Sin excusas… (primera parte)

Mi padre, Domingo Rosales, nació un 15 de septiembre de 1916, cuando Guatemala celebraba 95 años de vida independiente. Fue el menor de sus hermanos, que por una extraña razón nunca fue reconocido por su padre Raymundo Bobadilla. Eso marcaría lo profundo de su corazón.

 

Su vida comenzó durante la dictadura de Manuel Estrada Cabrera y la primera Guarra Mundial, que cobro un promedio de 60 millones de vidas. Con apenas un año de edad, la navidad de 1917, vivió su primer terremoto.  También conoció la pandemia de la llamada Gripe Española que mató, entre 1918 y 1920, a más de 40 millones de personas en todo el mundo. La Gran Depresión económica mundial. La dictadura de Jorge Ubico y la Segunda Guerra Mundial. La revolución de 1944 en nuestro país, Gua

erra de Vietnam, La Guerra Fría, Conflicto armado interno, solo por listar algunas vicisitudes.

 

Estudió hasta tercero primaria, trabajó desde niño conduciendo una carreta de bueyes, de panadero, como obrero en la construcción de la primera montaña rusa en Guatemala, camionero, chofer de autobuses, piloto de reparto, bodeguero en el almacén de su hermana y finalmente con un amigo en el cultivo de tomate y pepino.

 

Dos matrimonios y dos divorcios, no sé cuantos amoríos. Once hijos, incluidos a quienes adoptó. Problemas con el alcohol y su dramática perdida de la vista que tanto lo frustró. Terminó sus días, casi junto al siglo XX, con una pequeña pensión del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), viviendo sólo, en una pequeña habitación de su pueblo natal, Villa Nueva. 

 

Estén siempre llenos de alegría en el Señor. Lo repito, ¡alégrense! Filipenses 4:4 NTV

 

¿Cómo es posible mantenerse siempre gozoso? Sobre todo, cuando las circunstancias externas son tan adversas. Parece absurdo el mandato del apóstol Pablo. La iglesia primitiva sufría persecución por parte del imperio Romano, el más poderoso de su tiempo. ¿Con que argumentos y que base puede dar esa orden?

 

El apóstol Pablo escribiendo desde la prisión en Roma, "Alégrense" es en el presente, imperativo activo y lo repite para el énfasis. No dijo a sus lectores “ser feliz", pero "si Alégrense (regocijaos) en el Señor”, no nuestras circunstancias. Nuestra alegría se llevará a cabo en Cristo. Pablo tenía gozo interior cuando las circunstancias externas no parecían muy prometedoras.

 

Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre. 2 corintios 4:17-18 NTV

 

Continuara…

 

Ray & Lily

https://www.youtube.com/watch?v=76o7NBgmh88

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