Viene a pedir mi mano…

Solemos emocionarnos en las bodas. Hemos ayudado a organizar ya muchas, las lágrimas corren por nuestras mejillas en ellas y hace algunos días viendo las fotografías de la boda de unos muy buenos amigos, también lloramos.  Escuchar algunos discursos de familiares o los votos de los contrayentes, casi siempre con su rostro humedecido por el sabor salado de la emoción incontrolable, eso, nos puede convertir en unos auténticos llorones.

Trabajé en un restaurante muy romántico por muchos años y junto con dos de mis hermanos nos tocó ser cómplices de uno de los acontecimientos que suele hacer que las personas se emocionen muchísimo. La pedida de mano puede ser un evento que te haga llorar. Para la novia significa muchísimo. El mensaje intrínseco es que eres tan valiosa, digna e importante que te daré la prioridad en mi vida sobre todas las personas del planeta.

Aún recuerdo el día que le entregué un anillo a mi esposa, frente a una cantidad considerable de personas. El recinto se volvió un manantial de lágrimas. Había mujeres con el maquillaje corriendo por sus rostros a donde voltearas a ver. Claro está que mi esposa estaba convertida en una auténtica magdalena. Imaginen el día de nuestra boda.

No puedo imaginar el día cuando llegue la pedida y boda de una nuestras hijas e hijo. Estamos determinados a guardar la compostura. No creo que lo podamos lograr. El solo verlos ataviados en sus trajes de novios hará que nos desmoronemos por completo.

Esta poderosa y hermosa imagen de «la novia» es la que se usa para describir a la iglesia del Nuevo Testamento (Efesios 5:22-32). También es usada para la iglesia del futuro, la cual sale de Dios desde cielo «preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido» (Apocalipsis 21:2). Esta imagen de la novia, la Nueva Jerusalén, es prefigurada de diferentes maneras a lo largo de toda la escritura.

Cuando leas las características de una buena esposa, date cuenta de que mucho de esto no se aplica solamente a las esposas; ni siquiera solamente a las mujeres. Al ser la novia de Cristo se nos aplica a todos, hombres y mujeres, casados y solteros. Así es como debería ser la iglesia y como un día será por medio de Jesús.

La descripción de la mujer virtuosa de Proverbios 31 no es solo el modelo de la esposa humana. Ella mantiene abrigada a su familia (v.21) y está bien vestida (v.22b). Su esposo es respetado a causa de ella (v.23a). Sus negocios florecen (v.24) y está revestida de fuerza y dignidad (v.25a). Puede afrontar el futuro con confianza y alegría (v.25b).


Sus palabras están llenas de sabiduría (v.26). «Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor» (v.26). ¡Qué gran modelo! Evita palabras que estén llenas de odio, ira, resentimiento y desconfianza; pronuncia solamente palabras amables. Ella cuida de los asuntos de su casa y «el pan que come no es fruto del ocio» (v.27).

Sus hijos «se levantan y la felicitan» (v.28a). Ella no solo es apreciada por sus hijos; su esposo también la ensalza y dice: «Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas» (vv.28b-29).
Los últimos versículos se centran en todas las mujeres: «Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. ¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!» (vv.30-31).

CONTINUARÁ…

Hoy oramos para que esta imagen de cómo debería ser la iglesia, la Novia de Cristo nos ayude a ser el tipo de iglesia de la que Jesús esté orgulloso.

Ray & Lily


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