'Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano. El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, Para juzgar al huérfano y al oprimido, A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.' Salmos 10:14,17-18
Al deglutir el sorbo de la mezcla de café con leche, un
chasquido se produce mientras la lengua se fricciona con el cielo de la boca.
Recuerdo la mirada de mi padre cuando esto sucedía en mi infancia y la
consecuente reprimenda que conllevaba el hacerlo. Respiro profundo y puedo
sentir en viento tibio que se cuela por la ventana a mis espaldas, el sol ya
brilla con la tonalidad particular del verano guatemalteco, hay paz a mi
alrededor. Todos duermen.
El sabor de mi bebida es muy agradable, pero cuando pienso
en el tema que da vueltas en mi cabeza, el alma engulle el amargo sabor de una
realidad que se mantiene escondida en historias familiares y corazones que
deambulan sangrantes por la vida, preguntándose donde estará ese Dios bueno del
que tanto se habla.
'El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior
maquína engaño. Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete
abominaciones hay en su corazón. Aunque su odio se cubra con disimulo, Su
maldad será descubierta en la congregación. ' Proverbios 26:24-26
El abuso sexual infantil es algo tan común en nuestro medio,
pero del que pocos hablamos. Aunque mi caso no fue tan grave, pues a mis 15
años, una tarde de sábado mientras viajaba de vuelta a mi casa de mi primer
trabajo, un hombre sentado junto a mi en el asiento del autobús, después de
conversar en el camino me invitó a comer algo, me emborrachó y luego me llevó a
un lugar oscuro dónde me manoseó. Las cosas no pasaron a más, no tengo memoria
de cómo escapé de allí y llegué a mi casa, dónde mi padre me recibió con una
paliza y me metió al baño vestido cómo estaba.
Nunca volví a ver a aquel hombre, pero una duda sobre mi
identidad surgió en el fondo de mi corazón. Culpa y vergüenza, dos consortes
inseparables, vinieron para convertirse en mis compañeras de viaje durante
mucho tiempo en mi vida. Esa fue una de las emboscadas que se me tendió para
desviarme de mi propósito. Sumado a esto, la separación de mis padres un año
antes y el que mi padre, con quien me había quedado en la repartición de los
hijos, desapareció para dejarme solo en la que fuera nuestra casa, de donde
luego me desalojaron.
'Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió
de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. Ella entonces le
respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así
en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun
tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora,
que hables al rey, que él no me negará a ti. Mas él no la quiso oír, sino que
pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella. ' 2 Samuel 13:11-14
Mi caso fue algo eventual y el agresor un desconocido. Pero
qué de aquellos donde el victimario es un pariente cercano que consecuentemente
abusa de su víctima por un largo periodo que puede extenderse por años. Sumado
a esto la pasividad, sobreocupación y orgullo de los padres (cómo el caso de
David en 2 samuel 13) que no creen que tal situación se de en su familia o que
se niegan a aceptar esa realidad. Peor aún, pienso en aquellos pequeños de los
cuales sus propios padres son los agresores.
'El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir;
yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. ' S.
Juan 10:10
La estratagema de nuestro enemigo viene sobre nuestra mayor fortaleza,
es un engaño hecho con astucia y destreza, para conseguir ventaja sobre el nosotros.
El adversario actúa con astucia, fingimiento y engaño artificioso para
implantar la duda de la paternidad de Dios, su amor y complacencia en nosotros.
Hacernos dudar ha sido la emboscada que ha usado desde el
principio, en el propio jardín de edén fue esta la que causó la herida que
condujo a la caída del hombre. Al cuestionar las intenciones de Dios y poner en
tela de juicio su amor y cuidado se abrió la puerta al pecado que trajo la
muerte al mundo.
'La serpiente era el más astuto de todos los animales
salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De
veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del
huerto? —Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó
la mujer—. Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no
se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo
hacen, morirán”. —¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—. Dios sabe
que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con
el conocimiento del bien y del mal. ' Génesis 3:1-5
Si Dios es un padre bueno y amoroso ¿Por qué no me
protegió?, esa es la gran incógnita, pero trae consigo la duda de si acaso seré
realmente su hijo, tal vez no le intereso, o será que me ama. El ataque vino
justo en nuestro mayor baluarte; el de ser hijos amados que complacemos a
nuestro padre, quien es bueno, nos ama y está interesado en nosotros. Esta
verdad es liberadora pues cómo dice John Eldredge en su libro La travesía del
corazón salvaje: “somos hombres y mujeres incompletos, carentes de padre¨ lo
cual nos deja expuestos a la duda.
'Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir
todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi
verdor en sequedades de verano.' Salmos 32:3-4
El silencio es el mayor enemigo del abuso sexual infantil.
Aunque el crimen sea una sola vez o continue por muchos años, pocas víctimas lo
delatan. El destructivo secreto permanece durante mucho tiempo produciendo un
torbellino de sentimientos encontrados como amor, odio, placer y vergüenza. Al no ser liberado el menor pierde la
esperanza de ser rescatado aún por Dios.
El principal desafío para los que sufrimos abuso es dejar de
ser víctima, para convertirse en sobreviviente y finalmente vencedor. La pregunta
es ¿cómo lograrlo? Y sería ingenuo tratar de responderla en unas cuantas líneas.
Pero Jesús nos ha modelado como permanecer firmes ante el feroz ataque de
nuestro enemigo y afirmar nuestra fortaleza, para así cumplir el propósito de
nuestras vidas.
'Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la
vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por
venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.' Romanos
8:37-39
CONTINUARÁ…
ORACION:
Señor Jesús, los labios me tiemblan y mi corazón palpita
fuerte al pensar en tanto dolor de los infantes que sufren este tipo de vejámenes.
También por las almas de adultos que llevan la herida de un abuso en su niñez.
La imagen de un niño indefenso suplicando por ayuda de un poder superior es
conmovedora. Estoy convencido de que en ti hay respuestas a sus preguntas y
sanidad para sus heridas. Nuestra oración es para que el poder de tu Espíritu Santo
traiga el proceso sanador a sus vidas y puedan experimentar la libertad que
solo tu puedes dar. Amén.
Ray & Lily
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