'Los hijos son una herencia del Señor, el fruto del vientre es una recompensa. Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud. Dichoso aquel que llena su aljaba con esta clase de flechas. No será avergonzado por sus enemigos cuando litiguen contra él en los tribunales.' Salmo 127:3-5NVI
Con las uñas
raspábamos vigorosamente la corteza del pequeño tronco, seguidamente el
ambiente se llenaba del aroma a canela; rápidamente cedíamos a la tentación de llevarnos un pequeño trozo a la boca y
sorprendernos con el sabor picante y dulce. Yo era el único adulto entre una
plebe de pequeños llenos de energía, que reían por todo.
Qué decir del calamondín cuyos pequeños frutos amarillos llenaban sus ramas. No era posible
resistir la tentación de treparlo y obtener su producto, en gran manera,
deseable a la vista, aunque invariablemente ácido hasta la médula. Con los
dientes destemplados y las comisuras de los labios irritadas, vez tras vez, nos
gozamos debajo de su sombra.
Pero de toda la
arboleda nuestro favorito era el palo blanco. No sé decir de qué especie era
exactamente, solo recuerdo que ideamos decenas de juegos trepando por el
macizo. Sus ramas, cual brazos extendidos, nos invitaban a subir. Mis tres
hijos mayores y sus primos eran los beneficiarios de su nobleza. Algunas veces
nos acompañó mi hermana menor, quien es su contemporánea.
'y allí estaba
el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo.
Era como la hora sexta... Jesús les dijo*: Mi comida es hacer la voluntad del
que me envió y llevar a cabo su obra.' Juan 4:6,34 LBLA
Estaba
obsesionado por la idea de la recreación, pero mi mente siempre tendía a la
enseñanza. Sobre esos pastos, me dí a la tarea de explicar las reglas del
béisbol y marcar con lazos el diamante en el campo de juego. Otras veces eran pequeñas
porterías de fútbol y adaptaciones en las reglas de este. Que decir de los rally
que incluían subir un árbol, saltar un muro y pasar por debajo de una
estructura, mientras llevabas una botella de agua sin derramarla. El cansancio
de lidiar con dos trabajos se esfumaba con tanto estímulo.
Aún me emociona
el pensar en esas pequeñas personas que me fueron confiadas para protegerlas,
educarlas y empoderarlas en la vida. Ya en múltiples ocasiones he hablado del
cúmulo de malas decisiones que tomé y que trajeron dolor y destrucción a
nuestras vidas. Son muchos los errores que cometí y que los marcaron. Pero si
hay algo de lo que nunca me arrepiento es de haber pasado tiempo jugando con
ellos. Hasta en los momentos más difíciles tuve la bendición de encontrar solaz
y esperanza, mientras pasábamos tiempo juntos.
'Llevaron unos
niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los
discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús dijo: «Dejen que los niños
vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son
como ellos».' Mateo 19:13-14 NVI
Al encontrarme
con Jesús toda mi vida cambió, mis chicos habían crecido y ya no tuve tiempo de
introducir los valores y sabiduría de Dios en su infancia. Tuve la oportunidad
de comenzar a trabajar con niños en la llamada “Escuela Dominical”. No fui un
gran didacta, solo recuerdo haberme divertido con los chicos haciendo todo tipo
de ocurrencias. Celebraciones del día del niño en parques ecológicos y réplicas
de los juegos que compartí con mis hijos y sobrinos fueron la herramienta con
la cual les comuniqué amor, más que conocimiento. Fue mi hijo Emanuel quien más
me acompañó en esa travesía.
'Grábate en el
corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus
hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes.' Deuteronomio 6:6-7 NVI
Mi hija Sindy, la mayor, es diseñadora gráfica y Pamela, la
segunda, es arqueóloga y ama los animales, sus gustos musicales son muy
parecidos a lo que yo escuchaba a su edad; su forma de hablar y reír me hace
verme en un espejo. Emanuel tiene un liderazgo dentro de los jóvenes de la
iglesia. Paula, quien vive en Turquía, hace animaciones y su sueño es estudiar
arte. A Saris y Abbie las conocí más tarde, cuando me casé con Lily, aún así
compartimos bastante tiempo. La mayor ama los deportes y competencias, la
pequeña sueña con ser actriz.
Pasar tiempo pintando, visitando museos y galerías;
escalando montañas y haciendo senderismo; sirviendo a niños y jugando en las
calles: atravesando puentes y armando obras de teatro; leyendo y contando
cuentos; cocinando panqueques y pastelitos; nadando en la piscina jugando a ser
tiburones; compilando revistas de National Geographic para que las coleccionen;
empujar las pequeñas bicicletas hasta que se rompe tu espalda; todo vale la
pena. Invertir tiempo en tus hijos siempre es valioso. Y todo lo que hacemos
influye, aunque no lo veamos o pensemos, todo lo que hacemos hará una marca en
los hijos, para bien o para mal.
'Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto
reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su
semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.' 2
Corintios 3:18 NVI
Finalmente, podemos decir que los hijos son espejos
nuestros, son un reflejo de lo que hicimos o dejamos de hacer, pues solemos
mimetizar las actitudes, gestos y costumbres de aquellos con quienes pasamos
tiempo. Esto me da esperanza, pues desde que conocí a Dios, he decidido pasar
tiempo con él. Muchas de mis conversaciones más honestas y profundas las tuve
cerca de aquel árbol blanco, donde tanto jugué con mis chicos. Ahí reí y
comencé a imitar los rasgos del mejor de los padres. Las ramas de aquel árbol me
recuerdan los brazos bien abiertos de mi verdadero papá, siempre esperando por mí.
'El Señor instruirá a todos tus hijos y grande será su
paz. No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te
acuse tú la refutarás. Esta es la herencia de los siervos del Señor , la
justicia que de mí procede», afirma el Señor .' Isaías 54:13,17 NVI
Hoy estamos solos en casa, no vivimos con ninguno de
nuestros hijos y nuestra influencia es muy poca. Conocemos mucha más de la vida
y quisiéramos poder pasar toda esa experiencia. Cómo van las cosas no parece
que tendremos nietos pronto, pero soñamos con la posibilidad de abrazarlos y
comunicarles del amor al que hemos sido expuestos. Soñamos con pasarles la
herencia que nos fue prometida.
'El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos,
pero la riqueza del pecador está reservada para el justo.' Proverbios 13:22LBLA
ORACIÓN:
Dios, de todas las formas que pudiste escoger para revelarte
a nuestra vida, primariamente decidiste mostrarte como padre. No hay excusa
para nadie, todos tenemos acceso a un papá, al mejor, el verdadero. Gracias por
todos tus cuidados, tu corrección y paciencia. Danos el privilegio de corregir
nuestra senda como progenitores e impactar la vida de nuestra prole con tu esencia
y de esa forma, impactar el mundo con tu amor. Amén.
Ray & Lily
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