'Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, para humillarte y ponerte a prueba. Así llegaría a conocer lo que había en tu corazón y vería si cumplirías o no sus mandamientos. Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.' Deuteronomio 8:2-3 NVI
Con un movimiento casi imperceptible, la bicicleta se
balancea hacia delante y hacia atrás, la luz del semáforo se mantiene en rojo y
la situación del cuerpo que, a pesar de tener poca base de sustentación, se
mantiene sin caerse. La tención se acumula en el cuello mientras fuerzo la
mirada hacia arriba. Hay fuerzas encontradas que obran oponiéndose, finalmente se
compensan destruyéndose mutuamente, para mantener el vehículo y su conductor en
equilibrio.
Un pequeño descuido, un poco más de fuerza en alguna de los
dos pedales y la fuerza de gravedad me aplastaría contra el suelo, con las
subsecuentes consecuencias. Heridas físicas, orgullo mancillado y retraso en mi
llegada. No estoy tan consciente de lo que significaría. Hay autos con sus
rugientes motores y exasperados conductores, ese factor no lo había tenido en
cuenta. Podría ser letal.
'Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga
cuidado de no caer. ' 1 Corintios 10:12 NVI
Cosa similar he vivido en las artes escénicas donde el
equilibrio precario se trabaja normalmente desde el plano físico, caminando de
puntillas o poniéndose en riesgo de perder el balance. Dentro del cuerpo se
produce una lucha continua donde se baila para mantener ese compenso de cuerda
floja. El equilibrio precario mental y psíquico hace que se corra el riesgo de
echar a perder toda la puesta en escena. Sí se consigue que el vaivén psicológico
se mantenga en una danza hasta el final, el personaje llevará al público en una
montaña rusa emocional.
'Pocos son los días y muchos los problemas, que vive el
hombre nacido de mujer. Es como las flores que brotan y se marchitan; es como
efímera sombra que se esfuma.' Job 14:1-2 NVI
La fragilidad del ser humano y su tripartita composición,
espíritu, alma y cuerpo, lo mantienen en una lucha por conservar el equilibrio.
Puede que esté descuidando el plano físico y tenga en poco la administración de
mi cuerpo y su salud. No tener en cuenta que este constituye el recipiente
donde se resguardan las otras dos partes, devendrá en que el equilibrio se comience
a perder.
'¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu
Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no
son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen
con su cuerpo a Dios.' 1 Corintios 6:19-20 NVI
Pero, por otra parte, si mi alma no está nutrida, si
descuido aquellas cosas que me apasiona, como (en mi caso), montar bicicleta,
ver una puesta en escena, una buena película, paseos contemplativos de la
naturaleza, también me encuentro en riesgos de un desbalance y caída, el
equilibrio emocional comenzará a caminar por la cuerda floja y puede poner en
riesgo mi salud espiritual y física.
'Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las
cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. ' 3 Juan 1:2 RVR1960
Volcarme a disciplinas espirituales sin tener en cuenta los
otros dos aspectos también puede ser nocivo, pero ciertamente lo espiritual es
lo que lidera este triunvirato, ya que es la parte que nos conecta con Dios, de
quien recibimos indicaciones y sabiduría para mantener el equilibrio sustentado
en bases sólidas.
'Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes.
Más bien ejercítate en la devoción pues, aunque el ejercicio físico trae algún
provecho, la devoción es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo
para la vida presente, sino también para la venidera. ' 1 Timoteo 4:7-8 NVI
Ejercitar todas las áreas es importante, sabiendo que una de
ellas, el cuerpo, naturalmente tiende a la destrucción, pues ciertamente, desde
que nacemos comenzamos un proceso de envejecimiento progresivo. No así nuestro
espíritu que semejante a lo ocurrido en la película “El curioso caso de
Benjamin Button”, se va fortaleciendo y rejuveneciendo.
'Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por
fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues
los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria
eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. ' 2 Corintios 4:16-17 NVI
Y así cómo nuestros
músculos se vigorizan por la resistencia que deben vencer, así también nuestra
alma y espíritu se fortalecen por las adversidades, que en un principio pueden
mostrar nuestra debilidad o falencia, pero después de mantenerse van revelando
la fuente de nuestro poder, hasta hacerlo prevalecer. Los desiertos en nuestra
vida, cómo lo describe Deuteronomio en su capitulo 8, revelan lo malo y
finalmente lo bueno que hay dentro nuestro.
'pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder
se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien
de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.' 2
Corintios 12:9 NVI
Finalmente, el equilibrio depende de escuchar esa voz de
Dios, aunque todo parezca desmoronarse, aunque la enfermedad física nos aqueje
y presione, aún si nuestra salud mental nos lleve a desvariar, el espíritu prevalece
y nos mantiene en contacto con la fuente de vida. Incluso si no hay pan
material, podemos encontrar la estabilidad en toda palabra que sale de su boca.
La gracia que sale de Dios es el poder que nos capacita para sostenernos en
perfecto equilibrio.
'Un día en que todos acudían a Juan para que los
bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo y
el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz que
desde el cielo decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».' Lucas
3:21-22 NVI
ORACIÓN:
Padre, esta lucha constante por mantenerme en balance, en
equilibrio, encuentra su fin cuando te escucho e inmediatamente obedezco. Tu me
conoces y sabes cuales son mis trajines, me ves desde tu trono e irrumpes en mi
silencio con el eco de tu dulce voz, para alertarme, alentarme y exhortarme.
Para darme vida por medio de tu palabra, la cual es viva y eficaz. Te rogamos
que intervengas nuevamente para que encontremos el equilibrio en ti. Amén.
Ray & Lily
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