COMO LAS LIEBRES

 El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor. Proverbios 4:18 NTV

 

Al percatarse de mi presencia cruzó la calle a toda prisa, alejándose hasta un lugar en el que se sintió segura. Yo no esperaba encontrármela ni imaginé verla en mi caminata matutina. Sí sabía que tropezaría con algunas de sus parientes; de hecho, busqué intencionalmente ese encuentro. Me gustan esos momentos al inicio del día para explorar lugares que conozco por vez primera. Debo decir que fue muy grato el instante en que cruzamos nuestras miradas. Ese tipo de momentos suelen dibujarme una sonrisa en el rostro, apretando las mejillas contra las mandíbulas.

 

El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita en cada detalle de su vida. Salmos 37:23 NTV

               

La temperatura fresca, casi fría, hizo propicio el paseo que se extendió por más de una hora, llenando mis pulmones de nuevos aires. La celebración de la noche anterior dejó a todos exhaustos, por lo que salí de la casa con sigilo. Mientras todos recuperaban las fuerzas dormitando, incluso rechacé el ofrecimiento de mi amada, quien volvió a la cama en busca de reparar el sueño. Mi madrugón presagiaba el encuentro con las liebres, quienes aderezaron la fragante experiencia crepuscular.

 

Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; nunca fallan sus bondades. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. Lamentaciones 3:22-23 NTV

 

Sentado por unos minutos pude observar el espectáculo diario del sol despertándose entre los follajes de los árboles, que parecían retenerlo, mientras el telón del cielo se abría, adornado con estelas de nubes que celebraban la llegada de la luz. Yo aplaudía con suspiros, sintiéndome un espectador fortuito de semejante momento de belleza. Un instante que, dicho sea de paso, hemos vuelto cotidiano, restándole esplendor y asombro en nuestro ajetreado día a día.

 

Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos. Colosenses 2:6 NTV

 

Más sorprendente aún fue mi acompañante de camino. No importaba el cambio de dirección o maniobra que hiciera, él se mantenía firme a mi paso. Aunque debo admitir que era realmente él quien marcaba el ritmo. Silente al principio, fue dirigiendo todo el aparente vagabundeo, con un objetivo que no era necesariamente un destino, sino un momento: caminar conmigo, estar conmigo.

 

Aunque todo me abandone, el Señor me sostendrá con su mano. Salmos 27:10 NTV

 

Como las liebres que me crucé en la vereda, así mi Señor aparece en la ruta de la vida. Como escondido, pero deseoso de captar nuestra atención e invitarnos a pasar tiempo con Él. La experiencia me llevó a sentarme en las bancas de un campo de béisbol y ahí completar la conversación que surgió en el recorrido. De mi larga lista de oraciones (en la app de la Biblia en mi teléfono móvil), “casualmente” aparecieron las seis que tengo por cada uno de nuestros hijos. Resoplé y medité en cómo pertenezco a un Dios que puede propiciar el encuentro con una liebre y hacer que, incluso, la tecnología obre en una dirección, manteniendo vivo el asombro de conocerlo y caminar con Él.

 

Aquí estoy. Estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, entraré y cenaremos juntos como amigos. Apocalipsis 3:20 NTV

 

Escribo después de muchos días y aún en medio de unas vacaciones que han sido dirigidas por el dulce eco de su voz. Hemos podido experimentar el afecto y la fidelidad de un Padre que ha entregado todo por amor a nosotros, sus hijos amados. Un Padre que solo tiene pensamientos de bien y no de mal, para darnos un futuro y una esperanza; no para controlar nuestras vidas, sino para compartir la suya con nosotros.

 

Sin embargo, desde allí, buscarán nuevamente al Señor su Dios. Y si lo buscan con todo el corazón y con toda el alma, lo encontrarán. Deuteronomio 4:29 NTV

 

ORACIÓN:

Señor, cuán bello eres; estás en todo tiempo y en todo lugar. Perdóname por ignorarte. Cuando aquieto mi alma y mi mente, puedo encontrarme contigo y pasear juntos. No es la quietud del ambiente, sino un corazón calmado lo que me permite escucharte. Eres tan bueno y gentil; a pesar de tu fuerza y poder, prefieres aparecerte sutilmente y sorprenderme con tu presencia. Gracias por propiciar esos encuentros; dame la sensibilidad de percatarme de ellos. Amén.

 

Lily & Ray

 

https://www.youtube.com/watch?v=oCn9k-qEX-0&list=RDoCn9k-qEX-0&start_radio=1

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