'Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo. ' Proverbios 23:7
Sábado en la tarde con una invitación a comer algunos
manjares exquisitos propios de la época. Casi estoy salivando solo de imaginar las
delicias que pronto engulliré. De pronto un retorcijón en el vientre me alerta,
este se repite con violencia y me conduce hasta el escusado. Me suele pasar cuando
viajo durante más de un día a tierras ubicadas a más de 100 kilómetros de
distancia de mi hogar. Culpo generalmente al agua “potable” del lugar, misma
que se cuela de alguna manera en mi organismo, aunque no la consuma
directamente.
En el mundo, el agua contaminada es un problema grave que
puede provocar dolor intenso, discapacidad e incluso la muerte. Las
enfermedades comunes relacionadas con el agua y provocadas por parásitos en
todo el mundo incluyen dracunculosis, esquistosomiasis, amebiasis,
criptosporidiosis y giardiasis.
El agua de mi comunidad también está contaminada, pero mi
cuerpo ya se adaptó a los parásitos que ella posee. Esta vez adquirí unos nuevos
que causaron la revuelta estomacal que me impidió asistir a la delicatesen
gastronómica programada para ayer. Mi esposa lo lamenta, pero hace memoria de
sus votos nupciales y me acompaña en esta breve convalecencia.
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une
a su mujer, y los dos se funden en un solo ser. Génesis 2:24 NVI
Pero hay otro tipo de parásitos que se alojan en la cabeza,
y no estoy hablando de la vergonzosa plaga que en nuestra infancia nos hacía
más despreciables que la lepra; los vulgares piojos pueden llegar a enloquecer a
sus portadores y a las madres que con ahínco luchan por eliminarlos de su
prole. Los pensamientos parásitos son más peligrosos que cualquier otra plaga.
La baja autoestima es cual vil sanguijuela que succiona el
valor de aquellos cuyas inclinaciones tienden de continuo hacia pensar mal de
sí mismos. Hundiendo sus vidas en círculos viciosos, autodestructivos. Y es que
todo comienza con un pensamiento, este me conduce a la acción, que al repetirla
se convierte en una práctica, un hábito y luego en una conducta o forma de
vida.
Una cosa tan sencilla cómo el fumar, que no es nada natural,
comenzó al ver a mi padre hacerlo, considerar que pasaría si lo hago y probar
en algunas ocasiones eventuales, hasta convertirse en un distintivo de mi
generación, en reuniones de trabajo, fiestas y tiempos libres. Fueron las
devastadas vidas víctimas de enfisema pulmonar las que trajeron un nuevo
pensamiento que me hizo retractarme de aquel hábito. Cada cigarrillo
equivaldría a un día menos de vida, o al menos a quitarle la calidad a esos últimos
días.
'No se amolden al mundo actual, sino sean transformados
mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de
Dios, buena, agradable y perfecta. ' Romanos 12:2
¿Por qué pienso lo que pienso y como pienso?
La suma de toda una vida (casi medio siglo) de información
de fuentes tan diversas como las especies del mar. Personas, libros, programas
de televisión, historietas, revistas, artículos, noticias, sermones,
conferencias, pláticas, experiencias, canciones. Es una avalancha que ha ido
dando forma o deformando lo que soy. Es necesario ser selectivo con lo que
dejamos entrar a nuestra mente, pues hay muchos pensamientos parásitos rondando
por todas partes.
En estos días de descanso, durante unas horas en la alberca,
escuché las incongruentes líricas de la música popular y de una de ellas pude
extraer estos parásitos que se cuelan en el inconsciente de quienes las
consumen: “Tres vicios tengo, Y los tengo muy arraigados, El ser borracho, Jugador
y enamorado; Qué voy a hacer Si yo soy el abandonado, Abandonado Por el amor de
Dios” El repetir constantemente estos versos puede llevar al convencimiento de
las pequeñas mentes infantiles sometidas a esta debacle cultural. Parece cómico,
pero se convierte en una triste realidad en nuestro medio. No quise prestar
atención a otras con lenguaje obsceno, soez y de contenido sexual explicito.
'No se burlen de las profecías, sino pongan a prueba todo
lo que se dice. Retengan lo que es bueno. Aléjense de toda clase de mal. ' 1
Tesalonicenses 5:20-22
Estamos sometidos a un torrente tan grande de información.
Nuestros niños y jóvenes se encuentran sobre estimulados por el cúmulo de ideas
que les desborda en su capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. Terminan,
o debo decir terminamos, consumiendo todo sin tamizar lo que nos es perjudicial
y nocivo.
Para mi estómago tendré que aplicar un desparasitante no sea
que mi cuerpo se acostumbre a los intrusos y les preste alojamiento permanente
con sus subsecuentes consecuencias, a corto, mediano y largo plazo. Y para mi
mente solo la palabra de Dios, la cual tiene poder para cambiar vidas, la mía
es una muestra de ello y así la de miles que he conocido.
'Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo
lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. ' Filipenses
4:8
El antídoto para los parásitos mentales son los buenos
pensamientos, en los cuales debemos meditar y ahondar para experimentar esa
renovación (desparasitación) de nuestra mente y así cambiar nuestras acciones,
hábitos y forma de vida. No importa lo profundo y arraigado que esté en nuestro
corazón el parásito. Puede que estemos muertos en nuestros delitos y pecados,
pero hay un poder superior que puede traer vida aún desde la tumba.
Hoy celebramos que Jesús resucitó y ese mismo poder que lo
levantó de entre los muertos está accesible a nosotros y es capaz de darle vida
a nuestros cuerpos, corazones y mentes. Él está vivo y tiene una nueva vida
disponible para todo aquel que se acerque a Él.
'Y, si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre
los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos
también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en
ustedes. ' Romanos 8:11
ORACION:
Jesús, gracias por tu enorme sacrificio en la cruz, ahí
pagaste el precio por mi maldad. Pero más asombrosa aún es tu resurrección, en
ella está basada nuestra fe. No permitas que los parásitos que rondan nuestra
mente hagan nido en ellas para robarnos la verdad de tu amor. Bendecimos tu
nombre y rogamos que ese poder que te levantó de los muertos nos haga despertar
a una vida nueva, llena de tus pensamientos y verdad.
Ray & Lily
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