'Será como una mujer que sufre dolores de parto, pero cuando nace su hijo, su angustia se transforma en alegría, porque ha traído una nueva vida al mundo.' Juan 16:21
La idea da vueltas en mi cabeza desde ayer y fue esa
película, que no pensaba ver, el detonante de un cúmulo de pensamientos que
llevaban tiempo dentro de mí. La siesta vespertina se vio interrumpida
abruptamente y me movilicé a buscar a mi amada. Ahí estaba, sentada en nuestro
sofá. Algunas lágrimas se deslizaban en su rostro, algo del filme había movido
sus emociones. No imaginé que también lo haría en mí.
Mi sopa está lista. La señora Chatterjee vs Noruega es el
título de la película y no estoy seguro de querer verla, pues ya hace un rato
que comenzó. Soy seducido por la compañía de mi esposa, más que por otra cosa.
Mientras degusto mi alimento, comienzo a interesarme un poco en la narrativa de
la batalla legal que libra una madre inmigrante
india contra el sistema noruego, quien la separa de sus hijos, y todo el calvario
que atraviesa para recuperar la custodia.
Nada
hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?
«Yo,
el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno
según sus acciones y según el fruto de sus obras». Jeremías 17:9-10 NVI
No es que la película sea tan
profunda, pero como me suele pasar, comencé a tener esa conversación interior
con mi creador. También ayudó el haber hecho, esa misma mañana, el pequeño
viaje para visitar a mi madre y desayunar junto a ella. La celebración del día
de las madres recién pasó y la suma de todos estos acontecimientos, por
momentos me parece que es un complot para hacerme escarbar en la profundidad de
mi corazón.
Mirad bien de que
nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura,
brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados; Hebreos 12:15
RVR1960
Por mucho tiempo estuve
resentido con mamá, por el hecho de no haberme dejado partir, a la edad de 7,
con mis hermanas de padre (Victoria y Regina) quienes vivían desde hacía años
en los Estados Unidos de América. El mundo de oportunidades que significaba
vivir allí era una posibilidad que se me habría a esa temprana edad. Estaba
emocionado y asustado, pero finalmente la decisión fue negativa y observé
truncado un sueño que luego archivé en mi memoria.
Quedarme en Guatemala con una
familia disfuncional de diez hermanos, carencias económicas y la posterior
ruptura de nuestro núcleo, no tenía parragón con la historia que se habría
contado si el norte del continente hubiera sido mi hogar. Eso nunca lo llegaré
a saber. Lo que sí sé es que muchos años después hice mi intento adulto de migrar
al viejo continente. Esta vez fue el precario estado emocional y moral lo que
me empujaba. Más que buscar un sueño era huir de una realidad. Tampoco cuajó y
volví a Guatemala.
'Tú llevas la
cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco;
has registrado cada una de ellas en tu libro.' Salmos 56:8 NTV
Las lágrimas comienzan a
brotar y le hago los coros a mi esposa pues tengo una perspectiva diferente
esta tarde. Mi madre no me quitó una oportunidad, ella decidió darme lo que
tenía y no dejar que alguien más asumiera la responsabilidad que a ella se le
había delegado. Hizo todo lo que estuvo en sus manos, incluso lavó y planchó
ropa ajena para apoyar en la economía del hogar. Pero el mensaje más profundo
que dejó en mi inconsciente fue “Voy a luchar por ti”.
Soy un hombre que marcó su
vida con muchas malas decisiones, pero a quien su madre le grabó un mensaje en
el corazón, no importa lo difícil que parezca el panorama, siempre podemos
luchar por salir adelante. Claro que esto no me fue posible entenderlo solo,
tuve que rendirme a mi creador, necesité un salvador y sanador de mi alma para
poder visualizar la vida desde esta perspectiva. La adversidad me hizo bien
pues me enseñó a luchar. La diversidad de mis hermanos me enseñó a amar al
mundo, no importando lo diferente que sea cada persona. También aprendí el
poder de la colectividad. Me quitó las excusas.
'Así que hemos
dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un tiempo,
pensábamos de Cristo solo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo
conocemos ahora! Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha
convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha
comenzado!' 2 Corintios 5:16-17 NTV
Podría pasar horas narrando
historias y momentos; recuerdos y verdades aprendidas en mi vida. Pero hoy
quiero agradecer la decisión de mi madre de no dejarme ir. No tendría la
empatía que ahora puedo compartir con aquellos que sufren, que pasan necesidad
o que tienen menos oportunidades. No tendría las palabras de aliento para
aquellos padres que luchan por sacar a una familia adelante. No sería el hombre
que soy.
'Pero el Señor tu
Dios se negó a escuchar a Balaam y convirtió esa maldición en bendición, porque
el Señor tu Dios te ama.' Deuteronomio 23:5 NTV
Al encontrarme con Jesús, todo
lo que era maldición, se convirtió en bendición. Él es el único capaz de
convertir un pobre corazón en una vida llena de esperanza. El país que un día
menosprecié por su humildad, carencias, corrupción y pobreza, es la tierra
prometida que Dios mismo me heredó y voy a trabajar en ella. No voy a huir y
haré mi parte para dejar este país y este planeta, un poco mejor de como lo
encontré.
ORACIÓN:
Padre, cuan grande y bueno eres.
Tú no te equivocaste de país cuando nací, lo tenías todo previsto. Además, me
dotaste de talentos y capacidades para salir adelante en medio de cualquier
situación. Tengo el privilegio de tu compañía y todo lo que esté dentro de tu
voluntad me es alcanzable. Quiero cumplir mi propósito en la vida, acá en el
lugar que me escogiste. Gracias por mi padre y mi madre, han sido una provisión
importante para entender tu amor y verdad. Permíteme seguir llevando esperanza
a esta tierra que me vio nacer. Gracias por tu amor que siempre ha estado a mi
lado. Amén.
Ray & Lily
No hay comentarios:
Publicar un comentario