'La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido.' Proverbios 13:12
Abanicando su
cola de un lado al otro y la trompa extendida hacia arriba, Oliver espera con
los ojos fijos puestos en su objetivo. Esta al tanto de cada movimiento que
hago y se anima cada vez que me acerco al plato que contiene los panecillos. Le
basta una migaja perdida que pueda caer al suelo, sin perder la esperanza de
que mis emociones sedan a su mirada suplicante y opte por convidarle una pieza
de pan.
Se echa sobre su vientre,
pero aún no pierde de vista su meta. Cuando creo que ya lo ha olvidado, vuelve
a incorporarse, olfatea y voltea a verme con entusiasmo. Pienso que está a
punto de desistir, pero me percato que no pierde la fe, aún cuando no le de
nada, mañana ahí estará de nuevo, persistente en su espera.
'—Es verdad,
Señor —respondió ella—, pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se
les permite comer las sobras del plato de los hijos. —¡Buena respuesta! —le
dijo Jesús—. Ahora vete a tu casa, porque el demonio ha salido de tu hija.' Marcos
7:28-29
A cualquiera que
lee, por primera vez, la historia de la mujer siro-fenicia, relatada en los
evangelios de Marcos y Mateo, le parece sumamente despectiva la forma en que
Jesús la trata inicialmente (al menos a mí me pasó). Pero analizando la forma
tan decidida y confiada en que ella actuó, no me queda duda de la necesidad que
nuestra voluntad esté involucrada en los procesos de sanidad y libertad en la
vida de las personas.
Cuantos males
podríamos evitar si tan solo cambiáramos algunos hábitos. Fumar, no dormir lo
suficiente, comer en exceso, consumo de alcohol, estrés y no realizar actividad
física, son las principales causas de enfermedad en el mundo y todos están
ligados íntimamente con procesos volitivos o emocionales. Me pregunto que le responderíamos a Jesús,
quien tiene todo el poder y pagó el precio para nuestra sanidad, si él nos
cuestionara sobre si realmente queremos ser sanos.
'Cuando Jesús
lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te
gustaría recuperar la salud? —Es que no puedo, señor —contestó el enfermo—,
porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua.
Siempre alguien llega antes que yo.' Juan 5:6-7
Me sorprende la
cantidad de pretextos que tiene el paralitico en el estanque de Betesda (Juan
5), pero me confronta con todas las excusas que puedo presentar a la hora de
cambiar un mal hábito en mí. Casi puedo escuchar a Jesús preguntándome
¿Realmente quieres recuperar tu salud? ¿Es en serio? ¿Estás dispuesto? ¿Te vas
a hacer responsable de tu parte?
'Jesús le
dijo: —¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda! ¡Al instante, el hombre quedó
sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! Pero ese milagro sucedió el día
de descanso,' Juan 5:8-9
REFACCIONANDO
Estamos a punto
de comenzar nuestra reunión semanal en el programa de 12 pasos en que colaboramos
y simultáneamente nos recuperamos de malos hábitos. Yo, específicamente, me
recupero del orgullo. Compartimos una pequeña refacción que incluye café,
sándwich de jamón y rellenitos de plátano, estos últimos constituyen una
delicia al paladar y son uno de mis manjares preferidos. Uno de los compañeros
se abstiene de todo y podría parecer una falta de cortesía, pero recientemente
le diagnosticaron un mal con su hígado y es imperante apegarse a la rigurosa
dieta. Su poder de voluntad me impresiona, casi puedo asegurar que no podría
resistirme.
Jesús le pide
ponerse de pie y enrollar su camilla, la fe demanda una acción, puede ser
definida como “Acción que obedece a lo que Dios dice”. Mi madre lo diría mas
coloquialmente “A Dios orando y con el mazo dando”. El estar echado en el suelo
y la camilla tipifican nuestro estado de confort y nuestra resistencia al
cambio. Queremos resultados diferentes mientras insistimos en hacer lo mismo y
eso es locura.
'Así que la fe
es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. ' Romanos 10:17
Mi amigo me ha
dado una tremenda lección. También Oliver (a pesar de ser un perro). La fe es
un caminar persistente que nos conduce a un fin esperado. Ese oír que se
encuentra en Romanos 10:17, está en presente continuo, lo que implica una
relación permanente y obediencia consecuente a las instrucciones que son
resultado de ese escuchar y esperar en Dios. Esto no llevará a encontrar goce
en esa conversación que nos sacará de nuestra área de confort, para alcanzar lo
mejor y descubrir nuestro propósito.
'¿No ves que
la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por
justicia, y fue llamado amigo de Dios.' Santiago 2:22-23
La espera de
Abraham constituyó un caminar con Dios, fue algo activo y algunas veces
incómodo, pero que devino en una amistad con Dios, lo cual lleva implícito el
privilegio y placer de disfrutar la compañía del creador del universo,
empatando su deseo con la soberana voluntad y deleitarse en una relación íntima
con Él. Es la única manera de descubrir quienes somos en realidad.
'Pon tu delicia
en el S eñor , y Él te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda al S eñor
tu camino, confía en Él, que Él actuará;' Salmo 37:4-5
Hay más que
migajas cayendo de la mesa, para aquello que se acercan con esa fe activa a
Jesús, dispuestos a todo y hacer lo necesario para alcanzar las promesas. Cómo
me lo expresó el Espíritu Santo en momento de quebrantamiento que yo había
alargado más de la cuenta “Mi mano no se mueve con lágrimas, mi mano se mueve
con fe y obediencia”.
'Por eso les
dije: —Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y
sus puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos
la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros! Entonces les
conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que
el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: —¡Manos a la obra! Y unieron la
acción a la palabra. ' Nehemías 2:17-18
¿Y Oliver?
Finalmente cedí y
Oliver consiguió una pequeña parte de mi desayuno. Aunque mínima, lo dejó
animado para acercarse mañana y esperar algo más. Lo increíble es la bienvenida
que me da cada mañana, efusiva, se alborota y aúlla hasta encontrar una caricia
de mis manos y un poco de atención. Ojalá pueda acercarme con ese entusiasmo
cada día a mi buen padre y Dios.
ORACIÓN:
Padre, hay mucho
que reparar y reconstruir, no puedo quedarme de brazos cruzados. Bien sé que no
basta nuestra fuerza e inteligencia, necesitamos de ti. No podemos seguir
ignorando nuestra incapacidad de hacerlo por nuestra cuenta, pero tampoco
podemos caer en un letargo irresponsable que posponga tu deseo de vernos
salvos, sanos y libres. Danos humildad para reconocer la parte que solo tú
puedes hacer, la fuerza para hacer la nuestra y sabiduría para discernir la
diferencia.
Ray & Lily
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