«Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió Jesús—, pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.» Juan 4:13-14 (NVI)
El boulevard liberación está bastante transitado y no hace honor a su nombre, la amenaza de lluvia está latente. Con mi impermeable blanco puesto, me desplazo en bicicleta tan rápido como me lo permiten mis piernas, voy con dirección al hospital nacional Roosevelt. Lo diviso a lo lejos junto a su cónyuge. La sonrisa, casi permanente, se le borró del rostro. Hacía un mes que su hijo había contraído nupcias; el regocijo y orgullo que lo acompañó durante esa etapa era solo un vago recuerdo.
El día se había nublado más, al igual que la mente. Una oscuridad progresiva se avecindaba en el cielo y la tierra. Oramos con la esperanza de una respuesta que le devolviera la salud y la vida. He visto innumerables veces como Dios obra en contestación a una súplica, pero en esta ocasión la respuesta fue negativa.
El quebrantamiento no se hizo esperar, aquel hombre sereno y amable, se hundió en interrogantes, pues ya era el segundo de sus hijos varones que perdía. Un abismo de incertidumbre lo absorbió y cayó en el agujero negro de turbaciones inexplicables. Se bebió el segundo trago amargo y de un solo sorbo.
'Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima
sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido
está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.' Proverbios 31:10-12
Su esposa permaneció estoica y firme, como las cariátides que sostienen la tribuna en el Erecteion, uno de los templos de la Acrópolis en Atenas. Ella se convirtió en esa columna que sostuvo, con su cabeza pegada al cielo, la avalancha emocional que amenazaba con sacudir todas sus convicciones.
'Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo
vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de
noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?' Salmos 42:2-3
Pasaron los días y no platicábamos mucho, hasta esa mañana
que llegó con toda su angustia hasta el recinto donde trabajo fortaleciendo los
cuerpos de las personas. Hoy era un espíritu y alma los que necesitaban apoyo.
Comenzamos a orar y así, día tras día, buscamos escrituras que explicaran,
trajeran luz y consuelo, en medio de la amargura que fue esparciendo su veneno
por las neuronas.
Años después se le ve con su agudo sentido del humor
restaurado y la alegría de compartir las fotografías de su nieto Natanael,
fruto del vientre de su hija. La palabra y los tiempos de oración trajeron
refresco a su vida, saciaron su sed de venganza y alimentaron su alma y
espíritu.
Cruzamos palabras de cuando en cuando, su vigor y diligencia son admirables. Pragmático en su pensamiento, contador de historias añejas, es un trabajador incansable. Disfruta lo que la vida le ofrece y mantiene bajas sus expectativas. Aun así, estoy seguro de que Dios lo sorprenderá con nuevos sueños y respuestas inesperadas.
'Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.' Salmos 34:17-19
Ha sufrido otros quebrantos, el covid-19 visitó su
residencia y golpeó duro a su salud y la de su familia, fue una batalla campal,
pero salieron victoriosos en esta oportunidad. Su fe se acrecienta con el pasar
de las vicisitudes. El muerto en vida,
que caminó cómo zombi en aquella época, hoy tiene vida abundante. Aunque las
canas ya han poblado su cabeza, fue rejuvenecido en su interior. De a pocos va
comprendiendo la buena y perfecta voluntad de Dios.
'Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.' Efesios 3:20-21
ORACIÓN:
Jesús, conocerte a ti es la vida y al caminarla junto a ti,
se vuelve abundante. Sé que puedo contar contigo, aún en aquellas situaciones
que se tornan cómo un paisaje gris en la ruta a mi destino eterno. Conocer tu
palabra es oírte hablar y me permite descubrir tu voluntad. Puede que algunas
veces no la entienda, aun así, confiaré que tienes el control de todo. Permite
que la vida que me diste fluya cómo un río al mundo y aquellos que te
necesitan. Amén.
Ray & Lily
https://www.youtube.com/watch?v=S8GuJls7m1A
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