'Setenta años son los días de nuestra vida; ochenta años llegan a vivir los más robustos. Pero esa fuerza no es más que trabajos y molestias, pues los años pronto pasan, lo mismo que nosotros.' Salmos 90:10 RVC
Parada en el mirador con su pequeña estampa y con el lago de
fondo, su sonrisa no es fingida, pero lleva una simbiosis de alegría y tristeza.
Su cabello corto y teñido encubre con discreción las inminentes canas que hace
años hicieron su aparición. La energía no la abandona, aunque ha perdido
agilidad. En el fondo se niega a envejecer ¿Y quién no? Y la distancia entre
nuestros años se acorta con el paso del tiempo.
'Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el
mismo, yo los sostendré. Yo los hice y cuidaré de ustedes; los sostendré y los
libraré.' Isaías 46:4 NVI
Las marcas en su rostro cuentan una historia que pocos
conocen. Sus manos llevan señales del trabajo arduo que debió ejecutar desde
muy temprana edad, así de pronto le llegó la maternidad también, poco tiempo después
de haber perdido a su madre, a su padre no lo conoció. La revolución de 1944 fue el heraldo de su
nacimiento, ella aún estaba en el vientre y un convulsionado mundo la esperaba
afuera, cientos de batallas por pelear que desarrollarían su resiliente carácter.
Tomó malas decisiones y sufrió las consecuencias de las que
otros tomaron. Sufrió desilusiones y decepcionó a otros, su vida nuca estuvo carente
de luchas, algunas perdidas y otras ganadas. A sus 79 años aún tiene que pelear
contra la culpa, la vergüenza y su propio temperamento. Sufrió, lloró y un día
se rindió a los pies de Jesús, fue el comienzo de una batalla por su corazón.
'El que roba a su padre y echa a la calle a su madre es
un hijo infame y sinvergüenza.' Proverbios 19:26 NVI
Recuerdo haber estado resentido con ella, aunque lo negaba,
porque en el fondo de mi corazón la culpaba por la ruptura de nuestra familia,
que dicho sea de paso siempre fue disfuncional y endeble. Aparentaba ser un
buen hijo y le apoyaba en muchas cosas materiales, pero hablaba con sarcasmo y
sorna, hacía comentarios mordaces acerca de su vida y trataba de controlar sus decisiones
y actos.
Tuve que reconocer las cosas que me habían lastimado,
perdonar las heridas que me causó su conducta y pedir perdón por mi actitud
irreverente y altanera (aunque solapada), salir de mi negación y poner en
práctica lo que pregonaba. Para eso fue necesario ver en retrospectiva la vida
de mi madre, enlistar toda la vicisitud y oposición que enfrentó por décadas,
no para excusarla, pero para entenderla y empatizar con su existencia.
Huérfana de padre y madre antes de cumplir 10 años, adoptada
por su tía, más como sirvienta que cómo sobrina, víctima de vejámenes y
ultrajes en esa casa, de la que luego fue echada fuera acusada de perversa,
cuando en realidad era víctima. Vivió errante, sin casa durante mucho tiempo,
perdió a su primera hija en el hospital y es muy probable que le haya sido
robada. Burlada por hombres que le prometieron amor y un hogar, cosa está
última que siempre anheló.
'No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.' Juan
14:18 NVI
Encontró en mi padre (29 años mayor que ella) la oportunidad
de construir una familia. Procreó con él 7 hijos que sumados a los que ya tenía
totalizaban 9. Educarlos, alimentarlos y cuidarlos fue un gran desafío en todas
las áreas. Pero fue lo económico lo que la empujó a salir a trabajar. Sin
educación y con una autoestima poco saludable, las oportunidades laborales se
reducían a ser ayuda doméstica. Lavando, planchando y cocinando, apoyaba la
moción de sostener un hogar.
En esos menesteres conoce al padre de su hija menor y ese
fue el principio del fin, una hecatombe emocional y relacional que concluyó con
la disolución de su ya deteriorado hogar. Estigmatizada y abandonada
experimentó, una vez más la pérdida de su familia. Humillada y solitaria nuevamente
experimentó el vacío existencial, dónde la culpa aprovechó para incrustar
profundamente sus garras en el corazón. Fue el fondo más profundo de su dolor y
aflicción. Yo tenía 16 y ahí comencé a
ocultar el dolor y llevar una relación hipócrita con ella.
'El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y
contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo”. Pero el padre ordenó a sus
siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un
anillo en el dedo y sandalias en los pies.' Lucas 15:21-22 NVI
Conocer su historia coadyuvó a mis propios procesos de
reconciliación y restitución relacional. Es así como puedo disfrutar de cada
momento que tengo cerca de ella, más ahora que, cómo dice el cantautor
guatemalteco “Mi novia se me está poniendo vieja”. Su andar me recuerda el
accidente que sufrió, su hablar los dolores que experimentó, su sonrisa revela
la obra que Jesús realizó al perdonarla. La batalla emocional no le es fácil,
en su celebración solo estuvimos unos cuantos hijos y otros tantos nietos, aún
sueña con reunirlos a todos.
No quiero esperar hasta que cumpla sus ochenta, quiero verla
sonreír y disfrutar el privilegio hermoso que es su familia, pues ella ha sido
reflejo del amor de Dios para mi vida, me amó sin condición, me otorgó su
perdón y me acaricia con sus manos, con su mirada y sus palabras, como si fuera
aquel bebé, un pequeño lactante. Le amo y soy amado por ella, eso solo lo hace
posible la gracia de Dios. Es mi madre, Olga Marina Ortiz con su amor, casi
octogenario, una prueba fehaciente de la existencia de Dios.
'Porque así dice el Señor: «Hacia ella extenderé la paz
como un torrente, y la riqueza de las naciones como río desbordado. Ustedes
serán amamantados, llevados en sus brazos, mecidos en sus rodillas. Como madre
que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes; en Jerusalén serán
consolados».' Isaías 66:12-13 NVI
ORACIÓN:
Padre, cuan grandes son tus misericordias cada día para con
nosotros, no estaría hoy acá si no fuera por ellas. Todos compartimos la dicha
de que un vientre nos resguardó hasta ver la luz, hoy bendecimos a esas mujeres
imperfectas de las que te valiste para traernos a la vida. Las liberamos de
toda culpa y te damos gracias por redimirnos y poder experimentar en ti todo lo
que necesitamos. Clamamos por todos los que aún guardan resentimiento contra
ellas en su corazón, para que traigas libertad a sus vidas, sanidad y
salvación, en el nombre de Jesús. Amén.
Ray & Lily
https://www.youtube.com/watch?v=ZpWRU0H5dmA
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