Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:28-29
Tres autobuses de
ida y otros tantos de vuelta. Muchas horas de camino entre las dos ciudades. Así
eran los fines de semana, tratando de integrar dos familias con mis fuerzas.
Mucho de ese tiempo en carretera estuvo lleno de historias y cuentos que inventábamos
para hacer más liviana la travesía. Desarrollamos maneras de entretenernos y convivir.
Contar autos por
tipo de color era uno de los más comunes. De pronto nos poníamos más
sofisticados y lográbamos crear una obra literaria colectiva. Fábulas que
incluían cualquier tipo de personajes imaginables, dónde de alguna forma salían
autorretratos de nuestras circunstancias. La música popular (generalmente de
mal gusto) acompañaba una buena parte de esas rutas, ésta impedía la buena
comunicación y optábamos por dormir en esos lapsos.
En esos momentos
de sueño, quedaba despierto, contemplando los tres seres agotados por el viaje.
Mojé los asientos de los autobuses con lágrimas de frustración, duda, tristeza,
impotencia, incertidumbre, dolor, desesperanza. Lloré de amor, pues no
conseguía la unidad que deseaba.
La más pequeña no
vivió los ajetreos de la movilización. Emanuel sobre mis hombros, Pamela en mi
brazo derecho y Sindy tomada de mi mano izquierda. Una mochila cargada de
pañales, toallitas húmedas y barras energéticas para paliar la repentina hambre.
Paula, la menor, nos esperaba los sábados por la tarde y se quedaba a la espera
de mi regreso los domingos por la noche. Mucho esfuerzo para unas cuantas horas.
Un vacío en e
corazón y mi compañera de años, la culpa, hablándome al oído continuamente. Muchos
epítetos pasaban por mi cabeza para describirme a mí mismo. Y una de esas
noches, mientras llevaba a la pequeña, a nuestra casa de habitación, murmuré: -
Tu padre es un desastre. A lo que ella, levantándose de golpe y tomando mi
rostro entre sus regordetas manecitas dijo: – Tú no eres un desastre papi. – se
recostó de nuevo sobre mi hombro y casi musitando añadió, – Bueno, un poco
desastre, nada más.
—No tengan
miedo —les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? Es verdad que
ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr
lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. Génesis 50:19-20
¿Cómo
sobrevivieron hasta hoy estos chicos? Es u milagro, ver sus vidas fructificar,
es la gracia inmerecida de Dios, que un día me alcanzó. Aún trabaja en nuestras
vidas y continúa trabajando en este peregrinaje que tenemos en la tierra. Escribir
nuestras historias es una manera de redimir el pasado, para poder dar esperanza
a otras que se encuentran en medio del desastre.
Conocer a mi
esposa y la oportunidad que se nos dio de comenzar una familia, fue cómo la
colisión de dos planetas distintos, pero que tenían en común el cordón de la
sangre escarlata de Jesús en sus vidas. Más gracia ha sido necesaria, dos niñas
fueron agregadas a la lista, pero la fuerza y el poder del amor de Dios, continúa
reconstruyendo las ruinas de nuestras historias y plantando semillas que crecen
para dar fruto abundante.
Los miraré
favorablemente, y los haré volver a este país. Los edificaré y no los
derribaré, los plantaré y no los arrancaré. Les daré un corazón que me conozca,
porque yo soy el Señor . Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque
volverán a mí de todo corazón. Jeremías 24:6-7
ORACION:
Gracias Padre por
tu gran amor, es increíble que rehagas vidas que llevamos al borde de la ruina,
y no solo las nuestras, también la de las personas que más amamos. Es sorprendente
tu poder para reconstruir lo que estuvimos a punto de destruir. Queremos
continuar siendo transformados por tus manos. Hoy nos dejamos caer en tus
brazos, tómanos tu mano y nos subimos a tus hombros, para ser llevados al
destino de tu soñaste para nosotros y toda la humanidad. Amén.
Ray &Lily
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