«Pero, aun si sufren por hacer lo correcto, Dios va a recompensarlos. Así que no se preocupen ni tengan miedo a las amenazas.» 1 Pedro 3:14 (NTV)
Desde niño me gustaron las motocicletas, aunque para mi
padre no era una opción y se enojaba cada vez que junto a mis hermanos
pasábamos tiempo en un pequeño taller donde las reparaban. De vez en cuando nos
hacíamos acreedores a un paseo, por parte de los encargados, lo cual resultaba
en la mejor recompensa por los servicios prestados. La adrenalina y libertad
que se siente al conducir estos vehículos no tiene parragón.
Con la desintegración de nuestra familia, vino la necesidad
de comenzar a trabajar a mis 15 años y después de un año de intentar en un par
de lugares surgió una pasantilla cómo mensajero. Mi padre no quiso firmarme la
autorización, pues aún era menor de edad, y fue mi madre quien tomó el riesgo
de estampar su rubrica en el documento notarial para concederme la
autorización, haciéndose ella responsable.
'El regalo en secreto calma el enojo; el soborno por
debajo de la mesa aplaca la furia.' Proverbios 21:14
Fue frustrante encontrarme con una red de corrupción, y para
poder obtener mi permiso hubo necesidad de sobornar a los agentes evaluadores.
Fue la primera vez que me topé con está situación y descubrí que el soborno era
una forma para sortear procesos o agilizar los mismos. La justificación que
encontré en mi interior fue que, finalmente, así funcionan las cosas en nuestro
país.
'»No aceptes sobornos, porque el soborno te lleva a hacer
la vista gorda en aquello que ves con claridad. El soborno mueve incluso a una
persona justa a tergiversar la verdad.' Éxodo 23:8
Después de varios
años dejé de utilizar el documento, pues ya no me transportaba en motocicleta.
Y no fue sino hasta cumplir los 47 que decidí hacer el trámite de nuevo. Superé
todas las pruebas, excepto una y vino la conversación clandestina donde se me
requería un pago extra para dejarme pasar o de lo contrario perdería la
inversión realizada hasta ese momento.
En plena pandemia los recursos escaseaban y me era necesario
administrar de la mejor manera todo aquello que venía a nuestras cuentas
bancarias. Una lucha encarnizada comenzó en mi interior. Retrocedí en el tiempo
y me sentía como aquel muchacho de 16, presionado y confundido, pero ahora
poseía el conocimiento, es más, ya me había enfrentado a situaciones similares
y había salido avante, aunque muchas veces significó ser privado de algún
beneficio. Era el único examinado en ese momento, a donde volteaba, me topaba
con miradas de complicidad entre los personeros del lugar. Mi respiración se tornaba
acelerada y me encontraba exhalando con violencia por momentos.
'Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que
confía en el Señor sale bien librado. ' Proverbios 29:25
Me reusé y me dejaron sentado un tiempo para que lo
intentara de nuevo después de un par de horas. Se me acercaron nuevamente e
hicieron una concesión para bajarme la tarifa, tragué saliva y pospuse mi
respuesta unos segundos que, en mi interior, parecían una eternidad. Claudiqué
y accedí con lo cual salí con mi certificado en la mano, pero con la moral por
el suelo.
No lo podía creer, una vez más había caído y maquinaba en mi
cabeza las múltiples opciones que tenía para no ceder y aunque esto significara
privarme del permiso, sí tendría la frente en alto por no haber negado los
principios y valores que ahora rigen mi vida. ¿Cómo podría ahora comentar
acerca de la sucia manera de hacer política y la forma descarada en que algunos
funcionarios aprovechaban sus puestos para obtener ganancias deshonestas? No
era posible hacerlo sin sentirme y saberme parte de lo mismo.
'Teman al Señor y juzguen con integridad, porque el Señor
nuestro Dios no tolera que se tuerza la justicia ni que se muestre parcialidad
ni que se acepte el soborno».' 2 Crónicas 19:7
Me detesté y lloré en el camino de vuelta a casa, mientras
tomaba mi almuerzo le confesé a mi esposa la falta y el dolor que me estaba
causando y en oración pedimos perdón y la fuerza para nunca más caer en temor a
los hombres, antes que a Dios. Nosotros
hemos confesado abiertamente ser sus seguidores y llevamos una responsabilidad
de mostrar su carácter al mundo.
HAY ESPERANZA
Transcurrido el tiempo me he topado con algunas situaciones
similares, el recuerdo de aquel día y la confesión que hicimos con mi amada de
pagar el precio por hacer lo correcto, han sido la inspiración y la fuerza para
permanecer firmes. No está demás aclarar que en cada una de ellas encontramos
el respaldo de Dios, reduciendo a la mitad multas injustas de tránsito, incluso
cuando alguien asumió el costo y la responsabilidad por un cepo que le pusieron
a nuestro automóvil en una situación confusa.
Mejor aún, luego de platicar estos asuntos con nuestro hijo
Emanuel, antes de dirigirse al centro de evaluación para ser aprobado su examen
de conducir, él tenía la convicción y la certeza de que no cedería ante la
presión. Con todo lo nervioso y tímido que suele ser, salió bien librado y con
su documento, sin recurrir a la corrupción.
'«Maldito sea quien acepte soborno para matar al
inocente». Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».' Deuteronomio 27:25
Hoy puedo montar mi motocicleta y rodar por una carretera
sintiendo el viento soplar en contra y disfrutar el privilegio de tener ese vehículo
y el permiso de conducirlo. Puedo tener esas conversaciones honestas con mi
Dios, mientras me transporto y disfrutar de su intimidad. Aún debo ser
cuidadoso y estar atento a las regulaciones y normas, no sea que viole alguna y
deba enfrentar la consecuencia. Debo conducirme con cuidado y hacer lo
correcto, aunque salga perjudicado.
'Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga
cuidado de no caer.' 1 Corintios 10:12
ORACIÓN:
Padre, cuanto me cuesta hacer lo correcto en este mundo
corrupto. Me entristece pensar que muchas veces dejo de confiar en tu palabra
plenamente y escojo el camino rápido, pero incorrecto. Me acerco a ti en
arrepentimiento y humildad, para pedirte me des la fuerza y el valor de
permanecer firme en todas estas ocasiones en que es puesta a prueba mi
integridad. Te ruego me transformes en esa persona anclada en tu palabra y en
ti. Quiero ser congruente en mi forma de pensar, hablar y actuar. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario