Nuestro país se encuentra ubicado dentro de la zona tropical del hemisferio norte, lo que permite tener una amplia diversidad altitudinal, que va desde el nivel del mar y hasta los 4,200 metros. Esto favorece la formación, de al menos, 360 microclimas. Esto hace al territorio, muy distinto al resto de Centroamérica, donde prevalece el clima tropical seco.
Durante la
semana se pudo sentir una gran variedad de cambios climáticos en la capital de
Guatemala, es una de las maravillas de nuestra ciudad: experimentar varios
climas en un mismo día y cientos durante la semana. Estos tienen la habilidad
de transportarme a lugares y tiempos. Una de estas mañanas, amaneció
particularmente helado y húmedo. El color gris platinado del cielo, sumado a la
baja temperatura, se colaron entre los tejidos de mi sudadero, afectando, no
solo mi piel, sino calando hasta los músculos y huesos. La pertinaz gelidez,
trajo un recuerdo igualmente gélido.
A finales
del 2009, me toco hacer una de las travesías más complicadas, por el estado espiritual
en que me encontraba. Mi llegada a Estambul, Turquía, estaba precedida por mi
recién estrenada fe en Jesús. Tan nueva era la relación, que resultaba muy
difícil distinguir su voz, en medio te tanto ruido emocional e intelectual.
El objetivo
del viaje era establecer a la más pequeña de mis hijas (Paula María) en esa
ciudad, a la que su madre se había adelantado unos meses antes. Los días
nublados y la fría lluvia de noviembre, congelaba mis neuronas al punto que me
era imposible razonar por momentos. En un país extraño, donde no entendía el
idioma y menos las cosas que estaban pasando, dentro y fuera de mí.
¿Dónde
hay otro Dios como tú, que perdona la culpa del remanente y pasa por alto los
pecados de su preciado pueblo? No seguirás enojado con tu pueblo para siempre,
porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable. Miqueas 7:18
Estaba
viviendo una segunda oportunidad y no sabía cómo actuar. Ni siquiera sabía si
era apto (que no lo era) para enfrentar esta encrucijada. La implosión que
experimenté, sintiéndome oprimido por todo el peso de las consecuencias de
malas decisiones, la responsabilidad paternal y personal, pero con la certeza
que aquel que me había llamado confiaba en que lo lograríamos juntos.
Me gusta
cómo lo expresó Winston Churchill: “¡Nunca he fallado en nada en mi vida!
Siempre se me dio una segunda oportunidad de hacer las cosas bien”. El proceso
de renovar mi mente, para cambiar mi accionar ha tomado bastante tiempo. Pero
confío en aquel que me hizo el llamado.
Y el
mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. 1 tesalonicenses 5:23-24
De las
cosas que más duele en mi corazón, es la falta de misericordia. “No se le puede
enseñar un truco nuevo a un chucho (perro) viejo”, es una expresión que le
escuche a un músico, cuando daba sus explicaciones de porque prefería trabajar
con jóvenes para enseñarles. La misma me llegó a lo profundo, pues realmente yo
era un chucho viejo, con formas de pensar muy arraigadas, tratando de renovar
mi entendimiento (Romanos 12) intentando peripecias nuevas.
De
manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun
si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:16-17
Mi regreso
a Guatemala estuvo plagado de desafíos. Hubo necesidad de reinventarme en todas
las áreas de mi vida, siguiendo el consejo de aquel que me llamó de las
tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9). Nunca exento de vicisitudes, pero peleando
cada batalla con determinación, aunque muchas veces con el temor a no poder
lograrlo.
Hace ya
casi 12 años que comencé este proceso. Mi hija aún sigue del otro lado del
atlántico y no puedo presumir que tenga la mejor de las relaciones con ella,
pero estoy seguro que ambos hemos crecido y aprendido. Sindy, Pamela y Emanuel,
mis hijos mayores, viven en el país de la eterna primavera disfrutando de los microclimas.
Aún tenemos asuntos pendientes que resolver, pero seguimos avanzando.
Estoy
convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá
perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. porque han participado en el
evangelio desde el primer día hasta ahora. Filipenses 1:5-6
En este
proceso de restauración me he equivocado otras tantas veces, pero su bien y
misericordia me han seguido (salmo 23), todos los días. Levantándome,
sacudiendo el polvo, lavando el rostro y retomando el camino que tengo por
delante. Sumando mis cuatro y las dos de mi esposa Lily, tenemos 6 hijos en
total. Son ellos una buena motivación para seguir adquiriendo esa nueva vida y
así modelarles una senda.
Ahora nos
encontramos a las puertas de un reencuentro con las dos más pequeñas, quienes
vuelven por un tiempo. Es una nueva oportunidad de conocernos, sanar y
crecer. Si hacemos uso de la
misericordia y el amor podremos estrenar una vida nueva. Viviendo un día a la
vez y soñando, como dice Nick Vujicic «Sueña en grande, amigo mío, y nunca te
rindas. Todos cometemos errores, pero ninguno de nosotros somos errores. Tómese
un día a la vez. Abraza las actitudes, perspectivas, principios y verdades
positivas que comparto, y tú también superarás».
Hallar una
esposa, después de dos “fracasos” o experiencias fallidas, es un regalo de
Dios, muestra de su favor y misericordia (Proverbios 18:22). Al confiarme a una
de sus hijas, deja claro la fe que Él tiene en mí. La vida que ahora vivo es
increíble, todo me ayuda a bien y la gracia para cumplir los sueños de mi
Padre, es simplemente asombrosa, pues Él hace nuevas todas las cosas.
Él
volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y
echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad a
Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos
antiguos. Miqueas
7:19-20
Ray &
Lily
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