«Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!» Juan 15:7 (NTV)
Cada final de año
viene cargado de actividades y celebraciones de toda índole y en el mundo
occidental, principalmente, la navidad es la más notoria de todas ellas. Ésta
conmemora el nacimiento de Jesús, ya que, a falta de una fecha específica, se
hizo un concilio para establecer el 25 de diciembre como tal. Todo esto ha generado
controversias, discusiones y polémicas. Por todo lo anterior me parece
pertinente saber la opinión de aquel que está, o debería estar, en el centro de
todo. La temporada tiene muchas cosas que ofrecer, pero la razón sigue siendo
él.
— Hay mucha
polémica en tono a la celebración de tu nacimiento cómo hombre, ni aún los que
se hacen llamar cristianos logran ponerse de acuerdo ¿Cuál piensas que es la
razón?
¡No crean que
vine a traer paz a la tierra! No vine a traer paz, sino espada. “He venido a
poner a un hombre contra su padre, a una hija contra su madre y a una nuera
contra su suegra. Mateo 10:34-35
— Esta respuesta
contradice muchas de tus enseñanzas y da pie a pensar que pueden ser ambiguas y
crear confusión. ¿Es natural que tus enseñanzas ocasionen conflicto?
¿Qué es lo que
causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos
deseos que combaten en su interior? Desean lo que no tienen, entonces traman y
hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden
obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo,
no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Aun cuando se lo piden,
tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo
que les dará placer. Santiago 4:1-3
— ¿Quieres decir,
entonces, que el egoísmo es la principal causa de nuestras disputas y no
ponernos de acuerdo en algo tan sencillo cómo qué día celebrar tu nacimiento?
Del mismo
modo, algunos piensan que un día es más sagrado que otro, mientras que otros
creen que todos los días son iguales. Cada uno debería estar plenamente
convencido de que el día que elija es aceptable. Los que adoran al Señor un día
en particular lo hacen para honrarlo a él. Los que comen toda clase de
alimentos lo hacen para honrar al Señor, ya que le dan gracias a Dios antes de
comer. Y los que se niegan a comer ciertos alimentos también quieren agradar al
Señor y le dan gracias a Dios. Pues no vivimos para nosotros mismos ni morimos
para nosotros mismos. Si vivimos, es para honrar al Señor, y si morimos, es
para honrar al Señor. Entonces, tanto si vivimos como si morimos, pertenecemos
al Señor. Romanos 14:5-8
— Visto desde este
punto de vista podemos decir que no importa si celebramos o no lo hacemos, lo
importante es dar honra a Dios ¿Qué podemos hacer con aquellos que se oponen a
nuestro criterio?
Los que se
sienten libres para comer de todo no deben menospreciar a los que no sienten la
misma libertad; y los que no comen determinados alimentos no deben juzgar a los
que sí los comen, porque a esos hermanos Dios los ha aceptado. ¿Quién eres tú
para juzgar a los sirvientes de otro? Su amo dirá si quedan en pie o caen; y
con la ayuda del Señor, quedarán en pie y recibirán la aprobación de él. Romanos
14:3-4
— ¿Cómo se puede
dar verdadera honra a Dios y agradarlo?
¿Qué les hace
pensar que yo deseo sus sacrificios? Isaías 1:11a
— Según el Salmo
51:17 El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no
desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. ¿A qué te refieres con eso?
Quiero que
demuestren amor, no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quemadas, quiero
que me conozcan. Oseas 6:6 ¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es
bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la
compasión y que camines humildemente con tu Dios. Miqueas 6:8 NVI
— ¿Y cómo podemos
conocerte mejor?
¡Lávense y
queden limpios! Quiten sus pecados de mi vista. Abandonen sus caminos malvados.
Aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia y ayuden a los oprimidos.
Defiendan la causa de los huérfanos y luchen por los derechos de las viudas.» Vengan
ahora. Vamos a resolver este asunto —dice el Señor —. Aunque sus pecados sean
como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos
como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana. Si tan solo me obedecen,
tendrán comida en abundancia. Isaías 1:16-19
— Si el pecado es
el principal problema para conocerte mejor ¿Quién o que puede ayudarnos?
«El Espíritu
del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los
pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los
ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el
tiempo del favor del Señor y a proclamar el año aceptable del Señor. Lucas
4:18-19
— Se dice
popularmente que todos los caminos llevan a Roma, ¿Esto aplica en tu caso? ¿Hay
más formas de acercarse a Dios?
...Yo soy el
camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de
mí. Juan 14:6 ¡En ningún otro hay
salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual
podamos ser salvos. Hechos 4:12
— ¿Solo en una
relación contigo podemos entender y dejar de contender?
Ciertamente,
yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos
producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada. Juan 15:5
— Mi primera
biblia tenía tus palabras en color rojo, me gustaba saber que era exactamente
lo que dijiste, ¿Podrías darnos unas palabras finales que puedan motivarnos
para buscarte y encontrar respuestas en ti?
«Se me ha dado
toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan
discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los
mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes
siempre, hasta el fin de los tiempos». Mateo 28:18-20
— ¿Podrías orar
para terminar?
Padre nuestro
que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. Que tu reino venga
pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo.
Danos hoy nuestro alimento para este día y perdónanos nuestros pecados, así
como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros. No permitas que cedamos
ante la tentación, sino rescátanos del maligno. Pues tuyo es el reino y el
poder y la gloria por siempre. Amén. Mateo 6:9-13
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