Cuando niños, nuestros hijos, encontraron maneras de acercarse a nosotros, motivados por diferentes situaciones. Al caerse y golpearse buscaban alivio en nuestras manos. En su fracasos escolares y emocionales buscarán seguridad en nuestros brazos. Si no comprendían alguna cuestión, encontraron sabiduría en nuestros labios. Consuelo, ánimo, validación.
En otras ocasiones
fue un permiso para ir a la fiesta de un amigo, lo que propició una actitud
amable y condescendiente. Muestras
exageradas de cariño para conseguir un juguete, helado, paseo etc. Me hizo evaluar la forma y los intereses que
tengo para acercarme a mi Padre eterno. Y por que no decirlo, las motivaciones
que Él tiene para acercarse a mi.
en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, Efesios 1:5
Pensando en
esto, me encontré con unas notas que hice en el año 2013. Las cuales copio a continuación, con unas
pequeñas modificaciones.
Esta semana
El Señor me ha enseñado, de manera metódica e insistente acerca de la verdadera
doctrina. Desde mi reunión del martes con dos grandes amigas, el miércoles en
una preciosa enseñanza, luego el jueves al compartir con los compañeros de
oración y por acción del Espíritu Santo.
Ya que es una pregunta obligatoria para todo cristiano que quiera
comprometerse con El Señor.
Si
solamente tomamos la palabra ya digerida por otro siervo, predicador, animador
o motivador, podemos caer en el error de seguir doctrinas mucho más
complacientes a nuestra carne que al Espíritu. ¿Cómo es esto?
No
menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal. 1 Tesalonicenses 5:21 y 22
¿Pero cómo
hacemos para saber qué es lo bueno y lo malo?
Todo
depende de la forma en que nos acercamos a Dios, cual es la motivación que nos
mueve a ir a la Iglesia, comprometerme en un servicio o ministerio, participar
de algún seminario o reunión, incluso para hacer una obra social o humanitaria.
Si le
buscamos solo y exclusivamente de acuerdo a nuestras necesidades, nuestros sueños
o formas de pensar, la búsqueda estará condicionada por ellas, por lo tanto,
nos quedaremos en el lugar en donde más se acerque a nuestras necesidades o
retendremos las enseñanzas que más se asemejen a nuestra manera de pensar. Pero si le buscamos por quien Él es en
realidad, tratando de entrar en comunión con su persona, pasando tiempo con él,
agudizando nuestro oído a su voz, buscando más bien que tiene que decirnos y
pedirnos, nos quedaremos conforme a su voluntad.
Y es que de
eso se trata la fe. Es la confianza en un padre bondadoso quién sabe lo que es
mejor para nosotros, no un padre complaciente que cumple los caprichos de sus
hijos. Si nos acercamos a Dios sabiendo que Él demanda algo de nosotros y con
la plena disposición de cumplir lo que nos sea solicitado. Sabiendo que a los
que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28) nunca nos
sentiremos defraudados y recibiremos la sana doctrina directo de su voz.
Leer la
biblia es esencial, cada día, lo más posible, acercarnos a su palabra confiando
en que nuestro padre tiene el tiempo y la capacidad necesaria para sentarse al
lado y darme a conocer sus enseñanzas. Es mucho más cómodo leer un libro a
cerca de un tema específico, o escuchar una prédica, ver un programa o
película. Preferimos recibir su palabra masticada y digerida por otros a sentarnos
y hacer el esfuerzo de meditar junto a Él en sus propias escrituras.
Solamente
esfuérzate, y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que
mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la
izquierda, para que prosperes en todas las cosas que emprendas.
Este
libro de la a ley nunca se apartará de tu boca, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Josué 1:7-8
Seguir a
Cristo es negarse a sí mismo y confiar en el camino que se nos mostrará. La
biblia no es un recetario lleno de trucos para sacarle bendiciones a Dios.
Y decía
a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día, y sígame. Lucas
9:23
¿Cómo sabré
cual es la sana doctrina? ¿Cómo sabré cuando lo que leo en la Biblia y entiendo
es correcto?
Lo sabremos
cuando con corazones sinceros y agradecidos nos acerquemos a Él, pidiendo su
revelación, su entendimiento, su sabiduría. Estas son las cosas que son útiles
pedir y que el Señor puede conceder sin ningún problema.
Pedís, y
no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:3
Y de la
misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede
por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8:26
Cuando te
encuentres con Cristo, cuando convivas con Él, cuando te enamores de Él, cuando
descubras todo lo que te perdonó y te sientas agradecido, cuando estés
dispuesto a servirle sin excusas, cuando de esfuerces en guardar su palabra,
cuando te dejes guiar por su Espíritu, cuando tu ego muera, en ese momento
conocerás la sana doctrina, directo de sus labios.
Señor, ayúdanos
a siempre buscarte a ti, a juzgar nuestras motivaciones y deseos, enséñanos a
vivir en tu presencia, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén
Ray &
Lily
No hay comentarios:
Publicar un comentario