«Canten al Señor un cántico nuevo; canten al Señor, habitantes de toda la tierra. Canten al Señor, alaben su nombre; anuncien día tras día su victoria.» Salmos 96:1-2 (NVI)
Olor a pólvora, pino, manzanilla, pinabete, ponche de
frutas, tamales, manzanas y uvas. Sonidos de cohetes, villancicos, canciones
alusivas, bocinas y griterío de ofertas en el mercado. Luces de colores,
anuncios en vallas publicitarias, vitrinas de almacenes y juegos pirotécnicos.
Todo esto es una simbiosis de mensajes que sobre estimulan los sentidos. Si le sumamos y mezclamos olor a tabaco y ron;
vociferaciones y peleas; lagrimas por el abandono o ausencia, la frustración de
un salario que no alcanza para sostener a una familia de 12 miembros; miradas
que matan, silencio que abruma y la disputa por quién es el personaje más
importante de la época; uno vestido de traje rojo y otro que, con la sangre del
mismo color, dividió la historia en dos.
Al primero se le atribuyen capacidades sobrenaturales para
vigilarnos todo el año, no importa si despiertos o dormidos, también se le
adjudica la habilidad de repartir regalos, en una sola noche, a los niños en
todo el mundo. Claro, únicamente a quienes se portaron bien, es decir,
retribución por desempeño. Sustentamos la mentira de su existencia, por
mantener viva una ilusión en los infantes, que ansiosos esperan un presente que
se costeó con el esfuerzo de padres, tíos, hermanos, etc. Muchas veces con la
consecuencia de una deuda adquirida.
'Del mismo modo, algunos piensan que un día es más
sagrado que otro, mientras que otros creen que todos los días son iguales. Cada
uno debería estar plenamente convencido de que el día que elija es aceptable.' Romanos
14:5 NTV
También hay quienes no celebran, por diversas razones. Por
que no se puede corroborar la fecha exacta, o porque se tomaron celebraciones y
símbolos paganos. Hay razones para cada postura habida y por haber. A mi me
exasperaba toda la parafernalia comercial que gira alrededor de la época, el
mercantilismo del que yo mismo he sido partícipe, por lo que me fue muy cómodo
abstenerme de la celebración en mis primeros días cómo cristiano.
'Los que adoran al Señor un día en particular lo hacen
para honrarlo a él. Los que comen toda clase de alimentos lo hacen para honrar
al Señor, ya que le dan gracias a Dios antes de comer. Y los que se niegan a
comer ciertos alimentos también quieren agradar al Señor y le dan gracias a
Dios.' Romanos 14:6
Nunca entendí que celebraba exactamente, pasé de la
austeridad de mi infancia a opulencia en la adultez, pero en ninguna encontré
la razón. No fue sino hasta que, mi banca rota espiritual, me condujo a los
pies de Jesús. Hasta entonces la celebración tuvo sentido. Hoy tengo un pesebre
en mi corazón dónde se hospeda el Rey del universo, el mismo que se despojó de
toda su gloria y majestad para venirme a rescatar. No le importó lo inmundo que
estaba el lugar, con su sacrificio él lo vino a limpiar.
'Antes ustedes estaban muertos a causa de su
desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la
gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible —,
quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a
Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras
pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia
naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.' Efesios
2:1-3 NTV
Cómo en su nacimiento cantaron los ángeles, con mi
arrepentimiento también. Mi desempeño era más que desastroso y no había manera
de ganarme el regalo de navidad. Más bien era acreedor a un pedazo de carbón o
un contenedor lleno del mismo. Para ser bíblico y claro, me había ganado a
pulso la muerte, pues esa es la paga del pecado que abundaba en mi currículo.
'Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios
fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos;
adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando
apareció en forma de hombre, ' Filipenses 2:6-7 NTV
El mayor regalo para la humanidad es él mismo y a quienes le
hemos conocido no nos basta un día para festejarle. Cada día hay suficientes
razones para amarle, alabarle y adorarle, con todo lo que somos y hacemos. Me
parece insuficiente un día para celebrar, si cada vez que abro mis ojos, puedo
entender que su gracias se derramó sobre mi vida y cada día se convierte en una
oportunidad de compartir con el mundo, el acto de empatía, gracia y amor más
grande del mundo. El mismo Dios, creador del universo habitando entre nosotros
y dando su vida por cada ser humano.
'Antes ustedes estaban muertos a causa de su
desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la
gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible —,
quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a
Dios. Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras
pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia
naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.' Efesios
2:1-3
Mi lamento se ha convertido en una nueva canción, por aquel
que venció a la muerte y me llamó de las tinieblas a su luz admirable. He
tenido y aún tengo la oportunidad de compartir un regalo con niños en
diferentes comunidades, festejar y comer con otros menos afortunados; pero por
sobre todas las cosas puedo celebrar la vida que ahora vivo en él, y participar
al mundo de la verdadera razón de estos festejos. Jesús.
'Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único,
para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios
no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por
medio de él. El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está
condenado por no haber creído en el nombre del Hijo único de Dios.' Juan
3:16-18
ORACIÓN:
Jesús, tú me viniste a rescatar, peleaste por mi corazón y
ganaste la batalla contra el pecado. Al creer en ti, tu justicia me es
imputada, pues nunca la pude comprar o ganar. Gracias por el enorme privilegio
de llevar tu nombre a toda criatura y toda nación. Soy un embajador de tu reino
y cómo tal quiero actuar, viviendo una vida de servicio y amor, así como tú la
modelaste. Hoy celebro tu nacimiento, tu victoria en la cruz, tu resurrección y
la salvación que me regalaste. Amén.
Ray & Lily
https://www.youtube.com/watch?v=6GP11UPgiJM
No hay comentarios:
Publicar un comentario