VER LA GLORIA

'Entonces la gloria del Señor, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del Templo. La nube llenó el Templo, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del Señor.' Ezequiel 10:4 NVI

 

La visibilidad es casi nula, a duras penas se logra distinguir las siluetas de los árboles. La bruma a copado todo el ambiente y se acerca a la habitación que ocupamos, misma que tiene las puertas corredizas de par en par.

 

No fue repentino, aunque sí inesperado, el espectáculo de la nube llenando el ambiente fue progresivo e hipnótico, me obligaba a pausar por momentos y, a decir verdad, me distrajo mucho de las labores que me ocupaban en ese momento.

 

Parecía invitarme a sumergirme en ella y solo estar ahí, solo ser. Sin nada que ganar ni perder, nada que probar o demostrar, solo estar y ser. Casi podía sentir la humedad de la grama bajo mis pies y el rocío adhiriéndoseme a la piel, que se eriza y crepita por el escalofrío que causa entrar en contacto con aquel nubarrón.

 

'De las tinieblas y los oscuros nubarrones hizo su escondite, una tienda que lo rodeaba. De su radiante presencia brotaron nubes, granizos y carbones encendidos. ' Salmo 18:11-12

 

Aunque no llegué a caminar en medio de él, ya he estado ahí, son vívidos los momentos que experimenté y están latentes en mi memoria, casi puedo volver a vivirlos. Aunque fue otro lugar y tiempo, la sonrisa se me planta en el rostro, rememorando la infinidad de sensaciones que evoca el espectáculo frente a mí.

 

Luego de un tiempo se esfumó y ha quedado archivado, aderezando la memoria de mis días en la tierra, estos le dan significado y un enorme valor, inclinando el peso del corazón a la gratitud de mi existencia. Sé que estas aquí conmigo.

 

'—Déjame ver tu gloria —insistió Moisés. Y el Señor respondió: —Voy a darte pruebas de mi bondad y te daré a conocer mi nombre. Tendré misericordia de quien quiera tenerla y seré compasivo con quien quiera serlo. Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida.' Éxodo 33:18-20

Paradójicamente este instante se cierne luego del paso de una devastadora tormenta y hace eco a sendos lapsos de mi vida, caóticos y de grises cielos, grises pensamientos y sabores agridulces. Aprendí a descubrir su cercanía en medio de oscuros nubarrones. Escondido y callado por amor. Fortaleciendo una endeble fe que se rompía fácilmente, pero que se vio fortalecida y acrecentada cuando su mano se escondió, aunque su presencia no se apartó.

 

Reconocer su compañía en medio de las dificultades, se convirtió en ese lugar seguro donde la promesa de estar se hacía plausible. Como la bruma de la mañana que no me permite ver con claridad, así la dificultad dónde no podía distinguir su rostro, afirmó la fe en su esencia: la certeza de lo que no se ve.

 

'La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver.' Hebreos 11:1

 

No podré ver su rostro sin haber muerto, pero tengo la certeza de que lo haré. Mientras ese momento llega aprenderé a amar al Dios invisible, amando al humano visible, incluso aquellos que me odian o no están de acuerdo conmigo. Tanto más a los que han decidido parte de la vida conmigo y aquellos con los que comparto un vínculo sanguíneo.

 

'Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.' 1 Juan 4:20-21

 

Al amor cubre multitud de errores y da sin limitaciones, nos lleva más lejos y nos hace más osados, arriesgando nuestra reputación, sin importar el qué dirán; viviendo cómo lo hizo Jesús, cautivado por el sonido de la voz del Padre y conducido por la fuente del amor. Generando oportunidades de cambios dramáticos y profundos en las vidas de las personas.

 

Cuando muestro esa clase de amor, puedo ver milagros y la gloria de Dios. Aunque algunas cosas están veladas aún para mis ojos naturales, puedo ver con la fe, a cada persona, no cómo es ahora, sino cómo lo que puede y fue diseñada, llegar a ser, para la gloria de Dios.

 

'Cuando Jesús oyó esto, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios sea glorificado».' Juan 11:4

 

ORACIÓN:

Padre, aquí contigo quiero estar, quiero ver tu gloria. Abre mis ojos para ver más allá y disfrutar de tu dulce presencia y reconfortante compañía. Ayúdame a tener la confianza de acercarme a ti y acceder al poder ilimitado que fluye de ti. Quiero corresponder a tu amor y aceptar las invitaciones que haces como un eterno enamorado, sorprendiéndonos en momentos inesperados con tu gloria. Amén.

 

https://www.youtube.com/watch?v=UM43pZUu9ds

https://www.youtube.com/watch?v=LRsgqFu5c1o

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