Mira, yo envío un ángel delante de ti para que te proteja en el viaje y te lleve a salvo al lugar que te he preparado. Éxodo 23:20 NTV
La emoción palpitaba en nuestros corazones, llegamos con
bastante tiempo de antelación para el embarque correspondiente, las imágenes
fotográficas de Ushuaia ilustraban la imaginación que se agolpaba en
creatividad, soñando con las aventuras venideras. Una cara conocida en la sala
de espera nos sonríe y saluda con su particular acento español y agrega: —¿Ya
notasteis que el vuelo está con retraso de 2 horas? — nos miramos a las caras
haciendo una mueca y nos dirigimos a la cafetería, donde una pantalla
confirmaba la noticia.
La hora se acercaba y había un nerviosismo que se
acrecentaba paulatinamente entre los viajeros. Recopilábamos historias vividas
en nuestro periplo suramericano, mientras degustábamos un almuerzo express. Ya
satisfecho por nuestra comida, me levanté para averiguar qué estaba pasando,
pues había un silencio sospechoso por parte de los personeros de la aerolínea.
Me volví a encontrar con nuestro amigo ibérico quien esta vez me dijo: — Han
cancelado el vuelo y ahora mismo, dicen que están mandando un correo
electrónico dónde nos reasignan para un nuevo viaje—.
Tragamos saliva y nos dispusimos a hacer la enorme y lenta
fila dónde los pasajeros de dos vuelos se arremolinaban alrededor de las
ventanillas de Aerolíneas Argentinas, buscando solución para cada caso en
particular. Ofuscación, impaciencia, cansancio, desconsuelo, enojo, serían
algunos de los nuevos nombres para la multitud que no encontraba respuestas
satisfactorias a sus demandas. Poco a poco nos acercamos, haciendo turnos,
hasta que llegamos al mostrador dónde un caballero alto y barbado aguardaba,
con mirada cansada y una voz que reflejaba el aburrimiento por la faena de
resolver cada situación.
Nos podían reasignar a un vuelo con el mismo destino, pero
48 horas más tarde, lo cual complicaba y arriesgaba todo el plan de regreso a
Guatemala. Fruncimos el rostro con un puchero y un escalofrío pasó desde el
esófago hasta el duodeno, mientras pedíamos que nos pusieran el vuelo de vuelta
a Buenos Aires. Ya habíamos asimilado dejar el plan inicial, el cual consistía
en hacer el viaje de 15 horas por tierra, ahora rendíamos el sueño de llegar al
llamado Fin del mundo.
Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas
entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de agua. Marcos 4:37 NTV
Una gran tormenta fue la razón de las cancelaciones, y en
tal caso, la aerolínea no era responsable de apoyarnos a conseguir un albergue
para pasar una noche más, tampoco cubriría el transporte de regreso al centro
de la ciudad. Todo correría por nuestra cuenta. Aun así, cobramos ánimo y
sabíamos que Dios estaba sabido de que así sucedería, a Él nada le toma por
sorpresa y teníamos la promesa que un ángel iba delante de nosotros. No habrá
fin del mundo aún.
El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no
desaparecerán jamás. »Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que
sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio
Hijo. Solo el Padre lo sabe. Mateo 24:35-36
NTV
La verdad es que, aunque muchos puedan pronosticar que el
fin del mundo se avecina, nadie lo sabe con certeza, ni el mismo Jesús se
atrevió a proferir un pronóstico, consciente que tal fecha está solo bajo la
potestad de Dios Padre. Presagiar nuestro paseo en el tren de la llamada Tierra
de Fuego, el poder avistar pingüinos en su habitad natural (no en el del
zoológico de nuestra ciudad) parecía tan cercano y no imaginamos que nos sería
vetada la oportunidad.
¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida
de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Lo
que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o
aquello». De lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes
pretenciosos, y semejante jactancia es maligna. Santiago 4:14-16 NTV
Cuantas veces en mi vida he dado por hecho que algo
sucedería y finalmente no sucedió, son innumerables las ocasiones en que la
arrogancia me ha dictado el destino final de un plan, sin tener en cuenta a
Dios. Son aún más las oportunidades en que he cuadrado toda una agenda sin
acudir a su consejo o parecer. Aun así, con paciencia Él se inclina para
redireccionar el rumbo, teniendo cuidado de nuestras vidas.
»¡Así que ustedes también deben estar alerta! Porque no
saben el día ni la hora de mi regreso. Mateo 25:13 NTV
La biblia nos exhorta a estar alerta y tener nuestras
lámparas encendidas, es decir, que nuestras vidas brillen como testimonio de la
luz, llevando claridad por medio de una vida congruente que de testimonio del
amor de Dios. También es necesario que tengamos combustible extra. El aceite de
la parábola narrada en Mateo 25, se extrae exprimiendo el fruto del olivo en
una prensa de aceite y eso significa la palabra “Getsemaní”, la cual nos
recuerda a Jesús, angustiado hasta la muerte, rogando para que se cambie la
dirección del plan, pero rindiendo su voluntad a la del Padre.
«Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de
sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía».
Lucas 22:42 NTV
Así nos tocó renunciar a nuestro viaje a Ushuaia “Tierra de
Fuego” y es en el avión que nos lleva a la capital argentina, dónde comienzo a
escribir estas líneas. Tengo un semblante tranquilo y alma repleta de paz, pues
la aparente pérdida de un sueño nos dio la oportunidad de conocer a Cynthia, la
hija de Gabriela, su vida es un regalo para las nuestras. Convivimos unas horas
con ella y fuimos impactados, pero esa es otra historia.
ORACIÓN:
Padre, que arrogante y orgulloso me comporto cuando no tengo
en cuenta tu consejo, más aún cuando discuto tus decisiones, usurpando el lugar
que solo te pertenece a ti. Mis predicciones y planes a futuro quiero
someterlos a tu sola potestad, pues solo tú conoces lo que está por venir.
Gracias por tu ejemplo Jesús, me lo has dejado claro y quiero vivir así cómo lo
hiciste tú, confiando en la buena voluntad de nuestro padre. Espíritu Santo, no
dejes de hablarme y alertarme, sigue trabajando en mi corazón, hasta ser
conformado al tuyo. Amén.
Ray & Lily
No hay comentarios:
Publicar un comentario