«Al contrario, honren en su corazón a Cristo, como Señor, y manténganse siempre listos para defenderse, con mansedumbre y respeto, ante aquellos que les pidan explicarles la esperanza que hay en ustedes.» 1 Pedro 3:15 (RVC)
Mi esposa luce radiante, la cena estuvo exquisita y la
sobremesa llena de conversaciones que exaltan la gratitud de ser parte de una
visión dada por Dios. Vestidos y trajes de gala, no acostumbro mucho ataviarme
así y me pregunto si mi interior corresponde a lo que se ve externamente. Es
una gran celebración y el discurso hace énfasis en mantener a Jesús en el
centro, evitando nuestro protagonismo en esta misión.
Tres canciones más, las entonamos a todo pulmón y las
lágrimas se escurren por mi rostro bien afeitado. Si fuera por méritos propios
no deberíamos estar aquí. La mayoría de las personas asistentes han trabajado
mucho más tiempo que nosotros. Me surge una pregunta: ¿Dónde estaba hace 20
años?
'Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante
de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros
están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados: el prevaricar y
mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar
calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira. '
Isaías 59:12-13
Hago un repaso mental y me ubico en el tiempo. Era una época
turbulenta, cosechando el resultado de malas decisiones, pero aún empecinado en
seguir construyendo la vida “A mi manera”. Necesité 8 años más de dolor para
rendir mi vida a Dios. Codependiente y manipulador en gran manera, mis pecados
se multiplicaban a causa de esa condición que, no se apartó completamente de mi
de golpe, tomó tiempo salir del hábito, que tanta destrucción trajo, no
solamente a mí, sino a mis más cercanos.
El proceso continuó
Un suspiro y una exhalación fuerte son la conclusión de mi
lectura sobre la codependencia. Le hago un guiño al ordenador y agradezco a
Dios por haberme llevado en el proceso de sanación. Fue de las primeras
debilidades que detecté en mi carácter e investigué mucho sobre el tema.
Casualmente me topé con este artículo y hay una satisfacción enorme al saberme
sano.
En esa dulce comunión con El Espíritu Santo mi paz me es
interrumpida con una declaración estoica: -¡Aún no has salido de la
codependencia! -Quedo paralizado por unos segundos ante semejante afirmación e
inmediatamente refuto - ¿Cómo no? -Es cierto, aún practicas la codependencia
conmigo, haces las cosas para garantizarte que yo te ame, te gusta sentirte
necesitado, y yo, simplemente te amo.-
'Pero el Señor le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar
por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija
en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón. ' 1 Samuel 16:7
Ese día cambió para siempre mi panorama, no es por desempeño
su amor. Y lo más increíble no es que me ame, lo impresionante es que lo haga a
pesar de que me conoce profundamente, pues nada en mi le es desconocido.
Desde entonces me es fácil detectar este mal en las
personas, que de manera sutil y con apariencia de piedad, nos arrastra en
nuestro anhelo de sentirnos útiles y necesitados. Mi experiencia con el camino
que Jesús me esbozó, ha ayudado a muchas personas. Algunas veces con el solo hecho
de contar mi historia, es decir, siendo vulnerable.
'Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra
en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. ' Filipenses 1:6
Hay un poder enorme que se desata en la transformación que se
opera en nosotros, las oportunidades de dar de gracia, lo que de gracia
recibimos, son múltiples; en la cola del banco, con el cajero del supermercado,
en el autobús, la oficina, el colegio, etc. No hay límite para extender el
reino de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
ORACIÓN:
Jesús, líbrame del egoísmo y hazme un instrumento de tu paz.
Llévame a los lugares y personas que necesiten de ti. Rindo mi vida y mi pasado
al servicio de tu reino, quiero compartir tu mensaje de salvación, libertad y
esperanza, con todo aquel que sufre y no encuentra el norte en su vida. Gracias
por todas las personas que cooperaron, invirtiendo su vida y experiencia, para
sacarme del fango y la agonía en la cual me encontraste. Que esto sea un
recordatorio para ponerte siempre en el centro a ti. Amén.
Ray & Lily
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