto de un lugar a otro, pues tú estás disponible en todo tiempo y todo lugar.   Amén.

Ray & Lily

https://www.youtube.com/watch?v=tXA-JTiRI5c

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