Una pequeña finca llamada “El Rincón” fue el escenario de nuestras primeras exploraciones en la naturaleza. Ubicada En Santa Elena Barillas del municipio de Villa Canales. Era el lugar de habitación de nuestros padrinos Julio (El Coyote) y Pilar, íntimos amigos de nuestros padres. Y esa es la razón por la que mi acta de nacimiento fue asentada en esa localidad.
Solíamos
pasar vacaciones y algunos días festivos en ese lugar. La vieja edificación de
adobe, tenía en la parte superior un granero que no se nos dejaba visitar, pues
la endeble estructura parecía colapsar con el solo intento de subir por las
escaleras. Era un lugar misterioso y mágico. Nuestro paraíso terrenal se ponía tenebroso,
cual película de Hitchcock, cuando por las noches una gran migración de sapos
se ubicaba en el corredor del inmueble, teniendo de banda sonora a la filarmónica
de grillos.
La vieja
rueda del molino de agua, era todo un enigma para nosotros. Yo no recuerdo
haberla visto funcionar, pero para un niño menor de 7 años, era algo
espectacular. Entre las ruinas de lo que una época fue una finca de café que,
además colindaba con un apiario y el cañaveral. En esos lares descubrimos
cadáveres de chicharras y fue ahí donde por primera vez conocí los zompopos de
mayo.
El olor a
café maduro y ganado vacuno, se mezclaba con el de tierra mojada a causa de las
primeras lluvias, que es la época en que aparecen los misteriosos visitantes.
Estos curiosos insectos salen de la tierra entre los meses de abril y junio. De
hecho, muchos agricultores los toman como indicio que la cosecha comenzará.
Aunque para
algunos constituyen una delicatesen culinaria, para los niños podrían
convertirse en gladiadores que luchaban por su existencia, organizando
campeonatos pugilísticos donde el zompopo ganador hacía que su propietario se
llevara cierta cantidad de monedas en su bolsillo.
Existe una
tradición oral que dice que los zompopos salen de sus nidos con la misión de
visitar a Dios. Según la leyenda, suben hasta el cielo a contarle que las
lluvias fueron fuertes y le piden que las disminuya. Los pocos que logran
llegar a Dios, vuelven después del mediodía. Por esta razón, después de dicha
hora se les deja tranquilos y así pueden repoblar sus nidos.
¡Alégrense,
habitantes de Jerusalén! ¡Alégrense en el Señor su Dios! Pues la lluvia que él
envía demuestra su fidelidad. Volverán las lluvias de otoño, así como las de
primavera. Joel
2:23
Las lluvias
que se esperaban con alegría y emoción por la fecundidad que traían a la
tierra, mismas que servirían de atmósfera para chapoteos y barquitos de papel,
entre otros juegos; ahora son temidas por las múltiples catástrofes que pueden
llegara ocasionar. Y esto debido al incremento demográfico que acontece en
nuestro país. Esto ha llevado a un crecimiento descontrolado de áreas pobladas
con poco estudio topográfico y de impacto ambiental. Solo por mencionar algunos
factores. Sumado a esto el calentamiento global y sus consecuentes cambios
climáticos en todo el globo terráqueo.
Pues
sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si
tuviera dolores de parto; Romanos 8:22
Y que tal
si todos de acuerdo nos decidiéramos, como dice la leyenda, visitar a Dios y
contarle lo que acontece en nuestro planeta. Si con valentía, como lo hacen los
zompopos dejáramos la comodidad d nuestros nidos subterráneos y emprender el
vuelo para acercarnos al todopoderoso pero amante padre nuestro.
Puede
ser que a veces yo cierre los cielos para que no llueva o mande langostas para
que devoren las cosechas o envíe plagas entre ustedes; pero si mi pueblo, que
lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta
perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.
Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en
este lugar. 2
Crónicas 7:13-15
Este
acercarse a Dios no significa elevar una oración o rezo simplón. Conlleva un
cambio profundo de mente, corazón y de acciones. Ser renovados en nuestro
entendimiento, cómo lo recita el capitulo 12 de la carta a los romanos, para
comprobar la buena voluntad del Señor, que además es agradable y perfecta.
Zompopas
Reina de mayo
Se me hace
curioso que sean precisamente las reinas provenientes de una colonia, quienes después
de las primeras lluvias fuertes y cuando el suelo está húmedo, salen a realizar
vuelos de cortejo y apareamiento, que normalmente ocurren en la madrugada, son
ellas quienes se arriesgan para mantener con vida a las colonias. Son ellas las
que suben con sus oraciones para clamar cada día.
En aquella
finca mi madre, asistida por una comadrona, dio a luz a mi hermana Glenda (1
año y 10 meses antes que a mi persona) y así otros 6 dolores de parto más. ¿Cuántas
angustias le hemos causado? no puedo imaginarlo. Pero tengo por seguro que un
día cambió su mente, se arrepintió y sus oraciones suben cada día al cielo por
cada uno de sus hijos. Lo mismo veo con mi esposa, que desde la distancia aún
clama por sus princesas y por todas aquellas personas que adoptó en su corazón.
Es bueno saber que nuestros hijos cuentan con alguien así en sus vidas.
Hoy es un
buen día para celebrar a quienes nos llevaron en su vientre y tomaron la
decisión valiente de traernos al mundo y acompañarnos en buena parte del
camino. ¡Feliz día Mamá!
Escucha
a tu padre, que te dio la vida, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana.
¡Por eso, alegra a tu padre y a tu madre! Que sea feliz la que te dio a luz. Proverbios 23:22,25
Ray &
Lily
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