«Me convino que me hayas castigado, porque así pude aprender tus estatutos.» Salmos 119:71 (RVC)
Apoyando todo el peso de mi cuerpo, 145 libras, sostenía al
pequeño que no medía ni un metro de altura. Impávido me observaba mientras el
médico prepara el medicamento en la jeringa. A sus cuatro años Emanuel no podía
creer que su padre aprobara que le fueran a suministrar aquella tortura. La
aguja amenazante se blandía en las manos del galeno, quien había pedido mi
apoyo para inmovilizarlo y así suministrar el antibiótico que pondría fin a la
infección, que por varias semanas lo había mantenido enfermo.
Menospreciamos el
sufrimiento y el efecto que produce en nosotros, no es que debamos buscarlo o
autoinfligirlo, eso sería enfermizo y no produciría el fruto que nuestras vidas
necesitan. Nadie conscientemente quiere sufrir, es más, lo evitaremos a toda
costa, pero inevitablemente llegará. Sufrimos por la enfermedad o la muerte de
un ser querido, por posesiones, el rechazo, cuando somos motivo de escarnio a
causa de nuestra fe. Es más, Jesús mismo fue perfeccionado por medio del
sufrimiento.
'En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y
súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue
escuchado por su temor reverente. Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento
aprendió a obedecer. Al ser así perfeccionado, llegó a ser autor de salvación
eterna para todos los que le obedecen ' Hebreos 5:7-9
Cuando se trata de nuestros hijos, hemos deseado evitarles
tropiezos y dolor. Si extravían algún juguete volvemos a comprarlo para detener
su angustia, privándolos de la preparación para las pérdidas de personas
amadas, que con seguridad ocurrirán en su futuro. Rescatarlos de todos sus
errores puede meterlos en un círculo vicioso del que nunca escaparán,
robándoles de esa forma la oportunidad de crecimiento.
De no ser por todas esas situaciones que me complicaron en
el pasado, el orgullo y arrogancia hubiesen hecho fiesta con mis despojos. Me
ayudó la aflicción y hoy doy gracias por ella. Con ella fui equipado para
realizar el trabajo de guiar a los nuestros y otras tantas personas, a caminar
por estas sendas de un mundo caído.
'No dejes de disciplinar a tus hijos; la vara de castigo
no los matará. La disciplina física bien puede salvarlos de la muerte. ' Proverbios
23:13-14
Mi hijo Emanuel tiene 22 años y es todo un hombre, pero
aquel pequeño sufrimiento momentáneo le devolvió la salud, lo rescató del
sepulcro y hoy podemos contar su historia. También me toco corregirlo en más de
una ocasión, no con ánimo de desahogar mi enojo, o apaciguar mi frustración,
más bien poniendo la mirada en el futuro, para que no fuera un agente policiaco
o juez quien le ofreciera el castigo.
'Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice
al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como
sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre» .' Romanos 8:15
En la adultez somos adoptados por Dios y es Él quien se
encarga de nuestra corrección. En el caso de mi simiente, ya no soy más que un
mentor o consejero. Mi trabajo cómo padre debió ser modelar el carácter de Dios
y conducirlos a esa relación con Él como papá. En adelante su corrección vendrá
desde el cielo. A mi ya me tocó, pero me hizo bien ser afligido porque aprendí
el amor que la corrección conlleva.
'¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios
les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la
disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrige. Pues el Señor
disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo» . Pues nuestros
padres terrenales nos disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor
que pudieron, pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin
de que participemos de su santidad. Ninguna disciplina resulta agradable a la
hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la
apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.' Hebreos
12:5-6,10-11
ORACIÓN:
Señor, no quiero menospreciar el fruto apacible de justicia
que produce en mí el sufrimiento y la disciplina, sé que este completará la
obra de mi perfección, así como en ti. Ayúdame a compartir esta verdad con
aquellos angustiados, de manera que puedan encontrar esperanza en medio de sus
aflicciones y una salida en los desiertos por donde transitan, de la misma forma
cómo tú me hiciste andar en medio de la desolación, hasta que aprendí tus
decretos. Amén.
Ray & Lily
https://www.youtube.com/watch?v=VvoDel75jmo
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