«La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! » Filipenses 2:5-8
Las volutas de
humo crean formas sinuosas,
Mi cerebro
juega a darles rostros y emociones
Se refleja mi
cansancio, se vislumbra mi temor.
Su aroma juega
con mi piel y se enreda en mis cabellos,
intrincados
como mis pensamientos.
Abrumado hasta
el alba, me intoxico de su olor.
Como idilio
juvenil me acompaña doña culpa
Se entromete
en mis deseos y me tumba por el suelo.
Tantos días
llevo así, olvidado en mi zarzal,
la maleza de
emociones me envenena el corazón.
Empolvado en
los estantes, olvidado entre tanto autor.
Se abrió paso
entre famosos y excéntricos;
Me atrajo y me
sedujo con un hilo carmesí.
Es su sangre
que me limpia con sus logos me venció.
Más cortante
que navaja su palabra penetró,
El confuso
mundo mío con aceite lo baño
Sen introdujo
hasta el tuétano y dio vida en derredor
Se volcó sobre
mi torso, muy fuerte me abrazo
No lo niego
fue confuso, conocerlo y a su luz
Entre oscuros
nubarrones con su gracia me alcanzó
Arrastrado por
su aroma, por su gracia y favor
Imputado de
justicia y revestido por su amor
Ya no hubo
resistencia al sonido de su voz,
Y mugriento
cómo estaba, Jesucristo me escogió.
ORACIÓN:
Señor Jesús, cuan grande y santo eres, el más hermoso
de los hijos de los hombres. Nunca te imaginé irrumpiendo en mi vida, ordenando
el caos en que me encontraba yo. Multiplicas lo nada que tengo y lo conviertes
en más gracia para compartir. Me has llamado amigo y hermano, que privilegio
tan grande, quiero corresponder a ese amor y ser reflejo de tu luz. Amén.
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