El siglo XXI ya ha sufrido bastantes crisis y en los años que restan seguiremos enfrentando dificultades. Satanás saldrá a escena y reirá algunas veces, porque ganará una que otra batalla. El divorcio y la desintegración familiar seguirán protagonizando algunas escenas y son algunas de sus armas letales. El racismo, la desigualdad, el orgullo, guerras, desastres naturales continuarán causando muerte. La corrupción, el aborto, la ideología de género, provocarán polémica y violencia, mientras no seamos guiados por El Espíritu. Y seguirá la agenda oculta de destruir por completo a la humanidad.
La idea de que una persona es tripartita la popularizó Clyde Narramore, un autor americano de más de 100 libros y folletos, incluyendo entre sus más vendidos “La Enciclopedia de los Problemas Psicológicos”, “La Psicología de la Felicidad”, “Vale la Pena Entender a Cada Persona”, y “La Psicología del Asesoramiento”. Pablo lo sabía desde muchos siglos antes, cuando escribió a los habitantes de Tesalónica: Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva.
El espíritu (conciencia, intuición, comunión con Dios) es lo que hace que podamos relacionarnos con el mundo espiritual, nos habilita para entender a Dios y las cosas del espíritu. El alma (emociones, voluntad, mente) nos relaciona con lo sicológico, incluye los deseos del corazón, las emociones, el temperamento. El alma gobierna cuando las premisas que se manejan en la vida vienen dadas por la cultura, el ambiente, lo que está de moda. El cuerpo (fisiología, morfología, anatomía) nos ayuda a relacionarnos con el mundo material.
Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo. Romanos 10:9-10
La clave de estar siempre gozosos es creer en Jesús y vivir en el espíritu. Por eso es que podemos leer en 1 Corintios 15:45 Las Escrituras nos dicen: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente», pero el último Adán —es decir, Cristo— es un Espíritu que da vida.
Yo tenía una herencia Adámica de muerte y también la de mi abuelo y padre, condenado a cargar con sus errores y heridas. También a repetir los círculos viciosos. Hasta que mi espíritu nació de nuevo. Jesús redimió mi historia y mis nombres y los de mis ancestros. No es casualidad que Raymundo (mi primer nombre) signifique “Protegido por el consejo de Dios” y Domingo (mi segundo nombre) “Apartado para El Señor”.
Nuestro consejo para este tiempo confuso y de dificultad es el mismo que Pablo dio hace dos mil años: Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús. No apaguen al Espíritu Santo. 1 tesalonicenses 5:16-19 NTV
Ray & Lily
No hay comentarios:
Publicar un comentario