'Lo que sí ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo ordene, a fin de que les vaya bien’.' Jeremías 7:23 NVI
—¡Mi
amorcito! ¡otra vez falló el internet! ¿Puedes llamar para que lo arreglen? –
grita mi esposa desde la segunda planta de nuestra casa de habitación. Ya son
repetidas las ocasiones en que esto sucede y nos ha creados dificultades a la
hora de realizar reuniones virtuales. La situación se ha vuelto un poco
incómoda y en esta ocasión tomo el teléfono para realizar la llamada
pertinente.
La operadora automática me guía en los
primeros pasos, debo estar atento a los números que corresponden a la necesidad
que me apremia. Espero un poco, con la monótona música de fondo, espero un poco
más y finalmente escucho la voz humana del otro lado. Hay un protocolo que
cumplir: primero se presenta, luego procede a pedir las generales, mi nombre,
número de teléfono y así, paso a paso hasta la ansiada pregunta – ¿Cuál es el problema que desea reportar?
'Entonces la palabra del Señor vino a
Elías y le dio este mensaje: ' 1 Reyes 17:2 NVI
Comienzan las indicaciones: —Desconecte
todos los dispositivos y deje solo su ordenador, en su navegador busque el
sitio donde medirá la velocidad y calidad de la señal —Ya verificada la
deficiencia me indica que busque el “router” y siga las indicaciones—;
desconéctelo 10 segundos, vuelva a conectarlo, verifique que enciendan todas
las luces de este, vuelva a su dispositivo, navegue de nuevo, vuelva a
verificar la velocidad de carga y descarga —El problema persiste—.
Me hace correr unos comandos en el
ordenador y me pregunta los datos resultantes. Creo que me salté uno de los
pasos y debemos repetir la operación punto por punto hasta llegar al mismo inicio.
Aunque ya había generado una orden, me indica que ya no es necesario que un
técnico llegue a revisar físicamente. Se restableció la conexión y volvemos a
disfrutar los beneficios de esta.
'«Sal de aquí hacia el oriente y
escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán. Beberás agua del arroyo y
yo ordenaré a los cuervos que te den de comer allí». ' 1 Reyes 17:3-4 NVI
De todo el proceso no entendí el objetivo
de cada paso, pero tenía confianza en que la persona a cargo sabía lo que
hacía, es decir, tenía fe y por eso obedecí las instrucciones, el problema se
resolvió en aquella llamada. No puedo imaginar que hubiera hecho en la posición
del profeta Elías cuando se le ordena ir a un lugar donde cuervos serían los
encargados de alimentarlo. Eso sí que pintaba inverosímil. Y qué decir de los
cuervos que estaban prestos a obedecer.
'Entonces la palabra del Señor vino a él
con este mensaje: «Ve ahora a Sarepta en Sidón y permanece allí. A una viuda de
ese lugar le he ordenado darte de comer». ' 1 Reyes 17:8-9 NVI
También me sorprende el acatamiento de la
viuda quien obedeció antes que Elías y ya estaba advertida de lo que este le
pediría al llegar, por lo que procedió con diligencia a cumplir la instrucción.
Hago la salvedad en este punto que, aquella mujer no pertenecía al pueblo de
Israel, lo que me hace inferir que Dios no les habla a los escogidos, más bien
escoge aquellos que están dispuestos a obedecer.
'Pero aquella noche Dios apareció a
Abimélec en sueños y le dijo: —Puedes darte por muerto a causa de la mujer que
has tomado, porque ella es casada.' Génesis 20:3 NVI
Que decir del altercado que se suscitó
entre Abimelec, rey de Guerar y Abraham, el padre de la fe. Esté último, por
temor a que lo mataran mintió acerca de su relación con Sara, ocultando su
matrimonio y aduciendo que eran hermanos, lo cual le metió en un lio cuando el
rey decidió tomar por esposa a Sara. Me pregunto por qué Dios no le habló a su
amigo, más bien decide aparecer en sueños al monarca de aquella tierra quien
había actuado de buena fe, no así el profeta.
'—Sí, ya sé que has hecho todo esto con
tu conciencia tranquila —le respondió Dios en el sueño—; por eso no te permití
tocarla, para que no pecaras contra mí. Pero ahora devuelve esa mujer a su
esposo, pues él es profeta y va a interceder por ti para que vivas. Si no lo
haces, debes saber que sin duda morirás junto con todos los tuyos.' Génesis
20:6-7 NVI
Cuando no estoy escuchando claramente las
indicaciones de Dios, es probable que dejé de obedecer en algún punto y debo
volver ahí para retomar el rumbo y moverme en la dirección que se me esté
indicado, por ilógico que me parezca, siempre y cuando no esté violando ninguno
de sus principios, con la seguridad de que, si estoy intentando hacer lo
correcto, siempre el me saldrá al paso o se hará cargo de las consecuencias.
Como lo decía Charles Stanley “Obedezca a Dios y déjele a Él las consecuencias”
“puesto que en él vivimos, nos movemos y
existimos”. Como algunos de sus propios poetas han dicho: “De él somos
descendientes”. ' Hechos 17:28 NVI
ORACIÓN:
Espíritu Santo, muéstrame la voluntad de mi
Padre, dame la fuerza para luchar a pesar de la dificultad, coraje para
sostener tus valores y audacia para defender tus principios. Sé que en algunas
ocasiones parecerá que salí perjudicado, pero estoy convencido que tú me
saldrás al paso. Decido confiar en ti y tu palabra, según ella me moveré y
viviré, porque tuyo soy. Amén
Ray & Lily
No hay comentarios:
Publicar un comentario